Diccionario de psicología social, letra T, Transferencia

TRANSFERENCIA
«Proceso de adjudicación de roles inscriptos en el mundo interno de cada sujeto. La transferencia debe ser entendida como la manifestación de sentimientos inconcientes que apuntan a la reproducción estereotipada de situaciones, característica de la adaptación pasiva», por lo que tales manifestaciones deberán ser decodificadas a través de la interpretación.
 
Concepto.- La transferencia es un proceso por el cual el sujeto adjudica a otro sujeto distintos roles según sus modelos internos, proceso en el cual se hará manifiesta su distorsión en la lectura de la realidad.
La transferencia consiste entonces en una «conducta réplica», en una «analogía emocional», en un «como si», y debe ser entendida como la «manifestación de sentimientos inconcientes que apuntan a la reproducción estereotipada de situaciones, característica de la adaptación pasiva. Esta reproducción está al servicio de la resistencia al cambio, de la evitación de un reconocimiento doloroso, del control de las ansidedades básicas (miedo a la pérdida, miedo al ataque)».
«Lo transferido serían fantasías incluídas en el establecimiento de los vínculos tempranos. Dichas fantasías, por obra de los procesos transferenciales, determinarían las modalidades en el establecimiento de los nuevos vínculos, produciéndose lo que Freud denomina falsa conexión».
Cuando el sujeto interactúa con el terapeuta o con los demás integrantes del grupo, se ve ante la alternativa de reestructurar sus vínculos anteriores para generar uno nuevo. Frente a esta exigencia emergen entonces el miedo a perder los vínculos pasados y el miedo al ataque de la nueva situación, en la que el sujeto no se siente instrumentado. Estos dos miedos o ansiedades configuran una situación de resistencia al cambio que se manifiesta como un estereotipo -la relación transferencial-, que intenta reproducir los ‘viejos’ vínculos transfiriéndolos a las personas con las que interactúa en el aquí y ahora.
 
Los sujetos de la transferencia.- ¿Quiénes son los sujetos con los cuales se establece la transferencia? Pichon Rivière responde esta cuestión siguiendo los lineamientos de Ezriel, basados a su vez en Freud: en un contexto grupal, «la situación transferencial no es específica de la relación terapéutica, y en mayor o menor grado se da en cada ocasión en que un individuo encuentra a otro. Nosotros hemos caracterizado este proceso como reencuentro, determinante de la telé positiva o negativa de los integrantes de un grupo entre sí».
En un grupo se establecen así transferencias múltiples, donde no solamente hay varios sujetos ‘sobre’ los que se hace la transferencia sino también varios sujetos ‘que’ hacen la transferencia, que son los portavoces: «las fantasías transferenciales emergen tanto en relación con los integrantes del grupo como en relación con la tarea y el contexto en el que se desarrolla la operación grupal. Las fantasías se expresan por medio de uno o varios portavoces, quienes dan indicios que permiten al coordinador la decodificación de la adjudicación de roles, la confrontación del grupo con la realidad concreta».
Para Ezriel, » la conducta manifiesta de un sujeto contiene rasgos que representan un intento de solucionar una tensión conciente surgida de las relaciones con objetos inconcientes de la fantasía. Cuando varias personas se reúnen en un grupo, cada miembro proyecta sus objetos de fantasía inconciente sobre varios miembros del grupo, relacionándose con ellos según esas proyecciones, que se patentizan en el proceso de adjudicación y asunción de roles».
 
