Diccionario de psicología, letra P, psicología institucional

Psicología institucional
Definición
Es un campo de investigación y una práctica profesional consistente en abordajes o
intervenciones en instituciones que consultan por conflictos en las relaciones interpersonales y
en la tarea. Dado que su objeto son las instituciones debe sintéticamente puntualizarse una
diferenciación (ver términos de Organización e Institución) Existe una doble acepción del
término institución: 1) En sentido amplio alude a la sociedad que mediante sus marcos
regulatorios (jurídicos, políticos, económicos, etc.) predetermina formas de actuar y pensar de
los individuos en las organizaciones. 2) En sentido restringido es sinónimo de organización o
establecimiento.
Su objeto de análisis y abordaje son: las organizaciones y las prácticas instituidas para
diagnosticar e intervenir principalmente con técnicas grupales y recursos discursivos, con la
finalidad de resolver los conflictos existentes, considerando los factores sociales determinantes.
En los diccionarios de psicología y psicoanálisis consultados no se encuentran estos términos
unidos, aunque aparecen definidos campos conexos.
Origen e historia del término
El origen de este término en la década del 60 marca el inicio de su desarrollo en la Argentina, De
aquí en adelante seguiremos, en forma somera, un eje histórico-académico centrados
particularmente en la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires, dado que el
proceso de institucionalización que allí se produce tiene un valor significativo, si bien no
exclusivo, para el pensamiento y la práctica institucionalista. Es precisamente en aquella donde
se institucionaliza el término aquí tratado con sus contenidos específicos y en la que se
producen transformaciones a lo largo de estos casi cuarenta años.
De la década del 50 al 60 provienen los aportes precursores del Dr. Enrique Pichón Riviére,
padre profesional de grupalistas e institucionalistas como los Dres. Bleger, Ulloa, Liberman
Bauleo, Pav1ovsky, entre otros, que tuvieron un alto nivel de producción intelectual en distintos
dispositivos y técnicas (instituciones, grupos, familia, psicoterapias breves, psicodrama) y que
introdujeron a futuros institucionalistas en el «campo de las psicoterapias colectivas relacionadas
con el psicoanálisis«.
La mirada institucionalista del Dr. Pichon Rivière a través de cuestionamientos a la organización manicomial en Argentina y sus aportes a una psicología de la vida cotidiana, son antecedentes fundamentales de este campo.
Construyó una particular psicología con la concepción grupalista, las técnicas de grupos
operativos, la inclusión del psicoanálisis freudiano y kleiniano en el ámbito grupal, la dialéctica
materialista, ciertas concepciones lacanianas y la influencia de los literatos «malditos» y del arte
pictórico no convencional. Dejó una huella abierta a sucesivos desarrollos que los Dres. Bleger y
Ulloa produjeron para la Psicología Institucional en la vida académica.
Por la función formadora en el ámbito universitario y la importante producción de conocimiento
que ambos asumieron, es que son considerados fundadores y pioneros en este campo en la
Argentina. Sin desconocer la íntima relación de la dimensión sociodinámica de los grupos con la
dimensión institucional, fueron profundizando en una caracterización diferencial esclarecedora.
En el año 1966 el Dr. José Bleger, verdadero creador pionero, afirmaba que este campo era un
desarrollo reciente de la Psicología como disciplina. Publica «Psicohigiene y Psicología
Institucional», que constituye un texto central para la psicología institucional donde dedica un
capítulo al tema específico. El alto nivel y la vigencia de los conceptos allí desarrollados lo hace
permanecer aún hoy como referente bibliográfico imprescindible.. El texto fue producto de un
seminario dictado en la Carrera mencionada, donde se proveía a los psicólogos de los elementos
fundamentales para la comprensión y el abordaje institucional. Definía la Psicología Institucional
como un campo que requería de un modelo conceptual propio de la psicología social y de un
ámbito específico y amplio: las instituciones. Afirmaba que los modelos conceptuales debían
referir al uso de categorías adecuadas a los fenómenos de las agrupaciones humanas
(comunicación, interacción, identificación, etc.). Consideraba para su especificidad el estudio de:
a) la estructura y dinámica de las instituciones; b) la psicología de las instituciones; c) estrategia
del trabajo del psicólogo institucional que comprende: 1. el encuadre de la tarea y la
administración de los recursos, que establece la relación del psicólogo con la institución en la
contratación, programación y realización del trabajo profesional. 2. teoría del encuadre que
establece los criterios de dicha relación. Para este autor teoría y estrategia constituían una
unidad.
El Dr. Fernando Ulloa en el mismo año produce un trabajo escrito sobre Psicología Institucional
presentado en la A.P.A., que constituye un texto fundacional en tanto apertura del psicoanálisis
al campo social, aportando definiciones pioneras en la Argentina para un tipo de práctica
psicológica centrada en las instituciones.
En tanto el Dr. Ulloa a partir de 1962 incluía esta temática en las asignaturas electivas de
«Psicología Clínica de Adultos I» y «Psicología Clínica de Adultos II» en la misma Carrera, con una
perspectiva clínica dirigida a las agrupaciones humanas.
