Conductismo (comportamiento observable)

Nacimiento del conductismo (comportamiento observable):

El conductismo nace oficialmente en 1913, año en que J. B. Watson publicaba un artículo programático con el título Pscycology as the Behaviorist Views It. Sin embargo, como han observado muchos, Watson fue más bien el organizador, el radical propugnador y el hábil divulgador de una serie de ideas y temas que hacía tiempo iban madurando.
Watson había sido el primer doctor en psicología de la Universidad de Chicago (1903), cabe la cual se esteba dibujando el movimiento funcionalista, y que más tarde el mismo Watson reconociera haber elaborado el «verdadero funcionalismo.
El evolucionismo darwiniano había clarificado que entre el hombre y las demás especies animales no había una diferencia radical, por la que el hombre tuviera un alma y los animales no. Por ello era plausible hacer investigación psicológica con los animales, lo cual presentaba una serie de ventajas incomparables debidas a la posibilidad de estudiar algunos hechos en organismos menos complejos a la oportunidad de controlar variables concomitantes (cantidad y tipo de alimentación, horas de reposos y actividad, condiciones de vida, etc.), a la posibilidad de conocer y mantener bajo control la influencia de la experiencia pasada en las acciones realizadas por el individuo examinado, a la libertad en los procedimientos (experimentaciones largas y pesadas, disponibilidad del sujeto para el momento y el ambiente deseados, etc.), finalmente, al carácter manipulable del organismo (lesión de las funciones sensoriales, operaciones quirúrgicas, etc.). Entre fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, muchos estudiosos de primer plano se habían ocupado de psicología animal: entre ello Romanes, Loeb, Donaldson, Jennings, Lloyd-Morgan, Uexkull, Thorndike, Washburn, Yerkes, Small y Hunter.
Si el objeto de la psicología es la conciencia, se tendría que haber llegado a conocer la naturaleza de la conciencia animal. Pero partiendo del examen del comportamiento observable (los animales no tienen un lenguaje a través del cual explicitar sus contenidos mentales), esto sólo se podía obtener de un modo precario e indirecto. Watson afirmaba que la verdadera psicología de los animales tenía simplemente que considerar su comportamiento, por el hecho de que el objeto de toda la psicología se identificada sin más que el comportamiento.