Diccionario de psicología, letra R, Real ( Freud)

Real
El problema de la realidad aparece en Freud, desde una perspectiva biológica, en 1895, en la
sección 15 de la primera parte del texto de publicación póstuma titulado «Proyecto de
psicología». Se trata entonces de caracterizar simplemente la clave perceptiva por la cual el
organismo estaría en condiciones de asegurar una situación favorable a la descarga. «La fuerza
del deseo y la producción de displacer pueden por igual tener efectos biológicamente
perjudiciales cuando se renueva la investidura del recuerdo. Esto es lo que sucede en cuanto la
fuerza del deseo supera ciertos límites favoreciendo de tal modo una descarga. Es también lo
que sucede siempre que hay desprendimiento de displacer cuando la investidura de la imagen
mnérnica hostil emana (por asociación) del propio Y, y no del mundo exterior. En este último
caso, es también un signo, el que debe permitir distinguir entre una percepción y un recuerdo (o
representación). Muy probablemente son las neuronas perceptivas las que proveen este signo:
un «signo de realidad». Toda percepción exterior produce siempre en o) una cierta excitación
cuantitativa que por sí misma no tiene ninguna acción sobre Y. Por lo tanto, hay que añadir que
la excitación perceptual conduce a una descarga perceptual y que el anuncio de esta última (así
como de todos los otros tipos de descarga) alcanza a Y. Es este anuncio de descarga
proveniente de o) lo que constituye para Y un signo de cualidad o de realidad. Cuando el objeto
deseado está copiosamente investido, al punto de ser alucinatoriamente activado, se produce el
mismo signo de descarga o de realidad que se produciría en el caso de una percepción exterior.
En este caso falta el criterio.»
Más allá de este comentario biológico, el punto de vista propiamente psicoanalítico se
determinará en Freud por un doble movimiento. En un primer tiempo, estando ya adquirida como
sustituto de la satisfacción pulsional la noción de fantasía optativa, la realidad se definirá como la
vertiente externa de la frustración. Tal será la presentación -ya tradicional- que darán de la
realidad, en 1911, el artículo «Formulaciones sobre los dos principios del acaecer psíquico», o,
más tarde, la «Revisión de la doctrina de los sueños» (Conferencia nº 29, 1932).
No obstante, en esta fecha la incompletud subjetiva que consagra esa emergencia de lo real
está llamada a adquirir un valor positivo en el registro de la negación. En efecto, lo real
encontrará su dimensión teórica en el momento en que la negación reciba su fundamento de su
determinación temporal, según la formulación freudiana de 1924: es real no lo que es
encontrado, sino lo reencontrado. Ahora bien, si es cierto que lo real es lo reencontrado y que,
con respecto a un sujeto histórico, el objeto de deseo es por esencia el objeto perdido (la
«primera» presencia auxiliadora a la que en consecuencia le está interdicta la repetición), ese
real se definirá precisamente como lo imposible. En tal carácter, además, en su posición tópica
se caracterizará como ex-sistente (situado más allá de todo campo asignable). Finalmente, y en
cuanto le es de este modo conferido el estatuto de un vacío, se articulará en una representación
«borromea» con los vacíos constitutivos de lo simbólico y lo imaginario. Falta aún precisar las
razones de tal elaboración teórica.
En 1958, la ex-sistencia es atribuida por Lacan al deseo del sueño en tanto que inscrito en el
Otro con el aspecto de lo realizado (erfüllt): «el sujeto ha encontrado la estructura constituyente
de su deseo en la misma hiancia abierta por el efecto de los significantes en aquellos que vienen
a representar para él al Otro, en tanto que su demanda está sometida a ellos. Quizá se pueda
aquí entrever al pasar la razón de este efecto de ocultación que nos ha detenido en el
reconocimiento del deseo del sueño. El deseo del sueño no es asumido por el sujeto que dice
«yo» [Je] en su palabra. Articulado sin embargo al lugar del Otro, es discurso, discurso cuya
gramática Freud comenzó a enunciar como tal. Es así como los votos que constituye no tienen
flexión optativa para modificar el indicativo de su fórmula.
»Esto nos remitiría a una referencia lingüística, en cuanto que lo que se llama el aspecto del
verbo es aquí el de lo realizado (verdadero sentido de la Wunscherfüllung). Es esta ex-sistencia
(Entstellung) del deseo en el sueño lo que explica que la significación del sueño enmascare allí al
deseo, mientras que su móvil se desvanece por ser solamente problemático.»
Se observará que esta Entstellung es precisamente característica de la paranoia, en los términos
más antiguos de la correspondencia de Freud con Fliess. A lo cual hace eco la exterioridad de lo
real en el esquema R de Lacan.
En definitiva, la ex-sistencia de lo real como imposible se comprenderá entonces mejor a partir
del recurso a Heidegger. Paralelo sometido no obstante a una condición imperativa: que se
justifique en su alcance con respecto al psicoanálisis. Ahora bien, en este caso, y en el período
en que Lacan subraya la prevalencia ad~ quirida por lo real en su pensamiento después de lo
imaginario y lo simbólico, la imposibilidad que lo define es la de la relación sexual, manifestada
ella misma por la angustia de castración.