Transferencia y temporalidad.- En la transferencia se articulan pasado y presente, mundo interno y mundo externo, individuo y grupo, verticalidad y horizontalidad. Concretamente, lo que se transfieren son situaciones del pasado y del mundo interno del individuo (verticalidad) al presente del acontecer grupal, en el mundo externo (horizontalidad).
Pichon Rivière parte de la consideración freudiana de 1895 acerca de que la transferencia supone el compromiso de dos instancias temporales: pasado y presente. «En el pasado implica el rechazo de un deseo. A esto agregamos que el rechazo se sitúa en el ámbito de una estructura vincular, y es provocado por un sentimiento en relación con un objeto […]. En el presente, y en la relación con el terapeuta, en el aquí, ahora, conmigo (como si fuera otro), se despierta el mismo afecto que originariamente forzó al paciente a desterrar el deseo».
Característico de los fenómenos transferenciales es la negación del tiempo y del espacio, negación que aparece como técnica defensiva frente a la situación de cambio. «El espacio negado sería lo que denominamos ámbito ecológico, organización significativa de objetos o estructura referencial. La modificación dentro de la organización significativa de objetos despierta un alto monto de ansiedad, que puede expresarse como fantasía de destrucción, apelándose entonces a la función reproductora e inmovilizadora del estereotipo».
«Este fracaso del aprendizaje determina la imposibilidad del sujeto de reconocerse como temporal, de ubicarse en un aquí y ahora en relación con un pasado y un proyecto que incluye la propia muerte».
Por último, una vez señalada la relación del pasado con el sujeto y del presente con el acontecer grupal, y una vez que se ubicó la interpretación como una confrontación entre el pasado y el presente, Pichon Rivière juzga necesario preguntarse acerca de la historia del grupo. «¿Qué es lo arcaico en el grupo? Sólo podemos responder a éstas preguntas, analizando la relación dialéctica de individuo-grupo, que como oposición dilemática constituyó un verdadero obstáculo epistemológico en la construcción de las teorías grupales».
«Rickman sostiene que los grupos como entidades carecen de historia, entendida la historia en términos de infancia, de alternativas de los procesos de desarrollo. Nos interesa señalar, sin embargo, que el conocimiento de las fuerzas que operan en el grupo, de la génesis de muchas de ellas, sólo puede lograrse por una tarea «arqueológica», por la reconstrucción de una prehistoria grupal configurada por las fantasías básicas de los sujetos, expresión a su vez de ansiedades básicas que emergen ante la situación de cambio por la tarea».
 
La interpretación de la transferencia.- Los indicios de las distintas adjudicaciones de roles que hace el sujeto en la transferencia «deben ser decodificados, y en esa decodificación consiste la interpretación: es decir, la transformación de lo implícito, de lo inconciente en conciente». La interpretación apunta a producir una reestructuración de los vínculos frente a la nueva situación, la de aquí y ahora, que no es la misma situación que la de ‘allá y entonces’.
Más concretamente, los roles que, en el proceso transferencial, le adjudica el sujeto al terapeuta «no serán actuados [por éste] sino retraducidos (interpretados) en una conceptualización o hipótesis acerca del acontecer inconciente de su paciente».
«La técnica de grupo operativo implica el análisis de los aspectos referentes a la transferencia en el grupo, que se expresa a través de un portavoz, quien expresa algo en relación (vínculo positivo o negativo) con el coordinador, y que en un primer periodo [puede ser] dispersa, escindida en pedazos, caótica, débil, inestable y que a medida que progresa la tarea del grupo va mostrando mayor cohesión».
Interpretar «es iluminar el carácter transferencial de los contenidos que se manifiestan como conductas inadecuadas. Es confrontar dos tiempos: el arcaico de las fantasías, y el aquí y ahora, el presente de la situación del grupo. Esa confrontación temporal y la desocultación del «como si» transferencial acompañada de señalamientos de las ansiedades operantes permiten a partir del ‘insight’ la modificación de la actitud reproductora por la creativa del aprendizaje, de la lectura operativa de la realidad».
La interpretación, así, deberá incluír la verticalidad del pasado individual, con la horizontalidad del presente grupal, porque la interpretación «es una hipótesis, formulada a partir de lo explícito, acerca del acontecer implícito; lo vertical del portavoz que le permite asumir el rol y lo horizontal del grupo. Muchas veces esa horizontalidad, acontecer grupal, sólo puede ser decodificada por la sumación de lo verbalizado o actuado por varios portavoces».