Cognición y emoción

2. Bases Biológicas, Bases Biológicas De La Cognición:
El sistema central de procesamiento humano es el cerebro. Una intrincada estructura de neuronas interconectadas que ocupa cerca del 5% de la masa corporal, pesa alrededor de kilo y medio y consume cerca del 15% de la sangre que bombea el corazón. Existen tres partes principales que independientemente cumplen con procesamientos definidos, aunque no independientes: el prosencéfalo en los humanos, procesa la información sensorial del cuerpo analizándola e integrándola con la información previamente analizada de experiencias anteriores; también interviene en necesidades tales como el sueño, la termorregulación, el alimento, hidrorregulación y funciones reproductivas; por su tamaño y proporción en los seres humanos se le asocia con la inteligencia. El mesencéfalo tiene una función de apoyo en el control de las funciones motoras y sensoriales. El romboencéfalo ejerce un control directo sobre las funciones digestivas, respiratorias, circulatorias y sobre el equilibrio corporal.
La Corteza Cerebral: Es la estructura en la que se concentra gran parte de las capacidades de procesamiento de información de los humanos abarca tanto el prosencéfalo como el mesencéfalo. La corteza alcanza una proporción cercana a las tres cuartas partes del total de las neuronas del cerebro, se encuentra dividida en dos hemisferios izquierdo y derecho que a su vez se encuentran divididos en lóbulos frontal, parietal, temporal y occipital. Se cree que el procesamiento de información en la corteza es estratificado; Los datos pasan de áreas primarias a áreas secundarias y, de ahí, a otras áreas de asociación más elevada (Davidoff, 1992). Los lóbulos fr ontales son los encargados del análisis y la toma de decisiones con respecto a la información que recibe el cerebro. Los lóbulos frontales nos permiten recordar, sintetizar datos sensoriales e información emocional, interpretar información y manejar series de datos; nos posibilitan además el planear alrededor de una serie de datos previos y establecer propósitos. Algunos científicos creen que la esquizofrenia y la senilidad, que distorsionan el pensamiento, son causadas por niveles reducidos de dopamina un neurotransmisor en los lóbulos frontales (Goldman-Rakic y colaboradores, 1983). A los lóbulos frontales se los relaciona con la transmisión de impulsos a los músculos. Los lóbulos parietales registran y analizan la información proveniente de la sup erficie esterocepción y del interior propiocepción; este tipo de funciones se les conoce a su vez como de sentido sensorial ó somatosensoriales. Los lóbulos parietales se encuentran intercomunicados con los lóbulos frontales a donde conducen la información para su análisis. Los lóbulos temporales deciden que parte de la información ambiental se registra y se almacena; también tienen la responsabilidad de archivar esa misma información. Estos lóbulos juegan un papel importante en la elaboración de juicios positivos o negativos de las experiencias. También procesan información auditiva. Los lóbulos occipitales procesan principalmente información visual corteza visual primaria y participan en funciones más generales del procesamiento de información.
El Tálamo: Es un conjunto de cuerpos celulares ubicados en el prosencéfalo encargados de recibir casi la totalidad de la información esteroceptiva a excepción de la información olfativa que tiene su propia ruta hacia la corteza y transmitirla hacia las zonas primarias de la corteza.
El Sistema Límbico: Es un conjunto de neuronas que incluye el hipocampo, la amígdala, el séptum y el cíngulo, y porciones del hipotálamo y el tálamo.
Dichas estructuras fueron las primeras en evolucionar; guardan una cierta relación con el procesamiento de olores y juegan un papel central en las emociones y motivaciones. Controla a la par de la corteza la sed, el apetito, el sueño y la vigilia, la termorregulación, el sexo, la agresión, el miedo y la docilidad confianza; permite el rescate de recuerdos, la representación del entorno y la ubicación espacial. El sistema límbico ejerce control sobre las características afectivas y el modo de relacionarnos con los demás; de ahí que se pueda decir que contribuye a la preservación de la especie y a la supervivencia personal.

Bases Biológicas, De La Emoción: Ya se ha hablado del sistema límbico y de su influencia en las emociones, pero no se ha especificado la crucial influencia de una pequeña estructura conocida como la amígdala. En los seres humanos, la amígdala es un racimo de células interconectadas que se asientan sobre el tronco cerebral; son dos y se ubican a cada lado del cerebro. En el ser humano, la amígdala es relativamente grande si se la compara con la de otros animales. Estas estructuras límbicas se encargan principalmente del aprendizaje y el recuerdo del cerebro es el depósito de la memoria emocional; si se separa la amígdala del resto del cerebro, esto desencadenará una incapacidad para apreciar el significado emocional de los acontecimientos ceguera afectiva. De la amígdala dependen las emociones primarias. Las lágrimas en los seres humanos, por ejemplo, son desencadenas por la amígdala. Las investigaciones realizadas por el neurólogo Joseph LeDoux han demostrado que la amígdala puede ejercer el control sobre lo que hacemos, aún mientras el cerebro racional procesa una solución. La amígdala funciona como una especie de central de monitoreo de alarmas, y en caso de presentarse una situación de emergencia, se conecta con los centros cerebrales más importantes y ordena el desencadenamiento de todas las funciones de respuesta defensiva y focaliza la atención cerebral en la elaboración de estrategias de supervivencia. Las investigaciones de LeDoux han demostrado la sorprendente eficiencia del sistema perceptivo humano; las señales del ojo y del oído viajan primero al tálamo y luego a la amígdala; una segunda señal viaja hacia el cerebro pensante. Este proceso permite generar respuestas inmediatas sin tener que depender de los cuidadosos cálculos y razonamientos del cerebro racional. La amígdala puede albergar recuerdos y repertorios de respuestas que efectuamos sin saber exactamente por qué lo hacemos, porque el atajo desde el tálamo hasta la amígdala evita completamente la neocorteza. Este desvío parece permitir que la amígdala sea un depósito de impresiones y recuerdos emocionales de los que nunca fuimos conscientes (Goleman, 1995)