Biografias, Wittels Fritz Fritz (1880-1950)

Wittels Fritz Fritz
(1880-1950)
Médico y psicoanalista norteamericano

Como su tío Isidor Sadger, este médico vienes, proveniente de una familia de financieros judíos,
adoptó las tesis freudianas con un fanatismo que exasperaba al propio Sigmund Freud. En 1906
se incorporó a la Sociedad Psicológica de los Miércoles, donde se hizo notar con múltiples
exposiciones en las que "aplicaba" los principios del psicoanálisis de modo incoherente,
husmeando en todas partes "causas sexuales".
Profundamente misógino, en 1907, en la revista de Karl Kraus, Die Facke1, publicó un artículo
firmado con seudónimo, en el que declaraba que las mujeres que querían convertirse en médicas
(es decir, ejercer una profesión) se desviaban de su verdadera naturaleza. A sus ojos eran
neuróticas, histéricas, incluso prostitutas, incapaces en todo caso de asumir su papel de
madres. Wittels estaba obsesionado por el movimiento feminista, y fascinado por las
representaciones de la feminidad derivadas de las teorías de Otto Weininger sobre la inferioridad
del sexo femenino y la bisexualidad. Nunca perdía la oportunidad de atacar a las que, pensaba
él, querían "convertirse en hombres". Freud lo criticó muchas veces, aunque aceptando algunas
de sus tesis, y sobre todo le pidió que fuera cortés con las mujeres y prudente sobre el futuro
de la condición femenina,
Adepto a las patografías, Wittels tomó pronto por objeto de estudio al mismo hombre que había
publicado su artículo en la revista: Karl Kraus. Acerca de este "caso" se entregó a
interpretaciones caricaturescas. El 12 de enero de 1910, en el curso de una conferencia
pronunciada en la Sociedad de los Miércoles, explicó en particular que el célebre periódico
vienés Neue Freie Press era "el órgano del padre", es decir el pene paterno de la comunidad
judía vienesa. De allí su éxito. A ese gran pene se oponía, según él, el "pequeño pene" impotente
de Karl Kraus, representado por la revista Die Fackel, precisamente apto para rivalizar de
manera neurótica con el "gran órgano" del padre.
Ese mismo año publicó una novela en clave sobre Karl Kraus. La obra escandalizó, y Kraus
aprovechó la oportunidad para denunciar una vez más los peligros del psicoanálisis. Con su
talento habitual, escribió la frase terrible que se volvería célebre en Viena: "El psicoanálisis es la
enfermedad del espíritu de la que se considera remedio". Descontento con este episodio, Freud
se enojó con Wittels, quien renunció pronto a la Wiener Psychoanalytische Vereinigung (WPV).
En 1924 publicó la primera biografía del maestro, al que continuaba admirando de manera
ambivalente. La obra fue traducida a varios idiomas y logró para el autor una notoriedad sólida.
Wittels se entregó en ella a una crítica feroz, y en algunos casos exacta, al funcionamiento del
círculo freudiano. Denunció la tiranía del padre fundador y la ridiculez de los epígonos, uno de los
cuales era él mismo, desde su participación en la Sociedad de los Miércoles: "Freud -escribió- se
ha convertido en un emperador, en torno al cual se forma ya una leyenda. Gobierna, reconocido
y absoluto [ … ]. Se ha convertido en un tirano que no admite ninguna desviación respecto de lo
que enseña, mantiene reuniones a puertas cerradas y quiere conseguir, mediante una especie
de sanción pragmática, que las doctrinas del psicoanálisis sigan siendo un todo indivisible."
Freud se sintió muy irritado por ese libro, que contenía muchos errores, y le envió una lista de
rectificaciones: esto demuestra que en todos los casos a él le preocupaba la exactitud de los
hechos. A propósito de la génesis del concepto de pulsión de muerte, que Wittels atribuyó a la
desaparición de Sophie Halberstadt, Freud escribió lo siguiente: "Por cierto, en un estudio
analítico sobre otra persona yo abogaría por la misma correlación entre la muerte de mi hija y los
itinerarios del pensamiento en Más allá. Sin embargo, esa correlación es falsa. Más allá fue
escrito en 1919, mientras mi hija disfrutaba de una salud floreciente. Ella murió en enero de 1920.
En septiembre de 1919 yo hice llegar el manuscrito del libro a varios amigos de Berlín, para que lo
leyeran. Sólo faltaba la parte sobre la mortalidad o la inmortalidad de los protozoarios. Lo
verosímil no es siempre lo verdadero."
En 1925 Wittels fue reincorporado a la WPV con el respaldo de Freud. Pero sus relaciones con el
grupo vienés se habían deteriorado terriblemente, y en 1928 emigró a los Estados Unidos, donde
continuó su carrera en la New York Psychoanalytie Society (NYPS). En víspera de su muerte
dedicó un libro a las mujeres norteamericanas.