Diccionario de psicología, letra T, Transformación (de una pulsión) en lo contrario

Transformación (de una pulsión) en lo contrario
Al: Verkehrung ins Gegenteil.
Fr.: renversement dans le contraire.
Ing.: reversal into the oposite.
It.: conversione nell’opposto.
Por.: interversão do impulso o da pulsão.

Proceso en virtud del cual el fin de una pulsión se transforma en su contrario, al pasar de la
actividad a la pasividad.
En Las pulsiones y sus destinos (Triebe und Triebschicksale, 1915), Freud, considerando los
«destinos pulsionales», incluye entre ellos, además de la represión y la sublimación, la
transformación en lo contrario y la vuelta hacia la propia persona. Inmediatamente indica que
estos dos procesos (el primero de los cuales afecta al fin, el segundo al objeto) se hallan, en
realidad, tan íntimamente ligados entre sí (como se observa en los dos principales ejemplos, el
del sadismo-masoquismo y el del voyeurismo-exhibicionismo) que resulta imposible describirlos
por separado.
La vuelta del sadismo en masoquismo implica, a la vez, el paso de la actividad a la pasividad y
una inversión de papeles entre el que inflige los sufrimientos y el que los soporta. Este proceso
puede detenerse en una fase intermedia, en la cual existe ciertamente una vuelta hacia la propia
persona (cambio de objeto), pero el fin no se ha vuelto pasivo sino simplemente reflexivo
(hacerse sufrir a sí mismo). En su forma completa, en la que se ha realizado el paso a la
pasividad, el masoquismo implica « […] que se busca a una persona ajena como nuevo objeto
que, en virtud de la transformación del fin, debe asumir el papel del sujeto». Tal transformación
no puede concebirse sin hacer intervenir una ordenación fantaseada, en el cual el otro individuo
se convierte imaginariamente en el sujeto al cual se atribuye la actividad pulsional.
Los dos procesos pueden evidentemente funcionar en el sentido opuesto: transformación de la
pasividad en actividad, vuelta desde la propia persona hacia otro: «[…] que la pulsión se vuelva
desde el objeto hacia el yo o que se vuelva desde el yo hacia el objeto esto no es, en principio,
diferente».
Cabe preguntarse si el retorno de la libido, a partir de un objeto exterior, sobre el yo (libido del yo
o narcisista) no podría designarse también como «vuelta hacia la propia persona». Se observará
que, en este caso, Freud prefirió utilizar expresiones como la de «retirada de la libido sobre o en
el yo».
Además de la transformación de la actividad en pasividad, que afecta al modo, a la «forma» de la
actividad, Freud considera una transformación «del contenido», o transformación «material»: el del amor en odio. Pero hablar aquí de transformación sólo le pareció válido en un plano puramente descriptivo; en efecto, amor y odio no pueden comprenderse como destinos de una misma pulsión. Tanto en la primera como en la segunda teoría de las pulsiones, Freud les
atribuye un origen diferente.
Anna Freud clasificó entre los mecanismos de defensa la transformación en lo contrario y la
vuelta hacia la propia persona, y se preguntó si no debían considerarse como los procesos
defensivos más primitivos. (Véase: Identificación con el agresor). Algunos pasajes de Freud
hablan en igual sentido.