Charcot y la hipnosis, tradición clínica y psicopatológica

Charcot enseñando en el Salpêtrière de París

Charcot y la hipnosis: En ese modelo es central el papel del “caso”, fundado en una relación particular del médico y el paciente. En esa tradición clínica y psicopatológica van juntos el objetivo de conocimiento e investigación y el propósito terapéutico. La importancia de esa tradición clínica, basada en la hipnosis, en la constitución de la psicología moderna, tiene una evidencia en el hecho de que el Primer Congreso Internacional de Psicología, en 1889, en Paris, designó como presidente a Charcot.
La trayectoria de Charcot había comenzado con la investigación anatomoclínica de los cuadros neurológicos. Hacia 1875 se interesa por la hipnosis y abandona la investigación anatomoclínica en el estudio de la histeria. En 1885 Charcot se interesa en las parálisis histéricas, traumáticas: síntomas que surgen después de accidentes ferroviarios o en accidentes laborales, caídas, golpes, etc, sin un real daño físico. Charcot considera que los síntomas son histéricos.
a) Por un lado, eso le permite afirmar una histeria neurológica, separada de la representación tradicional de la histeria uterina, o sea femenina, y asociada a desórdenes de la sexualidad. En efecto, muchos de los casos que describe son histerias masculinas.
b) Establece o acentúa una relación nueva de la hipnosis con la histeria. La hipnosis comienza a ser utilizada experimentalmente para producir parálisis por sugestión en estado hipnótico. Eso le permite un doble movimiento en la conceptualización de la histeria. Por un lado, se tiende a establecer la equivalencia entre la sintomatología histérica y la producida por hipnosis, en oposición a los síntomas de “otras” enfermedades neurológicas y a la simulación. Por otro lado, Charcot propone una equiparación entre el estado hipnótico y el estado histérico traumático. En el accidente traumático, el trauma opera naturalmente de un modo análogo a como lo hace el mandato del hipnotizador en la situación artificial de la hipnosis. O sea: la histeria traumática es como una autohipnosis espontánea y la hipnosis es como un pequeño trauma reproducido artificialmente. Pero, para Charcot, la hipnosis sólo es posible en histéricos ya que no todos los sujetos son hipnotizables.
c) La novedad que trae Charcot no es la noción misma de trauma (que es anterior) sino el modo de explicarlo, en la medida en que destaca el papel que cumplen las representaciones que el sujeto se hace de la situación. Recordemos que Freud va a Paris con su beca de estudio en 1886, o sea coincidiendo exactamente con este momento de las investigaciones de Charcot sobre las parálisis psíquicas traumáticas. Es algo que Freud reconoce explícitamente en sus primeros textos: encuentra su punto de partida en esa idea del trauma.