Diccionario de psicología, letra P, Psicología colectiva o de las masas

Psicología colectiva o de las masas.
 (fr. psychologie collective; ingl. group psychology; al. Massenpsychologie). Estudio racional de
las relaciones sociales en tanto están determinadas por factores psíquicos.
Las relaciones de lo individual y de lo colectivo (de lo «social») constituyen uno de los objetos
triviales de la epistemología de las ciencias humanas. Hay que admitir que este tema suscita
controversias generalmente bastante estériles, sobre todo cuando se busca hacer valer la
preeminencia de un abordaje psicológico o de un abordaje sociológico de los hechos humanos.
El psicoanálisis es en cierto modo más radical. Según él, lo colectivo y lo individual obedecen a
las mismas leyes, son producidos por mecanismos idénticos, aun cuando esto sólo pueda ser
demostrado por ahora en un número reducido de ejemplos.
Es concebible que haya una continuidad entre lo colectivo y lo individual, desde que se observa,
con Freud, «que el otro desempeña siempre en la vida del individuo el papel de modelo, de objeto,
de asociado o de adversario». Así, la psicología individual se presenta desde el principio, al
mismo tiempo y bajo cierto aspecto, como una psicología social, en el sentido amplio, pero
plenamente justificado de la palabra» (Psicología de las masas y análisis del yo, 1921). J.
Lacan mostrará después que el inconciente está formado por lo que no pudo ser dicho en un
discurso dirigido al Otro, o no pudo ser oído en un discurso proveniente del Otro. El inconciente
está constituido por la parte faltante de un discurso transindividual, y así incluye de entrada una
referencia a una instancia social.
¿De qué fenómenos colectivos, sin embargo, está en mejores condiciones de dar cuenta el
psicoanálisis? Freud le ha dedicado numerosas páginas a la constitución de esos grupos ligados
por un ideal común, al funcionamiento de esas «masas» frecuentemente conducidas por un líder
indiscutido. Toma así de Gustave Le Bon (Psicología de las masas) la descripción de una
multitud «impulsiva, móvil e irritable», «inclinada a todos los extremos», influenciable y voluble. Y
propone una teorización rigurosa de ella poniendo en serie el estado de enamoramiento, la
hipnosis y la masa. En la hipnosis, como en el enamoramiento, el objeto ha tomado el lugar del
ideal del yo y se convierte así en el único objeto digno de atención (aun cuando por otra parte «la
hipnosis se distingue (…) del enamoramiento por la ausencia de tendencias sexuales directas»).
Del otro lado, la hipnosis está tan cerca de la masa (con su fascinación por el líder) que se
puede decir que constituye una «formación colectiva de dos». A partir de allí Freud va a
presentar lo que pasa en la masa con ayuda de un esquema.
Este esquema permite observar que «una masa primaria se presenta como una reunión de
individuos que han remplazado su ideal del yo por el mismo objeto, lo que ha tenido como
consecuencia la identificación [recíproca] de sus propios yoes».
El estudio fue escrito en 1921. Se puede estimar que, aparte de su alcance general, anticipa
elementos que permitirán captar lo que podrá unir a las masas fanatizadas del nazismo algunos
años más tarde. En este sentido, es prolongado por el que constituye sin duda uno de los
mejores libros de W. Reich: La psicología de masas del fascismo (1933). Reich resitúa el amor
por el jefe (der Führer) en el marco más general de la familia patriarcal. Muestra que las
pulsiones sexuales, desviadas de su objetivo, pueden fácilmente trasformarse en sadismo; y
que pueden, al mismo tiempo, ser proyectadas sobre el otro, el extranjero acusado de
contaminar a la «madre Alemania» (la asimilación del judío a la enfermedad venérea se lee en
numerosos textos nazis).
Se puede lamentar que el psicoanálisis contemporáneo no dé mayor espacio a este tipo de
investigaciones. Sin embargo, un autor como Lacan, con su teoría de los «discursos», ha
suministrado algunos elementos teóricos nuevos que podrían favorecer estas búsquedas.