Diccionario de psicología, letra S, Schriften zur Angewandten Seelenkunde (Monografías de psicoanálisis aplicado)

Schriften zur Angewandten Seelenkunde
(Monografías de psicoanálisis aplicado)

Las actas de la Sociedad Psicológica de los Miércoles, redactadas por Otto Rank y confiadas
por Sigmund Freud en 1938 a Paul Federn, quien las editaría con Hermann Nunberg en 1962,
comienzan con el acta de la sesión del miércoles 10 de octubre de 1906. Esa noche Freud se
disculpó ante sus colegas por no poder leerles, debido al retraso del editor Hugo Heller, el texto
que había escrito para presentar una nueva colección destinada a ensayos de psicoanálisis
aplicado.
La creación de esa colección respondía a una demanda creciente del público. De hecho, durante
los años 1906-1907, muchas de las noches de los miércoles se dedicaron a trabajos de este
tipo, a la presentación de biografías psicoanalíticas, a enfrentamientos sobre los riesgos de la
interpretación psicoanalítica excesiva a propósito de todo. En el curso de esas discusiones,
Freud aparece dividido entre el deseo de que el psicoanálisis se desarrolle y conquiste nuevas
comarcas, y el de dotar a su descubrimiento de un estatuto de cientificidad a toda prueba.
La colección fue inaugurada con el ensayo de Freud El delirio y los sueños en la «Gradiva» de
W Jensen. Después siguieron trabajos de Carl Gustav Jung, Karl Abraham, Otto Rank, Isidor
Sadger, Franz Riklin, Oskar Pfister, Max Graf, Ernest Jones, Adolf Josef Storfer (1888-1944),
Hermine von Hug-Hellmuth y el ensayo de Freud Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci.
Desde el tercer volumen, la colección, que en 1913 contaba con quince títulos, fue editada por
Franz Deuticke, cuya empresa estaba instalada en Viena y Leipzig.
Curiosamente, este acontecimiento ha sido pasado por alto por los historiadores y los biógrafos,
que pocas veces mencionan el texto de presentación de Freud, incluido en el primer volumen de
la colección y en la Standard Edition (pero ausente en las Gesammelte Werke e inédito en
francés).
En ese texto, Freud precisa que la colección se dirige «al público cultivado más vasto que, sin estar formado en filosofía o medicina, es sin embargo capaz de apreciar el esfuerzo de la ciencia del espíritu humano para llevar a la comprensión profunda de la existencia humana». Las obras de esa colección, continúa Freud, iban a ser ejemplos de la aplicación de los
conocimientos psicológicos a cuestiones de arte, literatura, historia de las civilizaciones y las
religiones. Cada volumen tendría su propio estilo, adecuado al enfoque especulativo o a la
investigación precisa, pero todos deberían evitar la reseña o la compilación. Freud puntualiza
que cada autor sería responsable de su texto y que la colección, «abierta a la expresión de
opiniones divergentes», le daría «la palabra a la mayor variedad de puntos de vista y principios de
la ciencia contemporánea».