Diccionario de psicología social, letra P, POSICIÓN ESQUIZOPARANOIDE

POSICION ESQUIZOPARANOIDE
Momento del desarrollo que tiene lugar durante los primeros meses de vida y que le permitirán al niño pequeño lograr un manejo exitoso de las ansiedades, organizar su universo interno y externo, y, mediante los procesos de splitting, introyección, proyección y otros, ordenar sus emociones y percepciones, y separar lo bueno (objeto ideal) de lo malo (objeto malo).
Se caracteriza por: a) presencia de dos objetos parciales, bueno y malo; b) un vínculo a dos vías con cada objeto parcial; c) presencia de una ansiedad paranoide y una ansiedad depresiva esquizoide; d) un clima afectivo de divalencia; y e) técnicas yoicas como el splitting, la introyección, la proyección, el control omnipotente, la idealización, la negación, la represión, y la identificación proyectiva. Sinónimo: Posición patoplástica e instrumental.
 
Concepto.- La idea de una posición esquizoparanoide es retomada por Pichon Rivière, con algunas modificaciones, a partir de las conceptualizaciones hechas por M. Klein y Fairbairn al respecto, y que son contemporáneas a los primeros trabajos de Pichon Rivière sobre esquizofrenia.
La importancia que Pichon Rivière asigna a la posición esquizoparanoide radica en que es una posición básicamente instrumental, es decir, una posición donde el yo instrumentará defensas con la finalidad de intentar desprenderse de una situación de sufrimiento. Este aspecto instrumental de la posición esquizoparanoide adquiere sentido en el contexto de la teoría de la enfermedad única de Pichon Rivière, que sostiene la existencia de un núcleo patogenético central de naturaleza depresiva, del que todas las formas clínicas resultarían tentativas de desprendimiento. Precisamente, estas tentativas se instrumentarían mediante las técnicas defensivas propias de la posición esquizoparanoide.
El punto de partida de la posición esquizoparanoide es en realidad una situación previa donde existe un objeto total que, en el momento de nacer, se escinde en un objeto bueno y otro malo, poniendo en marcha dicha posición.
Así, «la existencia de una posición esquizoparanoide con objetos parciales, es decir, el objeto total escindido, presupone la existencia de una etapa previa en relación con un objeto total con el que se establecen vínculos a cuatro vías. La escisión o splitting se produce en el acto del nacimiento y todo vínculo gratificante hará considerar el objeto como bueno […], mientras que la otra parte del vínculo primario y de su objeto, sobre la base de experiencias frustradoras, se transforma en objeto malo, en un vínculo persecutorio».
«La división del objeto total tiene como motivación impedir la destrucción total del objeto, que al escindirse en bueno y malo configura las dos conductas primarias en relación con el amar y ser amado [las dos vías vinculares con el objeto bueno] y odiar y ser odiado [las dos vías vinculares con el objeto malo], es decir, dos conductas sociales que determinan el comienzo del proceso de socialización en el niño que tiene un rol y un status dentro de un grupo primario o familiar».
El splitting o escisión resulta ser entonces la primera técnica defensiva que produce como resultado la separación del objeto en uno bueno y otro malo, un clima afectivo de divalencia y la instrumentación de nuevos mecanismos defensivos contra las nuevas ansiedades emergentes. Examinemos brevemente, entonces, las nuevas ansiedades que aparecen como resultado de la escisión del objeto, y las defensas utilizadas para combatirlas.
 
