Diccionario de psicologia social, letra E, Edipo, complejo de (según Pichón Rivière)

EDIPO, COMPLEJO DE
Partiendo de la conceptualización de Freud, Pichon Rivière concibe al complejo de Edipo como una configuración triangular (hijo, madre, padre) donde en cada una de las tres relaciones así definidas se establecen, mediante un proceso de asunción y adjudicación de roles, cuatro vínculos: amar, sentirse amado, odiar, y sentirse odiado.
 
Concepto.- Señala Pichon Rivière que el complejo de Edipo, tal como fuera descripto por Freud, «con sus variantes negativas y positivas, puede ser comprendido de una manera mucho más significativa si recurrimos a su representación espacial en forma de triángulo colocando en el ángulo superior al hijo, en el ángulo inferior izquierdo a la madre, y en el ángulo inferior derecho al padre». Remitimos al lector al esquema 1.
Esquema 1: Conceptualización del complejo de Edipo según Pichon R.
EL PADRE, Ama y se siente amado por, Odia y se siente odiado por, LA MADRE.
EL PADRE, Ama y se siente amado por, Odia y se siente odiado por, EL HIJO.
LA MADRE, Ama y se siente amado por, Odia y se siente odiado por, EL HIJO.
 
A partir de aquí, continúa diciéndonos Pichon Rivière: «siguiendo la dirección de cada lado del triángulo tenemos una representación de cuatro vínculos. Por ejemplo, el niño en un primer nivel ama y se siente amado por la madre; en un nivel subyacente odia y se siente odiado por su madre; en el lado contrario es la relación del niño con su padre, donde en un primer nivel odia y se siente odiado y en un segundo nivel ama y se siente amado. Lo que pocas veces es consignado es el parámetro que opera desde la vida prenatal. Es la estructura vincular entre madre y padre, donde uno ama y se siente amado por el otro, u odia y se siente odiado por el otro. Haciendo abstracción de los participantes, este vínculo tendría también cuatro vías; pero en realidad, tomado desde ambos extremos, se complica aún más, porque tanto uno como otro adjudican roles y asumen roles partiendo de cada uno de los miembros de la pareja. Dependerá el monto de adjudicaciones y asunciones del rol de ser amado y ser odiado. Esta totalidad, verdadera jungla de vínculos, forma una totalidad totalizante, es decir, una ‘Gestalt’ donde la modificación de uno de los parámetros acarrea la modificación del todo».
 
Tres relaciones y cuatro vínculos.- En cada una de las tres relaciones de la configuración edípíca encontraremos cuatro vínculos, con lo que quedan descriptas un total de doce posibilidades, como puede verse en el esquema 2.
Esquema 2: Tres relaciones y cuatro vínculos
Relación hijo-madre:
Vínculo 1. Hijo ama a la madre.
Vínculo 2. Hijo se siente amado por la madre.
Vínculo 3. Hijo odia a la madre.
Vínculo 4. Hijo se siente odiado por la madre.
Relación hijo-padre:
Vínculo 1. Hijo ama al padre.
Vínculo 2. Hijo se siente amado por el padre.
Vínculo 3. Hijo odia al padre.
Vínculo 4. Hijo se siente odiado por el padre.
Relación madre-padre:
Vínculo 1. Madre ama al padre y viceversa.
Vínculo 2. Madre se siente amada por el padre y viceversa.
Vínculo 3. Madre odia al padre y viceversa.
Vínculo 4. Madre se siente odiada por el padre y viceversa.
 
En este esquema, destacamos los siguientes puntos:
a) Pichon Rivière no dice, tomando como ejemplo uno de los vínculos, «el hijo es amado por la madre», sino «el hijo ‘se siente’ amado por la madre«, poniendo de relieve la importancia que tiene la realidad psíquica (sentirse amado) frente a la realidad objetiva (ser amado).
b) Pichon Rivière centra la configuración edípíca desde la perspectiva del hijo, siguiendo de esta manera la pauta freudiana. En efecto, el vínculo explicitado no es, por ejemplo, «la madre ama al hijo», sino «el hijo ama a la madre», y del mismo modo, en otro ejemplo, el vínculo explicitado no es «el padre odia al hijo» sino «el hijo odia al padre». Desde ya, es concebible que estas alternativas no explicitadas influyan también en la trama edípica vivenciada por el niño.
c) Pichon Rivière amplía el complejo de Edipo extendiéndolo desde los 3-5 años indicados por Freud hasta la vida pre-natal del niño, al incorporar la relación madre-padre. En efecto, ya desde antes del nacimiento está instalada esta relación donde ambos aman y se sienten amados o ambos odian y se sienten odiados, vínculos que influirán sin duda sobre el complejo de Edipo del futuro hijo.
d) Pichon Rivière procura asignar idéntica importancia a las tres relaciones (hijo- madre, hijo-padre, madre-padre), habida cuenta de ciertas investigaciones que han privilegiado la primera de ellas. Señala Pichon Rivière al respecto que «el 80% de los trabajos que tratan del niño y sus vínculos se refieren a la relación con la madre; el padre aparece como un personaje escamoteado, pero por eso mismo operativo y peligroso. Es la noción del tercero, que definitivamente nos lleva a definir a la relación bipolar o vínculo como de carácter bicorporal pero tripersonal».
Agrega Pichon Rivière que «el tercero en la teoría de la comunicación está representado por el ruido, que interfiere en un mensaje entre emisor y receptor y que aplicado en cualquier situación de conflicto social volvemos a encontrarlo como estructura básica y universal».