Diccionario de psicología, letra R, Restos diurnos

Restos diurnos
Al.: Tagesreste.
Fr.: restes diurnes.
Ing.: day’s residues.
It.: resti diurne.
Por.: restos diurnos.

Dentro de la teoría psicoanalítica del sueño, elementos del estado de vigilia del día anterior que se encuentran en la narración del sueño y en las asociaciones libres del individuo que ha soñado;
se hallan en una relación más o menos lejana con el deseo Inconsciente que se realiza en el
sueño. Pueden encontrarse todos los grados intermedios entre dos extremos: cuando la
presencia de un determinado resto diurno parece motivada, por lo menos en un primer análisis,
por una preocupación o un deseo de la vigilia, y cuando se eligen elementos diurnos, de
apariencia Insignificante, por su conexión asociativa con el deseo del sueño.
Según una concepción clásica, discutida en el primer capítulo de La interpretación de los
sueños (Die Traumdeutung, 1900), los elementos que se encuentran en la mayoría de los
sueños derivarían de la vida de los días anteriores. Sin embargo, diversos autores habían ya
observado que tales elementos no correspondían siempre a acontecimientos o intereses
importantes, sino a detalles de apariencia anodina.
Freud recoge estos hechos y les da una nueva significación, integrándolos en su teoría, que
considera el sueño como el cumplimiento de un deseo inconsciente. La naturaleza y función de
los restos diurnos puede establecerse en relación con la tesis fundamental según la cual la
energía del sueño se encuentra en el deseo inconsciente.
Puede tratarse de deseos o de preocupaciones diversas que ha experimentado el sujeto durante
la vigilia y que vuelven a surgir en el sueño; la mayoría de las veces estos problemas de la vigilia
están presentes en el sueño en una forma desplazada y simbólica. Los restos diurnos son
sometidos a los mecanismos del trabajo del sueño al igual que todos los pensamientos del sueño.
Según una célebre metáfora de Freud, los restos diurnos son entonces el «empresario» del
sueño, funcionan como incitación (un papel análogo pueden desempeñar las impresiones
corporales durante el sueño). Pero, incluso en este caso, el sueño sólo puede ser plenamente
explicado por la intervención del deseo inconsciente que aporta la fuerza de las pulsiones
(Triebkraft), el «capital». «En mi opinión, el deseo consciente sólo puede suscitar un sueño
cuando despierta otro deseo, inconsciente, en consonancia con él y en virtud del cual resulta
reforzado».
En última instancia, la relación entre los restos diurnos y el deseo inconsciente puede prescindir
de la función intermedia de una preocupación actual: los restos diurnos no son más que
elementos, signos que utiliza el deseo inconsciente. En tal caso será aún más manifiesta la
apariencia arbitraria de su selección. ¿Cuál es entonces su función? Puede resumirse así:
a) al seleccionarlos, el sueño burla la censura. Bajo la envoltura de su apariencia insignificante,
pueden. expresarse contenidos reprimidos;
b) se prestan, más que los recuerdos cargados de interés y ya integrados en ricos complejos
asociativos, a entrar en conexión con el deseo infantil;
c) su carácter actual aumenta su importancia a los ojos de Freud, quien, para explicar la
presencia de lo reciente en todo sueño, recurre al concepto de « transferencia » . «Los restos
diurnos […] no sólo toman algo del Ics (a saber, la fuerza pulsional que está a disposición del
deseo reprimido) cuando intervienen en la formación de un sueño, sino que además ofrecen al
inconsciente algo indispensable, a saber, el punto de conexión necesario para una
transferencia». Esta importancia de lo presente se halla verificada por el hecho de que, a
menudo, lo que se encuentra son restos del mismo día anterior al sueño.