Ansiedades.- Mientras M. Klein describía en esta posición únicamente la ansiedad paranoide o persecutoria, Pichon Rivière agregará otra más, que denomina ansiedad depresiva de la posición esquizoide, o también «sentimiento de estar a merced». El primer tipo de ansiedad proviene de las vicisitudes del vínculo malo, y el segundo tipo de las vicisitudes del vínculo bueno.
«La ansiedad dominante en la posición esquizoparanoide es la ansiedad persecutoria o paranoide de ataque al yo, como producto de una retaliación [represalia, venganza] por la proyección de la hostilidad (a su vez producto de la frustración) que vuelve agigantada o realimentada como un ‘boomerang’ sobre el propio sujeto. Esta ansiedad paranoide vuelve como si proviniera de objetos humanos o desplazamientos, depositarios de la hostilidad de la cual el yo se ha liberado por la proyección. A esta ansiedad, la única descripta con anterioridad, agrego otra proveniente de las vicisitudes del ‘vínculo bueno’ o dependencia de objetos depositarios de esta calidad de sentimientos. Las alternativas sufridad por este vínculo dan como producto otro tipo de ansiedad distinta de la persecutoria, con la cual, sin embargo, muchos la confunden: es el sentimiento de «estar a merced del depostiario».
«La ansiedad paranoide y el «sentimiento de estar a merced» (ansiedad depresiva de la posición esquizoide) son coexistentes o cooperantes en toda estructura neurótica normal». Ver también Depresión esquizoide.
 
Defensas.- Pichon Rivière describe algunos mecanismos o técnicas defensivas del yo que aparecen en la posición esquizoparanoide. En última instancia, las defensas apuntan a la necesidad de preservar lo bueno y controlar lo malo, porque si lo bueno no puede ser preservado aparece la ansiedad depresiva de la posición esquizoide, y si lo malo no puede ser controlado aparecerá la ansiedad persecutoria o paranoide. Las defensas procuran precisamente ante todo reducir o eliminar estas ansiedades, para lo cual buscarán preservar lo bueno y controlar lo malo (ver esquema adjunto).
a) Splitting o escisión: es la defensa que pone en marcha la posición esquizoparanoide, al separar el original objeto total en uno bueno y otro malo. Esta defensa permite al yo emerger del caos y ordenar sus experiencias, y se encuentra en la base de todo pensamiento. En efecto, el niño adquiere a través de las gratificaciones y frustraciones con los objetos bueno y malo «la capacidad de discriminar entre varios tipos de experiencias como primera manifestación de pensamiento, construyendo así una primera escala de valores».
b) Represión.- Pichon Rivière considera a la represión como un proceso complejo «que incluye la disociación o splitting, procesos de introyección y proyección y de control omnipotente, etc. Por ejemplo, el fracaso del control omnipotente constituye lo que Freud llama la vuelta de lo reprimido, que es lo negado, lo fragmentado, lo introyectado y proyectado, pudiendo volver en cualquiera de las tres áreas o dimensiones fenoménicas donde la mente sitúa los vínculos y objetos para su mejor manejo. En este volver, lo reprimido es vivido por el ‘self’ como lo extraño y lo alienado».
Téngase presente entonces que el concepto de represión de Pichon Rivière es más abarcativo que el de Freud, para quien la represión era una estructura única y característica en la génesis de las neurosis. El concepto de represión fue revisado por Pichon Rivière en el contexto de su análisis de la posición esquizoparanoide, e incluye no sólo el sentido freudiano sino también el sentido que le otorgara en su momento P. Janet, que lo definía en términos de disociación. En efecto, Pichon Rivière incluye dentro la represión un mecanismo de disociación o splitting.
c) Idealización y control omnipotente.- La posición esquizoparanoide «se vincula con la creciente idealización del objeto bueno, consiguiendo el yo por medio de su técnica la preservación del objeto idealizado. A medida que se incrementa la idealización de lo bueno aumenta el control y el alejamiento de lo malo y persecutorio, convirtiéndose el primero en un objeto invulnerable. Esta situación de tensión entre ambos objetos en distintas áreas hace necesaria la emergencia de una nueva técnica ante el carácter insoportable de la persecusión: la negación mágica omnipotente».
d) Identificación proyectiva.- Mediante este mecanismo, «el yo puede proyectar parte de sí mísmo con distintos propósitos: por ejemplo, las partes malas para librarse de ellas así como para atacar y destruír el objeto (irrupción). Se puede también proyectar partes buenas, por ejemplo, para ponerlas a salvo de la maldad interna o mejorar el objeto externo a través de una primitiva reparación proyectiva». En este momento es posible comprender lo que Pichon Rivière llama situación depresiva esquizoide o neurótica (ver Depresión esquizoide).