El conductismo en la Primera Guerra Mundial

EL CONDUCTISMO Y LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL.

La primera guerra mundial tuvo una función central en el desarrollo de la psicología en los Estados Unidos, haciéndola salir de los estrictos ámbitos académicos y conocer en sus potenciales contextos aplicativos y a la opinión pública. Si consideramos las relaciones existentes anteriormente entre industrias y psicología, hasta 1915 habían sido más bien débiles y episódicos. Durante la guerra, en cambio, se asistió a una especie de boom de la psicología. La verdadera bomba estuvo representada por la tarea confiada a los psicólogos de someter el ejército a tests con el fin de seleccionar los mejores soldados, y evitar grandes costes de entrenamiento para los reclutas con una baja preparación intelectual. En un segundo tiempo los tests también fueron usados con una intención clasificatoria, es decir, precisar las aptitudes diferenciadas de los sujetos examinados.
El programa de selección llevó a examinar más de 1,727,000 hombres; el relieve y el éxito de la iniciativa constituyeron la mejor carta de presentación para la psicología.
Los psicólogos de las universidades, primero hostiles a la aplicación, terminaron progresivamente colaborando en la publicidad, en la organización industrial, en el ejército, etc., independientemente de su orientación teórica. Figuras del primer plano en este complejo movimiento de investigación-aplicación fueron W. D. Scott, Mustenberg y Bingham, pero –en posición de menor importancia- colaboraron muchisimos más y entre ellos Titchner, Watson y Thorndike.