DIccionario de psicología: letra N, Neurosis de destino

Neurosis de destino
Al.: Schicksalsneurose.
Fr.: névrose de destinée.
Ing.: late neurosis.
It.: nevrosi di destino.
Por.: neurose de destino.

Designa una forma de existencia caracterizada por el retorno periódico de las mismas
concatenaciones de acontecimientos, generalmente desgraciados, concatenaciones a las
cuales parece hallarse sometido el sujeto como a una fatalidad exterior, mientras que, según el
psicoanálisis, se deben buscar los factores de este fenómeno en el Inconsciente y,
específicamente, en la compulsión a la repetición.
Al final del capítulo III de Más allá del principio del placer (Jenseits des Lustprinzips, 1920)
Freud menciona, como ejemplo de repetición, el caso de las personas que « […] dan la impresión
de un destino que las persigue, de una orientación demoníaca de su existencia» (bienhechores
pagados con ingratitud, amigos traicionados, etc.). Señalemos, por lo demás, que, a propósito de
estos casos, habla de compulsión de destino (Schicksalzwang), no de neurosis de destino. Con
todo, esta última denominación ha prevalecido, sin duda con motivo de la extensión del
psicoanálisis a las neurosis llamadas asintomáticas (neurosis de carácter, de fracaso, etc.). Sea
como fuere, la denominación no posee valor nosográfico, sino descriptivo.
La idea de neurosis de destino fácilmente puede tomarse en un sentido muy amplio: el curso de
toda existencia sería «[…] trazado de antemano por el sujeto». Pero, al generalizarlo, el concepto
peligra de perder incluso su valor descriptivo. Designaría todo aquello que la conducta de un
individuo ofrece de recurrente, de constante.
Permaneciendo fiel a lo que indica Freud en el pasaje citado, parece posible dar al término
«neurosis de destino» un sentido más preciso, que la diferencia especialmente de la neurosis de
carácter. En efecto, los ejemplos dados por Freud indican que sólo recurre al concepto
«compulsión de destino» para explicar experiencias relativamente específicas:
a) se repiten a pesar de su carácter displacentero;
b) se desarrollan según un guión inmutable, constituyendo una secuencia de acontecimientos
que puede exigir un largo desarrollo temporal;
c) aparecen como una fatalidad externa de la que el individuo, aparentemente con razón, se
siente víctima (ejemplo de una mujer que, casada tres veces consecutivas, vio a sus maridos
caer enfermos poco después de la boda y hubo de cuidarlos hasta su muerte).
La repetición se advierte aquí en un ciclo aislable de acontecimientos. Como indicación, podría
decirse que, en el caso de la neurosis de destino, el sujeto no tiene acceso a un deseo
inconsciente que le vuelve a él desde el exterior (de ahí el aspecto «demoníaco» subrayado por Freud), mientras que, en la neurosis de carácter, lo que interviene y se descubre en el
mantenimiento rígido de una forma (rasgos de carácter) es la repetición compulsiva de los
mecanismos de defensa y de los esquemas de comportamiento.