Biografía Maeder Alphonse (1882-1971)

Biografía Maeder Alphonse (1882-1971)

Maeder Alphonse (1882-1971) Psiquiatra y psicoanalista suizo

Alphonse (o Alfons) Maeder se apasionó por las tesis Freudianas en la Clínica del Burghölzli, junto a Carl Gustav Jung y en el contexto de la expansión de la nueva psiquiatría dinámica de inspiración bleuleriana. Muy pronto se entregó a un autoanálisis y practicó la técnica de la cura interpretando sus sueños y sus actos fallidos. A partir de 1907 publicó artículos en francés sobre la doctrina psicoanalítica, en los cuales rechazaba la primacía de la sexualidad. Desempeñó entonces un papel importante en la introducción del Freudismo en Francia por la vía zuriquesa. En 1912, cuando se iniciaba la polémica entre Carl Gustav Jung y Sigmund Freud, intercambió cartas con este último acerca del sueño y la cuestión judía. Freud lo había acusado de no comprender nada del simbolismo del sueño, y de ser antisemita. En ese entonces, el debate sobre la judeidad o no-judeidad del psicoanálisis estaba en el núcleo del conflicto interno de la International Psychoanalytical Association (IPA), y Freud, invirtiendo su posición anterior, pretendía que el psicoanálisis era un «asunto de semitas». Maeder, como Jung, creía en la psicología diferencial de los pueblos, y reivindicó contra Freud y los judíos vieneses una posible «identidad cristiana» (en ese caso protestante) del psicoanálisis. Después de la ruptura de 1913, siguió próximo a Jung. Más tarde adhirió al Rearme Moral, movimiento que apuntaba a la «regeneración del hombre», fundado por Frank Buchman. Como numerosos pioneros del Freudismo, y a la manera de los médicos higienistas, misioneros, calvinistas o puritanos, se interesó por técnicas terapéuticas que ya no tenían nada que ver con el psicoanálisis, emparentadas con las antiguas terapias del alma, de inspiración religiosa o culturalista. Distinguía tres tipos de curadores: el «profano», que apela a la racionalidad; el «mago», que obra mediante la sugestión, y el «religioso», sobre el cual el enfermo puede proyectar «el arquetipo del Salvador»; este último modelo (muy junguiano) era el que tenía su adhesión.