Diccionario de psicología social, letra D, depositación

DEPOSITACION
Proceso por el cual un grupo proyecta sobre uno de sus integrantes las tensiones y conflictos grupales, haciéndose este integrante cargo de los aspectos patológicos de la situación. En el proceso de depositación intervienen tres elementos: los depositantes, el depositario y lo depositado. Más genéricamente, la depositación designa cualquier proceso de proyección de vínculos y objetos.
 
Definición específica.- En la teoría de Pichon Rivière, el enfermo es considerado fundamentalmente como el portavoz de las ansiedades del grupo. Este rol de portavoz se adquiere a través del mecanismo de la depositación.
En efecto, «como integrante desempeña un rol específico: es el depositario de las tensiones y conflictos grupales. Se hace cargo de los aspectos patológicos de la situación, en este proceso interaccional de adjudicación y asunción de roles, que compromete tanto al sujeto depositario como a los depositantes. El estereotipo se configura cuando la proyección de aspectos patológicos es masiva. El sujeto queda paralizado, fracasa en su intento de elaboración de una ansiedad tan intensa (salto de lo cuantitativo a lo cualitativo) y enferma. A partir de ese momento el círculo se cierra, completándose el ciclo de configuración de un mecanismo de seguridad patológico que, desencadenado por un incremento de tensiones, consiste en una depositación masiva, con la posterior segregación del depositario, por la peligrosidad de los contenidos depositados».
Para que el proceso de depositación tenga lugar, no solamente los depositantes han de proyectar contenidos en el sujeto depositario (adjudicación del rol), sino además el depositario debe hacerse cargo de lo depositado (asunción del rol).
 
Definición genérica.- Los procesos de depositación no se refieren solamente a situaciones patológicas, aunque éste sea el ámbito donde Pichon Rivière más ha desarrollado la idea, sino a cualquier situación, tanto normal como patológica. Así, «los aspectos fenoménicos de la conducta, expresados en distintos ámbitos temporoespaciales, son la resultante de la relación de sujeto, depositante, ‘lo depositado’ con su valencia positiva o negativa, y la ubicación de los vínculos y objetos en un ámbito perceptual simbólico: el área. El sujeto proyecta vínculos y objetos y actúa lo proyectado».
 
Lo depositado.- Respecto de lo depositado, han de tenerse en cuenta aquí cuatro cosas: qué se deposita, dónde se lo deposita, cómo se lo deposita y para qué se lo deposita.
a) Lo que se depositan son vínculos y objetos cargados con cierta valencia, positiva o negativa, como por ejemplo vínculos buenos y vínculos malos. b) Estos vínculos o objetos pueden ser depositados en cualquiera de las tres áreas de manifiestación fenoménica de la conducta: la mente, el cuerpo o el mundo externo (ver Pluralidad fenoménica). c) Respecto del cómo se produce la depositación, Pichon Rivière menciona particularmente el modo masivo en los casos patológicos: el depositario se hace cargo aquí de una gran cantidad de aspectos patológicos, y por ello, se torna en sí mísmo peligroso y es segregado por el grupo. d) Respecto de la finalidad del proceso de depositación, Pichon Rivière hace referencia al propósito de preservar lo bueno y controlar lo malo. Señala que la mente opera mediante mecanismos de proyección e introyección en los diferentes ámbitos proyectivos (mente, cuerpo, mundo externo) «de los vínculos buenos y malos en un clima de divalencia y con la finalidad de preservar lo bueno y controlar lo malo. Por esa depositación es que las áreas adquieren para el sujeto una significatividad particular en relación con la valencia positiva o negativa de lo depositado». Por ejemplo, una familia proyecta masivamente sus vínculos y objetos en el hijo enfermo para separar lo bueno de lo malo, lo que le permite preservar lo primero y controlar lo segundo (ver Divalencia).