Diccionario de psicología, letra T, Trabajo del sueño

Trabajo del sueño
Al.: Traumarbeit.
Fr.: travail du réve.
Ing.: drearn-work.
It.: lavoro del sogno.
Por.: trabalho o labor do sonho.

Conjunto de las operaciones que transforman los materiales del sueño (estímulos corporales,
restos diurnos, pensamientos del sueño) en un producto: el sueño manifiesto. El efecto de este
trabajo es la deformación.
Al final del capítulo IV de La interpretación de los sueños (Die Traumdeutung, 1900) Freud
escribe: «El trabajo psíquico en la formación del sueño se divide en dos operaciones: la
producción de los pensamientos del sueño y su transformación en contenido [manifiesto] del
sueño». Esta segunda operación es la que, en sentido estricto, constituye el trabajo del sueño,
cuyos cuatro mecanismos analiza Freud: Verdictung (condensación), Verschiebung
(desplazamiento), Rücksicht auf Darstellbarkeit (consideración de la representabilidad) y
sekundáre Bearbeitung (elaboración secundaria).
En cuanto a la naturaleza de este trabajo, Freud sostiene dos proposiciones complementarias:
1) no es un trabajo creador, sino que se contenta con transformar los materiales;
2) sin embargo, es este trabajo, y no el contenido latente, lo que constituye la esencia del sueño.
La tesis del carácter no creativo del sueño implica, por ejemplo, que «[… ] todo lo que se
encuentra en los sueños como actividad aparente de la función del juicio [cálculos,
razonamiento] debe considerarse, no como una operación intelectual del trabajo del sueño,
sino como perteneciente al material de los pensamientos del sueño» . Estos se ofrecen como
material al trabajo del sueño, el cual obedece a «[…] una especie de necesidad imperiosa de
combinar en una sola unidad todas las fuentes que han actuado como estímulos del sueño».
En cuanto al segundo punto (el sueño es esencialmente el trabajo que en él se realiza), Freud
insiste en él en sus Observaciones sobre la teoría y la práctica de la interpretación de los
sueños (Bemerkungen zur Theorie und Praxis der Traumdeutung, 1923), donde previene a los
analistas contra un respeto excesivo hacia un «misterioso inconsciente». La misma idea se
patentiza en diversas notas añadidas a La interpretación de los sueños y que constituyen una
especie de llamada al orden. Por ejemplo: «Durante mucho tiempo se han confundido los sueños
con su contenido manifiesto. Es preciso no confundirlos ahora con los pensamientos latentes».