Diccionario de psicología, letra P, psicoterapia institucional

Psicoterapia institucional
Expresión forjada en 1952 por el psiquiatra francés Georges Daumezon (1912-1979) para
designar una terapia de la locura basada en la idea de la causalidad psíquica de la enfermedad mental (o psicogénesis), que apunta a reformar la institución asilar privilegiando una relación dinámica entre el personal de salud y los pacientes.
Como su nombre lo indica, la psicoterapia institucional es una forma de psicoterapia que se
realiza en el marco de una institución: hospital general, hospital psiquiátrico, clínica, escuela,
hospital de día, departamento terapéutico, etcétera. En este sentido, la psicoterapia institucional
pertenece a la historia de la psiquiatría dinámica. La experiencia princeps fue la de la Clínica del
Burghölzli, en Zurich, a principios del siglo XX. En ese lugar, que se ha vuelto legendario, Eugen
Bleuler elaboró un nuevo enfoque dinámico de la locura (o esquizofrenia), en contacto con Carl
Gustav Jung y Sigmund Freud. Después de la creación por Georg Simmel y Max Eitingon de las
primeras clínicas psicoanalíticas alemanas, se desarrollaron numerosas experiencias de este
tipo, sobre todo en los Estados Unidos y Gran Bretaña, donde el psicoanálisis se había
implantado en el terreno de la psiquiatría y la higiene mental, y a través de los lugares de
atención abiertos a todos los enfermos mentales, como la Menninger Clinic o la Tavistock Clinic.
Después de la Segunda Guerra Mundial, la liberalización generalizada de la institución
psiquiátrica dio origen a numerosos movimientos de impugnación del asilo, desde la experiencia
de las comunidades terapéuticas realizadas por el psiquiatra anglonorteamericano Maxwell
Jones (1907-1990), en las que se experimentó con nuevas relaciones jerárquicas entre el
personal de atención y los enfermos, hasta la antipsiquiatría.
En Francia la psicoterapia institucional tuvo un desarrollo particular, en cuanto tomó impulso en
1940 en el núcleo de la resistencia antinazi, y por lo tanto de un compromiso político para el cual
el tratamiento de la locura estaba asociado con una lucha contra la barbarie y la tiranía. También
fue de entrada menos reformista que las otras corrientes -alemana, inglesa, suiza o
norteamericana-.
Nacido en Reus, Cataluña, François Tosquelles (1912-1994), militante libertario, fue el primer
inspirador de este movimiento. Después de huir del franquismo, aceptó un cargo en el hospital
psiquiátrico de Saint-Alban, en Lozére, dirigido entonces por Paul Bavet, un psiquiatra católico,
pronto reemplazado, en 1942, por Lucien Bonnafé, un psiquiatra comunista. Allí se encontraron
mezclados resistentes, locos, terapeutas e intelectuales de paso, entre ellos el filósofo Georges
Canguilhem (1904-1995) y el poeta Paul Éluard (1895-1952). En mitad de la guerra, la esperanza
de una liberación próxima llevó al equipo del hospital a reflexionar sobre los principios de una
psiquiatría comunitaria que permitiera transformar las relaciones entre el personal de atención y
los alienados en el sentido de una mayor apertura al mundo de la locura. Así se inventó la
psicoterapia institucional francesa: Georges Daumezon le dio este nombre diez años más tarde.
Por su anclaje en la psiquiatría dinámica, y su rechazo al asilo petrificado, participó de ese gran
movimiento de higiene mental generado a principios de siglo por la integración de la clínica
psiquiátrica al psicoanálisis. Inspiró numerosas experiencias en el país, en particular la de la
psiquiatría de sector, y después la de la clínica de La Borde, en Cour-Cheverny, a partir de 1953,
donde alrededor de Jean Oury y Félix Guattari se elaboró un enfoque a la vez lacaniano y
libertario de la locura.