Diccionario de psicología, letra P, Pellegrino Hélio

Pellegrino Hélio
(1924-1988) Psiquiatra y psicoanalista brasileño

Nacido en Belo Horizonte e hijo de un médico, Hélio Pellegrino perteneció a la cuarta generación del freudismo mundial, y fue una de las grandes figuras del psicoanálisis en Brasil.
Profundamente cristiano, le preocupaba el destino de los pobres y los oprimidos, militó contra la
dictadura y se comprometió en un combate de izquierda que realzaba los valores de un
psicoanálisis social, humanista y libertario. Fue a la vez un profesional, un poeta y un hombre de
cultura, próximo a numerosos escritores y en particular a Mario de Andrade (1893-1945), con
quien mantuvo correspondencia. Casado la primera vez por Iglesia, tuvo siete hijos, de los
cuales dos fueron posteriormente psicoanalistas.
En 1952, después de estudiar medicina y psiquiatría, se instaló en Río de Janeiro y realizó su
primer análisis con Iracy Doyle, en el marco del Instituto de Medicina Psicológica; a la muerte de
Doyle, continuó su formación con Ana Katrin Kemper. En 1956 se convirtió en miembro de la
Sociedade Psicanalitica do Rio de Janciro (SPRJ). Siguió siéndolo hasta su muerte, sin ser
reconocido oficialmente como didacta, y por otra parte habiéndose incorporado como miembro
titular en 1968 a la Sociedade de Psicoterapia Analitica de Grupo de Río de Janeiro. Este grupo
reunía a varios disidentes de la SPRJ.
En 1968, cuatro años después de la instauración del poder militar, comenzó a rebelarse contra el
régimen, situando al psicoanálisis del lado de la lucha por la libertad. Un año más tarde denunció
abiertamente a la dictadura en artículos publicados por Correio da Manha. Esta actitud valiente le
valió que lo encarcelaran durante dos meses, después de un proceso por violación de la ley
llamada «de seguridad nacional». El testimonio del gran dramaturgo Nelson Rodrigues
(1912-1980) y su pertenencia a la grey católica hicieron posible que, por muy poco, Pellegrino
pudiera sustraerse a una condena. Esto no le impidió continuar sus actividades militantes, y en
1971, junto con Ana Katrin Kemper, creó la famosa Clinica Social de Psicanálise, destinada a
promover tratamientos y curas para los más carecientes. Con el mismo enfoque político, en
1979, acompañado de otros militantes, fundó el Partido de los Trabajadores, que se convertiría
en una de las principales componentes de la izquierda brasileña.
Siempre rebelde contra la esclerosis de las instituciones, con dos de sus colegas, Eduardo
Mascarenhas (1942-1997) y Wilson de Lyra Chebabi, decidió criticar con firmeza los principios
del análisis didáctico en la IPA, el precio exorbitante de los tratamientos, la discriminación política
de la que eran víctimas los miembros, y finalmente el hecho generalizado de que no se leyera a
Sigmund Freud. Todas estas críticas fueron resumidas en un artículo resonante de Roberto
Mello, publicado el 23 de septiembre de 1980 en el Journal do Brasil, con el título de «Los
barones del psicoanálisis».
Sin mencionar a la SPRJ, los tres protagonistas denunciaban en las entrevistas que
acompañaban al artículo el estado desastroso de su institución. La respuesta no se hizo
esperar. Un mes más tarde, Pellegrino y Mascarenhas fueron excluidos de la SPRJ por haber
formulado sus críticas fuera de la asociación. En realidad, se los acusaba de hablar de «cosas
prohibidas» (la dictadura), y de poner en peligro una enseñanza académica basada en la rutina y
el clientelismo.
De hecho, Pellegrino había tomado partido en un asunto que hacía estragos en la SPRJ desde
1971: la aceptación por Leáo Cabernite, entre los alumnos de la sociedad, a Amilcar Lobo
Moreira da Silva (1939-1997), teniente de policía y torturador al servicio de la dictadura: «Está
claro -escribió Pellegrino en una carta de marzo de 1981 – que el nombre de la SPRJ ha sido
denigrado y mancillado
Los excluidos apelaron a la justicia, y después de un proceso fueron reintegrados a la SPRL
Cabernite, por su parte, en un artículo de octubre de 1986, replicó que Pellegrino intentaba
denigrarlo por «razones personales» y que el «caso» Lobo era un pretexto de los enemigos del
psicoanálisis para un ataque generalizado.
El compromiso de Pellegrino marcó profundamente a la joven generación brasileña, en particular
a Joel Birman y Jurandir Freire-Costa.
Aunque escribió más de quinientos artículos, en vida Pellegrino sólo publicó una compilación de
sus principales crónicas, aparecidas en la prensa. Otras dos obras fueron editadas
póstumamente.
En el plano teórico, Pellegrino se alejó del freudismo clásico, combinando una perspectiva
kleiniana de la primacía de las relaciones preedípicas con un análisis político basado en la
necesidad de un pacto social liberador. En el período anterior al Edipo veía una especie de
estado salvaje dominado por pulsiones anárquicas, psicóticas o perversas, comparable a la
dictadura y la barbarie. A su juicio, ese estado debía ser reemplazado por un pacto social
edípico necesario para el florecimiento de la cultura y la democracia.
Conforme a esta posición, Pellegrino proponía una innovación próxima a la de Sandor Ferenczi.
Denominaba «creación de intimidad» (intimizaçao) a una técnica psicoanalítica en virtud de la cual
el terapeuta y el paciente podían abordar la represión a través de una relación afectiva, por
debajo de la comunicación verbal. De allí una concepción del lenguaje en la cual la lengua era
garante simbólico de un orden social, y la palabra, el dominio propio de la intervención subjetiva.
Murió de un ataque cardíaco.