Como consecuencia del golpe de estado del General Onganía, que interrumpe el gobierno
democrático a cargo del Dr. Illia, la Universidad de Buenos Aires sufre un impacto institucional
por la intervención a la que fue sometida. Este hecho político provoca un corte en la temática
referida a la psicología institucional.
En el año 1967, intentando reorganizar la vida universitaria, se abrió una cátedra con el nombre
de «Psicología Institucional» en la entonces Carrera de Psicología de la Facultad de Filosofía y
Letras de la Universidad Nacional de Buenos Aires, con carácter de optativa en el plan de
estudios. Se institucionalizó entonces la temática al dársele carácter de materia. Otro cambio de
importante significación fue la designación, por primera vez un psicólogo, el Licenciado Ricardo
Malfé, en calidad de profesor titular. Se realizaron consultas institucionales desde la Cátedra. La
bibliografía incluía: los trabajos sociales de Freud, el aporte institucional de Elliot Jaques cuyo
referente psicoanalítico era Melanie Klein, los conceptos organizacionales de Etzioni y de Schein,
más los textos anteriormente señalados de Bleger y Ulloa.
Acontecimientos políticos de movimientos obreros y universitarios en Córdoba en la Argentina y
el «Mayo del 68» francés en los claustros universitarios, cuestionando las formas pedagógicas
tradicionales, son factores sociopolíticos de alta incidencia en el institucionalismo argentino y
marcan hitos en sus cuerpos teórico-prácticos.
En la Argentina, los primeros tres años de la década del 70, por dentro y por fuera de la
Universidad, fueron de gran actividad en el estudio y en las prácticas sociales institucionalistas.
Fue un tiempo de cruce de esta práctica con los ideales utópicos en busca de una mejor
sociedad, alcanzando desarrollos conceptuales y realizando numerosas prácticas sociales en el
campo de la prevención así como en trabajos institucionales y comunitarios.
En 1972 y 1973 se agregaron, a la bibliografía de la Cátedra antes mencionada, autores
franceses como Pagés, Tort, Lourau, con lo cual se introducían conceptualizaciones sobre la
vida afectiva de los grupos, el psicoanálisis, el materialismo histórico y el análisis institucional.
En 1974 no se llegó a dictar la materia, en un contexto político turbulento que preanunciaba el
próximo golpe de estado en el país.
En 1975 cambió el titular de la cátedra; el Licenciado Luis María Bick permaneció hasta 1985.
Mantuvo los autores clásicos como Freud, Etzioni, Bleger, Ulloa, Schein, Crozier, entre otros y
continuó agregando en su línea bibliográfica autores diversos como Foucault, Kristeva, Derrida,
Bunge y otros de la psicología industrial.
Otra vez la historia política del país va a dejar su marca en el ámbito académico como en el extra
académico en ¡o que atañe a todo el movimiento institucionalista: la nueva ruptura de la
democracia, debido al golpe militar de 1976, bajo la forma de represión social, detiene el
desarrollo de las prácticas en el campo social que la materia había llegado a producir.
Hasta 1985 la materia se dictó con el mismo profesor, sin que consten en sus programas
trabajos de extensión universitaria, ni surja ese dato de informantes claves. Entonces, sólo se
mantuvo dentro del claustro el conocimiento institucional teórico, debe rescatarse el hecho de no
haber sido excluida del plan de estudios. Una línea de investigación abierta fue sobre el
«Desarrollo institucional en la gran y mediana empresa».
Luego de un proceso de normalización la Carrera de Psicología pasó a ser Facultad de
Psicología. Se concursó en 1985 -por primera vez- la materia «Psicología Institucional», que poco
después pasó a ser obligatoria, perteneciendo al área profesional del plan de estudios. El
profesor titular de la Cátedra concursada fue el Licenciado Ricardo Malfé, que produjo textos de
profundización sobre la materia en la línea psicoanalítica freudiana. En sus contenidos se
delineaban dos grupos temáticos: a) una psicología de los campos y procesos históricos,
relacionada con el concepto amplio de institución, b) modelos de prácticas de intervención
institucional y organizacional, referida a la acepción restringida.
La bibliografía incluía distintas perspectivas institucionalistas, de autores nacionales (Malfé,
Schlemenson, entre otros) y extranjeros (Guattari, Lourau, Kaës, etc.) clásicos y
contemporáneos. Se llevaron a cabo numerosas consultas por parte del equipo docente. La
metodología de enseñanza práctica consistía en trabajos exploratorios en terreno.
En 1993 se concursa la materia para conformar dos cátedras. En una de ellas la profesora titular
es la Lic. Virginia Schejter y en la otra la Lic. Alicia Corvalán de Mezzano, autora de este texto
Para la segunda cátedra nombrada la Psicología Institucional se ocupa de reconocer las
instituciones fundantes de toda sociedad tales como el lenguaje, la sexualidad, la religión y los
sistemas de producción, para centrarse -operativamente- en las formas organizacionales que
se corresponden con el concepto de organización.
