Charles Darwin, El origen de las especies: Leyes de la variación

Capítulo V:Leyes de la variación.
EFECTOS DEL CAMBIO DE CONDICIONES. Algunos autores creen que tanto compete al sistema reproductivo producir diferencias individuales o ligeras desviaciones de estructura como hacer a la criatura semejante a sus padres. Pero el hecho de que las variaciones y monstruosidades ocurran más frecuentemente en la domesticidad que en la naturaleza (así como es mayor la variabilidad en las especies que ocupan grandes extensiones que en aquellas que las ocupan reducidas) parece demostrar que la variabilidad se relaciona generalmente con las condiciones de vida a las que cada especie ha estado expuesta durante varias generaciones sucesivas.
Pero en cierto sentido puede decirse que las condiciones de vida no solamente causan la variabilidad, directa e indirectamente, sino que de igual manera incluyen la selección natural, porque las condiciones determinan si ha de sobrevivir esta o aquella variedad.
Pero cuando el hombre es agente selector, claramente vemos que los dos elementos de cambio son distintos; la variabilidad está hasta cierto punto excitada, aunque la voluntad del hombre es en cierto sentido la que acumula las variaciones, y esta última causa es la que motiva que sobrevivan los más aptos en el estado natural.

VARIACIÓN CORRELATIVA. Con esta expresión queremos indicar que toda la organización está tan enlazada durante su crecimiento y desarrollo que, cuando ocurren ligeras variaciones en alguna parte y estas se acumulan por la selección natural, se modifican otras partes. Este es un asunto muy importante, imperfectamente entendido, y sin duda, se confunden con facilidad varias clases de hechos completamente distintos. En efecto,
la simple herencia tiene a menudo falsa apariencia de correlación, y uno de los casos más evidentes en este punto es que las variaciones de estructura que se originan en las larvas, tienden a afectar naturalmente la estructura del animal adulto.
Nuestra ignorancia acerca de las leyes de la variación es profunda, pues ni en un solo caso entre cientos podemos pretender saber la razón de las variaciones de esta r3 aquella parte. Pero siempre que tenernos medios de establecer la comparación, son idénticas las leyes que parecen haber obrado para producir las menores diferencias existentes entre variedades de la misma especie y mayores las diferencias que median entre las especies del mismo género. El cambio de condiciones motiva generalmente una variabilidad que sólo merece ser llamada fluctuante, pero algunas veces causa efectos directos y definidos, que con el tiempo pueden llegar a presentarse muy marcados, aunque no tengamos pruebas suficientes sobre este punto.
El hábito de producir peculiaridades constitucionales, el uso en fortificarlas, y la falta de uso en debilitar y disminuir los órganos, parecen en muchos casos haber sido causas potentes para producir semejantes efectos. Las partes homólogas tienden a variaciones idénticas, así como a la coherencia. Las modificaciones en partes duras y externas afectan algunas veces a partes más blandas e internas, y cuando una parte está muy desarrollada, quizás tienda a sacar nutrición de las partes adyacentes, entonces toda parte de la estructura
que pueda ser economizada sin detrimento, será economizada. Los cambios de estructura en edad temprana pueden afectar a partes desarrolladas después, ocurriendo indudablemente muchos casos de variación correlativa, cuya naturaleza no podemos entender.
Las partes múltiples no son variables en número y estructura, quizá por causa de que, no habiendo sido esas partes vigorosamente especificadas para una función particular, sus modificaciones no han sido vigorosamente retenidas por la selección na tural. Se deduce probablemente de esta misma causa que los seres orgánicos inferiores son más variables que los que ocupan un lugar superior en la escala, y que, por ende, poseen una organización más específica que los primeros. Los órganos rudimentarios, por ser inútiles, no están regulados por la selección natural, siendo por lo tanto variables. Los caracteres específicos, es decir, los caracteres que han llegado a diferenciarse desde que las diversas especies de un mismo género se separaron de su antecesor común, son más variables que los caracteres genéricos, o que aquellos que han sido heredados por mucho tiempo y que no han diferido dentro de este período. En estas observaciones nos hemos referido a que
las partes u órganos especiales son todavía variables, porque han variado recientemente, y de esta manera han venido a diferenciarse. Pero también hemos visto que el mismo principio se aplica a todo el individuo; así que, en cualquier localidad en que haya habido mucha variación y anteriores diferencias, o muchas espedes de un género, o donde la fabricación de nuevas formas específicas haya estado activamente funcionando entre estas especies, encontraremos seguramente por término medio más variedades que en otras en que no hayan podido reunirse semejantes coincidencias favorables.
Los caracteres sexuales secundarios son en extremo variables y se diferencian mucho de las especies de un mismo grupo. La variabilidad en las mismas partes de la organización ha tenido generalmente por resultado diferencias sexuales secundarias a los dos sexos de la misma especie, y específicas a las varias especies del mismo género. Cualquier parte u órgano desarrollado hasta un tamaño excepcional, comparado con la misma parte u órgano de la especie aliada, debe haber pasado por un extraordinario número de modificaciones desde la formación del género, pudiendo así entender por qué es más variable, todavía en mayor grado que las otras partes, puesto que la variación es un procedimiento lento y por mucho tiempo continuado, sin que la selección natural en casos semejantes haya tenido tiempo para sobreponerse a la tendencia hacia ulterior variabilidad y hacia el retroceso a un estado menos modificado. Pero cuando una especie con algún órgano extraordinariamente desarrollado se ha convertido en antecesor de muchos descendientes modificados, lo cual, en nuestra opinión, necesita ser un procedimiento muy lento que requiere un gran intervalo de tiempo, la selección natural ha conseguido dar carácter fijo al órgano, por muy extraordinariamente que haya sido desarrollado. Las especies que heredan casi la misma constitución de un padre común, y que están expuestas a influencias parecidas, tienden a presentar naturalmente variaciones análogas, o estas mismas especies pueden ocasionalmente retroceder a algunos de los caracteres de sus antiguos progenitores, y aunque no puedan surgir nuevas e importantes modificaciones, añadirán belleza y armonía a la diversidad de la naturaleza.
Cualquiera que pueda ser la causa de cada una de las ligeras diferenc ias que median entre la cría y sus padres (preciso es que exista una causa para cada una), tenemos razones para creer que la constante acumulación de diferencias provechosas ha sido el origen de todas las modificaciones importantes en la estructura según los hábitos propios de cada especie.

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