CAMBIOS EN LA CONCEPCIÓN DEL INCONSCIENTE

CAMBIOS EN LA CONCEPCIÓN DEL INCONSCIENTE.
Freud postuló dos argumentos principales a favor del inconsciente, la primera prueba
incontrobertible de su existencia era el éxito terapeutico del psicoanálisis (posteriormente se
vería que es bas tante controvertible), el segundo argumento es taba basado en el concepto
filosófico desarrollado por Descartes conocido como de las otras mentes, Freud partiendo del
argumento cartesiano según el cual inferimos la existencia de la conciencia en nuestros
semejantes, llegó a la conclusión de que tamb ién podemos inferir la existencia del inconsciente
en nosotros mismos.
Freud procedió a continuación a distinguir varios sentidos del término inconsciente. Ya nos hemos referido a un uso descriptivo sobre el que Freud y los psicólogos de la conciencia
estaban de acuerdo: que no siempre somos plenamente conscientes de la causas de nuestro
comportamiento . El desacuerdo comenzaba con la consideración topográfica freudiana según la
cual existiría un espacio mental inconsciente -el inconsciente- donde residirían las ideas y los
deseos cuando no estuvieran presentes en la consciencia. El esquema propuesto por Freud es
similar al de Nietszche. En la descripción que Freud realiza de la mente, todos los eventos
mentales comienzan en el inconsciente
, donde se comprueba su aceptabilidad para la
conciencia. Los pensamientos que consiguen atravesar la prueba a la que les somete la
censura pueden a cceder a la conciencia, si no consiguen pasar la censura, no podrán acceder a
la conciencia, pero estas ideas y deseos son muy poderosos y buscan continuamente su
expresión, sin embargo, debido a su carácter repulsivo, deben constantemente ser forzados
para permanecer inconscientes, esta dinámica inconsciente está generada por la represión, la
acción por la que se impide la entrada a la conciencia de los pensamientos inaceptables de
manera activa y enérgica. Los pensamientos y los deseos reprimidos sobreviven y, bloqueados
por la censura y la represión, encuentran una expresión indirecta en los síntomas neuróticos, los
sueños, los errores men tales y la recanalización hacia formas más aceptables de pe nsamiento
y de comportamiento.
A los usos descriptivo, topográfico y dinámico del inconsciente Freud añadiría una utilización sistemática, el inconsciente es un sistema mental separado de la conciencia que se rige en función de sus propios principios. En oposición a la conciencia, está exento de las normas de la
lógica, es emocionalmente inestable, vive tanto en el presen te como en el pasado y está
totalmente fuera de contacto con la realidad exterior. Esta consideración sistemática se fue
convirtiendo en un elemento central para la posterior reestructuración de su visión de la mente.
El modelo topográfico de la mente considerada como un conjunto de espacios (consciente,
preconsciente e inconsciente) fue sustituido por un modelo estructural en el que la mente estaba
compuesta por tres sistemas mentales diferenciados: el id o ello, de carácter innato, irracional y
tendente a la búsqueda de la gratificación; el ego o Yo, producto del aprendizaje y orientado
hacia la realidad (la conciencia y el preconsciente) y el superego o superyo que es irracional
desde el punto de vista de la moral ( el censor). El ello representa las bases biológicas de la
mente y por ello es el último motor del comportamiento.