Diccionario de psicología, letra T, Tópica, representación tópica

Tópica
 
La representación «tópica» presentada en el capítulo VII de La interpretación de los sueños
determina el orden de coexistencia de las diferentes regiones del aparato psíquico entre las
cuales se despliegan los procesos, desde su extremo sensorial hasta su extremo motor.
No obstante, en una nota introducida en una edición posterior, Freud subraya la insuficiencia del
esquema construido antes. «El desarrollo posterior de este esquema desplegado linealmente
-escribe Freud entonces- deberá tener en cuenta el supuesto de que el sistema que sucede al
preconsciente es aquel al que debemos atribuir la conciencia [cursivas de Freud], y que
entonces P = C.»
«Le daremos el nombre de inconsciente -escribió en 1900- al sistema ubicado más atrás; dicho
sistema no puede acceder a la conciencia sino pasando por el preconsciente, y durante ese
pasaje el proceso de excitación debe plegarse a ciertas modificaciones. »
Sea como fuere, el principio de representación constitutivo de la tópica sigue siendo el que
enunciaba el texto original de La interpretación de los sueños.
En el punto de partida, una sugerencia de Fechner: «El gran G.T. Fechner, en su Psicofísica, a
propósito de algunas consideraciones sobre el sueño, formula la hipótesis de que la escena en
la que se mueve el sueño es quizás muy distinta de la de la vida de representación en la vigilia;
ningún otro supuesto permite comprender las peculiaridades del sueño».
La construcción tópica se efectúa entonces a partir de la desaprobación de la localización
anatómica: «Descartemos de inmediato la noción de localización anatómica. Permanezcamos en
el terreno psicológico y tratemos sólo de representarnos el instrumento que sirve para las
producciones psíquicas como una especie de microscopio complicado, de aparato fotográfico o
algo semejante. El lugar psíquico corresponderá a un punto de ese aparato en el que se forma la
imagen.
«Desde el punto de vista epistemológico, la construcción tópica tendrá entonces el estatuto de
una «construcción auxiliar». Me parece inútil excusarme por lo que mi comparación puede tener
de imperfecto. Sólo la empleo para hacer comprender la disposición del mecanismo psíquico,
descomponiéndolo y determinando la función de cada una de sus partes. No creo que nadie
haya aún intentado reconstruir de este modo el aparato psíquico. El intento no es riesgoso.
Quiero decir que podemos dar libre curso a nuestras hipótesis, siempre y cuando nos
reservemos el juicio crítico y no tomemos el andamiaje por el edificio en sí. Sólo necesitamos
representaciones auxiliares para aproximamos a un hecho desconocido; las más simples y
tangibles serán las mejores.»
En síntesis, lo esencial de la construcción tópica consistirá en figurar esa característica del
aparato psíquico de estar dotado de una dirección.
«En primer lugar nos sorprende el hecho de que el aparato compuesto por estos sistemas tiene
una dirección. Toda nuestra actividad psíquica parte de estímulos (internos o externos) y termina
en inervaciones. El aparato tendrá entonces un extremo sensorial y un extremo motor; en el
extremo sensorial se encuentra un sistema que recibe las percepciones, y en el extremo motor,
hay otro que abre las esclusas de la motricidad. El proceso psíquico va en general del extremo
perceptivo al extremo motor.»
A esta primera tópica, inspirada en el análisis del sueño y de la histeria, le sucederá después de
1920 una segunda tópica, elaborada como respuesta a los problemas de la psicosis, que abarca
el ello, el yo y el superyó. De la primera, Freud dirá que tiene un valor descriptivo, mientras que a
la segunda se le reconocerá un valor sistemático.