Se propone la aplicación de dos metáforas sociales: 1) La Tolva: alude a la Psicología
Institucional que intenta comprender interdisciplinariamente el objeto institucional y aplicar
recursos metodológicos y técnicos provenientes de diversas disciplinas del campo social,
particularmente el psicoanálisis, la antropología y la historia oral. 2) El Obrador: remite al lugar de
trabajo grupal que construyen los consultores o institucionalistas para su intercambio
profesional, donde se analizan los factores transferenciales-contratransferenciales y las
implicaciones suscitadas por las consultas en curso.
Ambas metáforas intentan constituir redes epistémico-prácticas que guarden analogía con la
compleja realidad institucional del objeto y el trabajo institucional.
Siendo preciso acompañar la comprensión estructural de las organizaciones con el propio
devenir o movimiento histórico que permite anudar historia libidinal e historia social en
configuraciones que se nos ofrecen para ser develadas-ocultadas, la cátedra prioriza el eje
histórico. El eje histórico es hoy en Argentina ineludible, aunque nos parece indispensable
siempre, en tanto las instituciones son reservorios de memoria social.
El propio desarrollo del conocimiento institucional como cuerpo teórico y práctico, presenta una
difícil pero perceptible tensión a reconocer entre lo instituido y lo instituyente. Se evidencia en el
proceso mismo de transmisión académica y en el camino de profesionalización que ha ido
realizando, según se intentó mostrar en esta escueta historia del término aquí trabajado.
Desarrollo desde la perspectiva vincular
El «movimiento institucionalista», del que habla Gregorio Baremblit, se refiere a una serie de
tendencias que incluyen líneas institucionales diferenciadas por responder a distintas
ubicaciones ideológicas, teóricas y técnicas, que sintéticamente pueden reconocerse en la línea
francesa (Lourau, Lapassade, Mendel) y en la línea argentina -entre otras- que se afirma
básicamente en el psicoanálisis coincidiendo con la temática hasta aquí desarrollada.
La Psicología Institucional puede incluirse en el «movimiento institucionalista», en tanto es una de
las diversas perspectivas conceptuales y metodológicas del campo institucional, que recibe la
herencia conceptual de los pioneros institucionalistas argentinos más los aportes de
reconocidos autores como Castoriadis, Lourau, Baremblit.
La Psicología Institucional hoy, en tanto teoría y práctica, tiene el desafío de comprender e
intentar transformar -a pedido de los actores sociales- el escenario complejo de las instituciones,
que implica tan diversas dimensiones.
Los recortes de las instituciones sociales, plasmadas en la singularidad de las organizaciones
consultantes, enfrentan al institucionalista con un doble requerimiento:
a) Abordar los vínculos intersubjetivos en ámbitos donde los aspectos conscientes,
preconscientes e inconscientes constituyen una trama libidinal signada por objetivos sociales.
b) Abordar, en el recorte particular de las organizaciones, aspectos sociohistóricos que incluyen
la política, la economía, la ecología, la tecnología, etcétera.
Este campo específico brinda la posibilidad de descifrar el cruce de los significados vinculares
con inclusión de las dimensiones de lo real, lo imaginario y lo simbólico en una interacción
constante.
No puede desconocerse la organización racional ni la organización fantasmática con sus
intrínsecos y mutuos grados de coherencia y contradicción, siempre presentes en la estructura
y dinámica institucional.
La Psicología Institucional constituye una práctica que requiere continuar desarrollando
teóricamente su campo considerando distintos paradigmas que, en red epistémica, nos
conduzca hacia la construcción también de una intervincularidad disciplinaria. Y como tal
-porque nuestro ámbito de investigación y práctica así lo marca- eluda los paradigmas
hegemónicos que sólo consiguen parcializar la sustancialidad estructural y dinámica de las
instituciones y las organizaciones.
Desde la perspectiva vincular se remarca el carácter fundante de las instituciones tanto en el
plano social como en la constitución del psiquismo. Así lo transmitieron S. Freud particularmente
en sus escritos sociales, Pichón Riviére al hablar de estructura de vínculo, Bleger en relación al
encuadre y Kaës en sus teorizaciones acerca de la función de apuntalamiento psíquico de las
instituciones, las formaciones intermediarias, el sufrimiento institucional, el pacto de negación, el
contrato narcisista, los organizadores socioculturales, etcétera.
Problemáticas conexas
Las instituciones básicas de toda sociedad, y las singulares formas organizacionales
específicas tal como la familia, la escuela, la empresa, etc.) constituyen el macro contexto
moldeador de los psiquismos desde la incidencia histórico-cultural.
Los temas conectados íntimamente provienen del psicoanálisis (identidad, procesos de
identificación, ideal del yo, sublimación, sufrimiento institucional, entre tantos otros) y de
disciplinas del campo social tales como la antropología (cultura, mitos, ritos); la historia (historia
oral y vida cotidiana, historia de vida); ecología (intercambios con el medio ambiente); economía
(asignación y distribución de recursos); sociología (agrupamientos humanos); psicología del
trabajo (división técnica y jerárquica, condiciones de trabajo); entre otras.