Diccionario de psicología, letra p, preedípico

Preedípico
Al.: Präoedipal. –
Fr.: préoedipien. –
Ing.: preoedipal. –
It.: preedipico. –
Por.: pré-edipiano.
Califica el período del desarrollo psicosexual anterior a la instauración del complejo de Edipo; en este período predomina, en ambos sexos, el lazo con la madre.
Este término no aparece hasta muy tardíamente en Freud, cuando éste se ve inducido a precisar la especificidad de la sexualidad femenina y, en particular, a insistir en la importancia, la
complejidad y la duración de la relación primaria entre la niña y su madre. Tal fase existe también
en el niño, pero es menos prolongada, menos rica en consecuencias y más difícil de diferenciar
del amor edípico, ya que su objeto sigue siendo el mismo.
Desde el punto de vista terminológico, conviene distinguir claramente los términos «preedípico» y
«pregenital», que con frecuencia se confunden. El primero se refiere a la situación interpersonal
(ausencia del triángulo edípico), mientras que el segundo alude al tipo de actividad sexual que
interviene. Ciertamente, el desarrollo del Edipo conduce en principio a la instauración de la
organización genital, pero sólo una concepción normativa pretende hacer coincidir la genitalidad
con la plena elección de objeto correlativa del Edipo. Ahora bien, la experiencia muestra que
puede existir una actividad genital satisfactoria sin un Edipo consumado, y también que el
conflicto edípico puede desarrollarse en registros sexuales pregenitales.
¿Puede hablarse, en rigor, de fase preedípica, es decir, de una fase en la que existiría
exclusivamente una relación dual madre-niño? Esta dificultad no escapó a Freud, quien hace
observar que el padre, incluso cuando predomina la relación con la madre, se halla presente
como «rival inoportuno»; según él, los hechos podrían describirse diciendo que «[…] la mujer no
llega a la situación edípica positiva normal hasta haber superado un período previo en el que
impera el complejo negativo», formulación que, en opinión de Freud, tendría la ventaja de
mantener la idea de que el Edipo es el complejo nuclear de las neurosis.
Esquemáticamente puede indicarse que, a partir de este matiz de la tesis de Freud, se abren dos
direcciones: o bien se pone el acento en la exclusividad de la relación dual, o bien se detectan
muy precozmente manifestaciones edípicas, hasta el punto de no poder delimitar una fase
propiamente preedípica.
Como ejemplo de la primera dirección puede citarse el trabajo de Ruth Mack Brunswick, que es el
resultado de una larga colaboración con Freud y que dicha autora considera como expresión del
pensamiento de éste:
1) piensa que, si bien el padre está presente en el campo psicológico, no es percibido como un
rival;
2) reconoce una especificidad a la fase preedípica, que se dedica a describir, sobre todo, el
predominio de la oposición actividad-pasividad.
Por el contrario, la escuela de Melanie Klein, analizando las fantasías más arcaicas, sostiene que
en la relación con la madre interviene precozmente el padre, como lo indica especialmente el
fantasma del pene paterno guardado en el cuerpo de la madre (véase: Imago de los padres
acoplados). Con todo, cabe preguntarse si la presencia de un tercer término (falo) en la relación
primitiva madre-niño justifica el describir este período como «fase precoz del Edipo». En efecto,
el padre no se halla entonces presente como instancia prohibitiva (véase: Complejo de Edipo).
Dentro de esta perspectiva, J. Lacan, examinando las concepciones kleinianas, habla de
«triángulo preedípico» para designar la relación madre-niño-falo, interviniendo este último término como objeto fantaseado del deseo de la madre.