Diccionario de Psicología, letra N, Novela corporal vincular

Novela corporal vincular
Definición
Expresión metafórica que se refiere al guión original que la pareja crea a partir del lenguaje vivido
de sus cuerpos vinculados. Guión que alude al cuerpo de cada uno, al cuerpo de uno en
relación al otro y al cuerpo del otro. Creación que se plasma a partir de la convergencia de
vivencias de ajenidad – privacidad; mismidad – alteridad; exterioridad -interioridad. Novela
sustentada en un argumento que se basa en el encuentro específico entre esos dos sujetos portadores de dos cuerpos singulares que prestan su encarnadura para escenificar los
componentes imaginarios, simbólicos y reales que la díada sostiene.
Sus intercambios van promoviendo la creación de una representación vincular que tiene un
aspecto que se juega esencialmente en el encuentro corporal de dichos partenaires.
Dicha novela se va construyendo y reconstruyendo al estilo del drama o la comedia según el momento vital y vincular de que se trate, fijando asimismo los límites y contactos que definen tanto lo propio unipersonal, como lo vincular.
Origen e historia del término
Novela: del latín novella, diminutivo de nova, nueva. Obra literaria en que generalmente se
describen acciones, caracteres, tramas, personajes, etcétera. La novela constituye para el
concepto literario moderno un género propio, de personalidad y acento distinto, de perfiles
característicos. En la novela caben: la epopeya, el drama, la tragedia, con sus temores, la
comedia con su alegría, lo lírico, lo filosófico, lo mítico y mucho más. Es el género que más elementos psicológicos conscientes o inconscientes ha absorbido.
Novela Familiar: es la expresión creada por Freud (1909) para designar fantasías mediante las
que el sujeto modifica imaginariamente sus lazos con sus padres. Tales fantasías tienen su
fundamento en el Complejo de Edipo.
Cuerpo vincular: concepto acuñado por J. Puget e I. Berenstein (1988) que refiere a la
representación corporal de un vínculo. Cuerpo simbolizado por y simbolizante de la relación
interpersonal. Estas representaciones comprenden a distintos niveles de intercambio. En un
contexto estructural se podrían reconocer leyes de funcionamiento y niveles de menor a mayor
complejidad.
Desarrollo desde la perspectiva vincular
Es en el encuentro entre esos dos sujetos que nacerán el amor, el deseo y el erotismo.
Cada pareja arma su propio mapa vincular y delimita de fronteras y contactos verbales y
corporales. En dicho armado, el cuerpo sexuado posee un lugar privilegiado, desplegándose una
modalidad de relación anclada sobre el modelo de intercambio corporal, que porta, cual sello
ineludible, la marca de la relación con el Otro primordial. Vínculo éste, que, al ser resignificado en
posteriores elecciones de objeto, posibilita la puesta en juego de nuevas formas de contacto.
Búsqueda en el afuera del encuentro con un otro proveedor de vivencias de placer y dolor
generadoras de la catectización del propio cuerpo erógeno.
Dicha corporalidad, fuente y sede de placer, dolor y sufrimiento, también incluye la depositación
de ciertos aspectos no ligados que circulan a nivel del soma exentos de representación
psíquica. La unión entre los cuerpos opera como lugar de anclaje y articulación de los tres
registros: imaginario, simbólico y real.
Los límites entre lo propio y lo común operan en un interjuego dialéctico: pueden ser netos y
definidos, o resultar desdibujados, dando lugar a que en el imaginario de la pareja circule la
fantasía de una mutua posesividad. El cuerpo de cada uno es considerado por el otro como una
pertenencia. Ilustrativo de esto es la temática de la infidelidad, en que por lo general resulta
mucho más insoportable y disruptiva la consumación de una relación sexual, por fuera del
vínculo que la relación fantaseada con un otro.
Pareciera que la fantasía, al igual que el sueño pudiese ser tolerada desde su estatuto de
intrapsíquica. El cuerpo en cambio, es vivido imaginariamente como formando parte del espacio
vincular. Quedar excluido de este territorio y que además sea transitado por un otro infringe una
herida narcisista de muy difícil elaboración. Quiebra la ilusión de protagonismo y pertenencia
incondicional.
En el dispositivo de una sesión de pareja, determinados significantes nos permiten una lectura de
esta novela: es como una puesta en escena donde el analista se encuentra presenciando los
múltiples dialectos en que se manifiesta la actuación de los cuerpos. Se configuran diversas
escenas montadas sobre un mismo argumento estructural.
Estar atentos a la «novela corporal» comprende una amplia gama de observables que conducen
a diversas abstracciones. Desde descripciones de modos específicos de intercambio, hasta
conceptualizaciones teóricas.
Desde la observación clínica uno de los aspectos de la novela vincular corporal es lo que hemos denominado «piel vincular».
Fue Didier Anzieu quien con su propuesta de un «yo piel» nos inspiró a pensar que también en
las parejas habría una suerte de piel envolvente de su vínculo. La hemos denominado «piel
vincular». Con ella aludimos metafóricamente a una envoltura que actúa como continente sostén
para ambos partenaires. Ligamen con el que originariamente se sienten recubiertos y que han
ido armando y articulando en conjunto, dando lugar a un encuentro en el que la intimidad portará
la marca de un circuito pulsional que cada pareja singular pone en juego. Piel que filtra y limita
contorneando lo que es interior a lo que se vuelve exterior al vínculo, estableciendo los bordes
de un adentro y de un afuera de¡ mismo.
En el matrimonio esta envoltura vincular bajo una piel común constituye una suerte de
revestimiento imaginario promotor de la fantasía de pensarse cobijados y protegidos. Espacio
que se erige en una estructura de apoyo, en un lugar confiable. En cambio durante una crisis o
separación abrupta surge la fantasía de ruptura de esa piel con la concomitante vivencia
sensorial y emocional de cuerpo fragmentado o desparramado. Sensación de estar en «carne
viva».
En las distintas estructuras vinculares o en ciertos momentos vitales esta «piel vincular» opera de
modos diversos y va a sufrir diferentes vicisitudes.
Problemáticas conexas
Existe una íntima relación entre novela corporal vincular y el circuito pulsional constitutivo del
zócalo inconsciente del vínculo de pareja que imprime una marca propia y única a sus
intercambios sexuales, verbales, económicos, emocionales e ideológicos.
Dicho circuito recorre los espacios psíquicos de la tópica vincular y se entrama en un interjuego
corporal pleno de significaciones.