Continuadores de la doctrina freudiana, psicoanalistas europeos (Rank, Ferenczi, Reich)

Dentro de los psicoanalistas europeos, debemos hacer mención a Rank, Ferenczi y Reich. Rank da importancia, en lugar del complejo de Edipo como productor de neurosis, al trauma del nacimiento, por el hecho de la separación de la madre, y a todas aquellas circunstancias que signifiquen también una separación, como el destete, que por ser la separación del pecho, o la castración, que es la separación del pene, en el lenguaje psicoanalítico, son factores determinantes de angustia. En la mujer, el embarazo sería una forma de retorno por identificación con el hijo, y en el varón el acto sexual es un esfuerzo de unión simbólica con la madre. El complejo de Edipo es el intento de resolver el misterio del origen o del destino del hombre, probando el retorno al seno materno. Rank descartó la orientación biológica implantada por Freud. Los enfermos, según él, por la amenaza de separación, tienden a mantenerse dependientes. El problema del paciente es aprender a formar su propia voluntad y descartar el sentimiento de culpa que se produce cada vez que trata de afirmarse en sí mismo o de independizarse. Las modificaciones de la terapia, que implican en realidad una nueva experiencia, consisten en destacar la situación presente a cambio de la acentuación de lo pasado que pregonaba Freud. El otro elemento es la reacción ante el analista, que está relacionada con la madre, no con el padre. La otra modificación de la terapia es la limitación en el tiempo y, finalmente, la otra característica es la relación de la terapia con la liberación de las potencialidades reprimidas de que habla Jung.
La actitud de Ferenczi es la de buscar mejorar la situación analítica. En su concepción recorrió dos etapas. Una etapa activa y una etapa de relación. Durante la primera, establecía que, mientras mayor cantidad de libido esté sin descargar, hay mayores posibilidades de abreacción. De acuerdo con ello, el psicoanálisis debe hacerse en estado de abstinencia sexual, evitando el comer en exceso o la frecuencia de las micciones, pero con ello no obtenía sino reacciones de cólera e irritabilidad.
Además consideraba todavía la abreacción como un método curativo. En una segunda etapa, en lo que él llamó la etapa de relajación, suponía al neurótico como un individuo que en su infancia no tuvo aceptación o cariño y que necesita descubrir la experiencia de aceptación o cariño. El análisis le daría ocasión de desarrollarse de nuevo, con un buen padre, y de ahí la importancia de la relación con el analista. La diferencia entre la nueva experiencia y la pasada, provoca concientización de la atención en que ha vivido y produce efectos terapéuticos. Da como Freud, todavía, especial importancia al pasado del individuo.
Reich abogó por abordar de frente las resistencias del carácter. No se opuso a la teoría de la libido, tanto que se ha dicho que, en este terreno, era más freudiano que el propio Freud, pero se opuso al concepto del instinto de destrucción y dio importancia a las influencias culturales. Las tensiones corporales, para él, constituyen modos de expresar estados emocionales. Las maneras de reacción individuales que se expresan psicológicamente como tensiones somáticas, son mecanismos protectores convencionales que se originan a lo largo de la vida pasada; pero excluía todo esto del psicoanálisis y lo denominaba educación para el psicoanálisis. Establece también una relación entre carácter y sociedad. Cada orden social, dice, crea aquellas formas de carácter necesarias para su preservación. Niega el masoquismo como forma del instinto de destrucción y lo considera como una adaptación a condiciones sociales desastrosas.