Diccionario de Psicología, letra N, novela familiar II

Novela familiar II
(fr. Roman familial; íngl.family romance; al. Familienroman). Fantasma particular en el que el sujeto imagina haber nacido de padres de rango social elevado, al mismo tiempo que desdeña a los padres propios, creyendo haber sido un niño adoptado por estos.
En otras variantes de este fantasma, el sujeto puede imputar a su madre relaciones amorosas
clandestinas o considerarse el único hijo legítimo de su madre. Estas elaboraciones sobrevienen
cuando el niño se ve confrontado con la necesaria separación que debe consumar respecto de
sus padres.
El tema de la novela familiar se presentó de manera precoz en el espíritu de Freud, puesto que
se lo encuentra en un manuscrito adjunto a una carta a Fliess fechada el 25 de mayo de 1897. El
texto, en su conjunto, se refiere a las fantasías y su relación con «escenas» reprimidas. «No
basta -escribe Freud- tener en cuenta la represión entre el preconsciente y el inconsciente; hay
que pensar además en la represión normal que se produce dentro del sistema inconsciente en
sí. Es un hecho muy importante, pero aún muy oscuro.» Añade entonces: «Una de nuestras más
caras esperanzas es llegar a determinar el número y la especie de las fantasías, así como ya
podemos hacerlo con las «escenas». La novela según la cual el sujeto se cree un extraño en su familia (en la paranoia) está presente en todas partes y sirve para convertir a esa familia en ¡legítima. La agorafobia parece ligada a una novela de prostitución, también relacionada con esa novela familiar. Una mujer que se niega a salir sola atestigua de ese modo la infidelidad de su madre».
El tema se encontrará retomado y desarrollado en una carta del 20 de junio de 1898, sobre el
ejemplo de la novela Die Richterin (La señora juez). «Todos los neuróticos -escribe Freud al
respecto- se forjan lo que se llama una novela familiar (la cual se vuelve consciente en la
paranoia). Por una parte esta novela halaga la megalomanía, y por la otra constituye una defensa
contra el incesto. Si la hermana no es hija de su propia madre, uno no tiene nada que
reprocharse (lo mismo vale cuando uno es hijo de otros padres).» Entonces aparece introducida
una nota sociológica con referencia al «grupo social inferior de las criadas».
No obstante, la elaboración de estas primeras sugerencias sólo continuará bajo la influencia de
Rank. Este detalle puede rescatarse gracias a una nota que Freud añade en 1920 al capítulo de
los Tres ensayos de teoría sexual dedicado a las transformaciones de la pubertad. En esa nota
se menciona El mito del nacimiento del héroe, de Rank (publicado en la serie Escritos de
psicología aplicada [Schriften zur angewandten Seelenkunde, dirigida por Freud, trabajo en el
cual se hace referencia a «La novela familiar de los neuróticos». En este último artículo, Freud
alude también a los ensayos aparecidos por esa misma época sobre el ensueño, y sobre todo a
las prolongaciones que después del advenimiento de la pubertad encuentran los ensueños
infantiles surgidos en tomo a la cuestión de la legitimidad de los padres. El alcance operatorio del
tema se pondrá de manifiesto en dos direcciones: una dirección clínica en el análisis del Hombre
de las Ratas, y una ilustración histórica en Moisés y la religión monoteísta, donde se refieren las
vicisitudes experimentadas por la figura de Moisés y las leyendas relacionadas con ella.
En el ínterin, Psicología de las masas y análisis del yo había aportado un enriquecimiento teórico
esencial, tanto a las sugerencias de Rank como al desarrollo realizado por Freud de sus propias
anticipaciones.
Expresión creada por Sigmund Freud y Otto Rank para designar el modo en que un sujeto modifica sus vínculos genealógicos, inventándose con un relato o un fantasma una familia que no es la suya.
Desde 1898, Sigmund Freud observó que los neuróticos, en su infancia, tendían a idealizar a sus
padres y a querer asemejárseles. A esta primera identificación le seguía el discernimiento crítico
y la rivalidad sexual. En este estadio, la imaginación infantil era movilizada por una nueva tarea,
consistente en desvalorizar a los padres reales y reemplazarlos por otros, fantasmáticos, más
prestigiosos.
En 1909, en un artículo redactado especialmente para la obra de Otto Rank titulada El mito del
nacimiento del héroe, Freud llamó «novela familiar- a la construcción inconsciente en la cual la
familia inventada o adoptada por el sujeto se adorna con todos los prestigios provistos por el
recuerdo de los padres idealizados en la infancia.
Basándose en esta noción, Rank estudió las leyendas tipo de las grandes mitologías
occidentales sobre el nacimiento de los reyes y los fundadores de religiones. Por ejemplo,
observó que Rómulo, Moisés, Edipo, Paris y Lohengrin e incluso Jesucristo, eran niños
encontrados, «expósitos» o abandonados a una corriente de agua por sus progenitores reales,
en razón de alguna predicción sombría. Destinados a morir, fueron en general recogidos por una
familia sustituta de clase social inferior. En la adultez recobraron su identidad de origen, se
vengaron del padre y reconquistaron su reino.
Esta leyenda tipo, subraya Rank, ha dado lugar a variantes de toda clase. En el caso de Rómulo,
la nodriza fue una loba; en el de Moisés, la familia de origen era modesta, y la familia de
adopción, real. En la historia de Edipo, las dos familias eran nobles. En cuanto a Jesucristo, su
destino fue especial, como producto del acoplamiento de un dios y una virgen, que a su vez era
esposa del padre adoptivo. En el caso de Paris, la figura mítica del animal protector aparece
asociada a la idea de la realización de una predicción desastrosa. Príamo abandonó en el
nacimiento a su segundo hijo porque su mujer Hécuba había soñado que daba a luz una
antorcha ardiente. El niño, alimentado por una osa, fue recogido por un pastor que le puso el
nombre de Paris (hijo de la osa). Paris, que provocó la guerra de Troya, causaría la ruina de su
familia. En la historia de Lohengrin, el tema del secreto patógeno, caro a Moriz Benedikt, va de la
mano con el del animal protector y la mujer curiosa. Un caballero errante, que llega navegando,
salva a la heroína, se casa y tiene hijos con ella. Le promete la felicidad eterna, con la condición
de que renuncie a saber quién es él y de dónde viene. Pero pronto la reina cede a la tentación de
interrogar al marido. Lohengrin proclama entonces públicamente que es el hijo de Parsifal, y
abandona para siempre el reino, a fin de volver al servicio del Grial en su embarcación tirada por
un cisne.
Al cotejar la leyenda tipo con el mecanismo descrito por Freud, Rank demuestra que los relatos
míticos pueden leerse como fantasmas en los cuales se invierten las situaciones reales. En la
novela familiar común a la mayoría de los individuos, neuróticos o no, es en efecto el niño quien
se libera de su familia de origen, para adoptar otra más conforme a su deseo, mientras que en el
mito es el padre quien abandona al héroe, el cual es entonces recogido por una familia adoptiva,
en general menos prestigiosa, con algunas excepciones.
La noción de novela familiar fue utilizada por Freud en sus primeras obras de psicoanálisis
aplicado, en particular en Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci, Tótem y, tabú y Moisés y la
religión monoteísta. Esta idea abrió el camino a prolongados debates entre psicoanálisis y
antropología, psicoanálisis y literatura, y psicoanálisis y religión, en cuanto señalaba rasgos
análogos en los mitos fundadores, los relatos novelescos modernos, los sistemas delirantes o
religiosos, por un lado, y por el otro un mecanismo fantasmático de naturaleza subjetiva.