Diccionario de psicología, letra U, Unión – desunión (de las pulsiones)

Unión – desunión (de las pulsiones)
Al.: Triebrnischung – Triebentmischung.
Fr.: union – désunion (des pulsions).
Ing.: fusion – defusion (of instincts).
It.: fusione – defusione (delle pi1sioni).
Por.: fusão – defusão (dos impulsos o das pulsões).

Términos utilizados por Freud, dentro de su última teoría de las pulsiones, para describir las
relaciones entre las pulsiones de vida y las pulsiones de muerte, tal como se traducen en una
determinada manifestación concreta.
La unión de las pulsiones constituye una verdadera mezcla, en la que cada uno de los dos
componentes puede entrar en proporciones variables; la desunión designa un proceso que, en
el caso extremo, conduciría a un funcionamiento Independiente de las dos clases de pulsiones,
persiguiendo cada una por separado su propio fin.
La última teoría de las pulsiones, con su oposición radical entre pulsiones de vida o pulsiones de
muerte hace que se plantee la pregunta: ¿Cuáles son, en un determinado comportamiento, en un
determinado síntoma, la parte respectiva y el modo de asociación de los dos grandes tipos de
pulsiones? ¿Cuál es su interacción, su dialéctica, a través de las etapas evolutivas del sujeto?
Se comprende que este nuevo dualismo pulsional indujera a Freud a considerar las relaciones de
fuerza entre las pulsiones antagónicas(66).
En efecto, en lo sucesivo se reconocerá a las fuerzas destructivas el mismo poder que a la
sexualidad; se enfrentan en el mismo terreno y se encuentran en comportamientos
(sadomasoquismo), instancias (superyó), tipos de relación de objeto, que se ofrecen a la
investigación psicoanalítica.
Con todo, se observará que el problema de la unión de las dos grandes pulsiones no fue
abordada por Freud en forma simétrica en cuanto a los dos términos presentes. Cuando Freud
habla de desunión, intenta designar, explícita o implícitamente, el hecho de que la agresividad
habría logrado romper todo nexo con la sexualidad.
¿Cómo concebir la unión de las dos pulsiones? Freud no se mostró muy preocupado por
precisarla. Entre las diferentes nociones que entran en la definición de la pulsión, hace intervenir
sobre todo las de objeto y fin. Pero la convergencia de las dos pulsiones, aisladas en su
dinámica, sobre un solo y mismo objeto, no parece por sí sola poder definir la intrincación; en
efecto, la ambivalencia, que corresponde a esta definición, es para Freud el ejemplo más
llamativo de una desunión o de una «unión que no se ha realizado». Además de una
armonización de los fines, es necesaria una especie de síntesis cuyo matiz específico
corresponde a la sexualidad: «Creemos que el sadismo y el masoquismo nos ofrecen dos
ejemplos excelentes de la unión de dos clases de pulsiones, Eros y agresividad, y establecemos
la hipótesis de que esta relación constituye un prototipo, que todas las mociones pulsionales que
podemos estudiar son también uniones o alianzas similares de las dos clases de pulsiones;
uniones, naturalmente, en las que las proporciones son muy diversas. Las pulsiones eróticas
son las que, en la desunión, introducirían la diversidad de sus fines sexuales, mientras que, para
el otro tipo de pulsiones, sólo existirían atenuaciones y grados decrecientes dentro de su
tendencia, que es siempre la misma». En la misma línea de pensamiento, Freud, al describir la
evolución de la sexualidad, muestra cómo en ella la agresividad entra al servicio de la Pulsión
sexual.
Al ser la unión de las pulsiones una mezcla, Freud insiste, en varias ocasiones, en que pueden
darse todas las proporciones imaginables entre Eros y agresividad, pudiendo decirse que existe
aquí una especie de serie complementaria: «Las modificaciones en la proporción de las
pulsiones que están unidas pueden tener las mayores consecuencias. Un exceso de
agresividad sexual hace de un enamorado un sádico asesino, una gran disminución del factor
agresivo le vuelve tímido o impotente».
La desunión, por el contrario, podría definirse como el resultado de un proceso que otorgaría a
cada una de las pulsiones la autonomía de su fin. Postulada por Freud en los orígenes míticos del
ser vivo, esta autonomía de las dos grandes clases de pulsiones sólo puede concebirse como
un estado límite, del cual la experiencia clínica sólo puede proporcionar aproximaciones,
concibiéndose éstas, en general, como regresiones en relación con un movimiento ideal que
integraría cada vez más la agresividad a la función sexual. Uno de los mejores ejemplos de
desunión de las pulsiones lo constituye, según Freud, la ambivalencia de la neurosis obsesiva.
Así, pues, in abstracto, Podría concebirse la existencia de dos series complementarias: una,
cuantitativa, dependería de la proporción de libido y de agresividad, unidas entre sí, en cada
caso; en la otra, variaría el estado de unión o desunión relativa de las dos pulsiones entre sí. De
hecho, se trata aquí, según Freud, de dos formas. poco coherentes entre sí, de expresar el
mismo pensamiento. En efecto, libido y agresividad no deben concebirse como dos ingredientes
simétricos. La libido, como es sabido, constituye para Freud factor de ligazón (Bindung), de
unión; por el contrario, la agresividad tiende por sí misma a «disolver las relaciones». Esto
equivale a decir que, cuanto más predomine la agresividad, más tenderá a desintegrarse la unión
pulsional; y a la inversa, cuanto más prevalezca la libido, más se realizará la unión: «[…] la
esencia de una regresión de la libido, por ejemplo, de la fase genital a la fase anal-sádica, estriba
en una desunión de las pulsiones, mientras que, a la inversa, el progreso de la fase anterior a la
fase genital definitiva presupone la adición de componentes eróticos».
Para explicar la idea según la cual las pulsiones de muerte y pulsiones de vida se combinan
entre sí, Freud utilizó distintos términos: Verschmelzung, «fusión»; Legierung, «alianza»; sich
kombinieren, «combinarse». Pero el par que él adoptó y entró a formar parte de la terminología
psicoanalítica fue Mischung (o Vermischung) – Entmischung. Mischung significa mezcla (por
ejemplo, de dos líquidos en tal o cual proporción); Entmischung = separación de los elementos
de la mezcla.
En francés los equivalentes más generalmente admitidos, siguiendo la propuesta efectuada por
la Comisión lingüística de la Sociedad psicoanalítica de París (24 de julio de 1927), fueron:
intrication-désintrication. Si bien estos términos tienen la ventaja de patentizar la
complementariedad de los dos procesos inversos, presentan, a nuestro modo, de ver, varios
inconvenientes:
1.° intriquer viene del latín intricare: «intrincar, enredar», que a su vez deriva de la palabra
griega «cabello», y sugiere un enmarañamiento de elementos accidentalmente «inextricables»,
pero que persisten por naturaleza distintos;
2.° se presta mal a la idea, que es esencial en el concepto freudiano, de una mezcla íntima que
puede producirse en proporciones variables;
3.° en el par intrication-désintrication, el primer término es el que implica el matiz desfavorable
de un estado de complicación, mientras que désintrication sugiere, por el contrario, la idea de
que se ha logrado desenredar una madeja enmarañada. En este sentido, ¿no podría compararse
el proceso de la cura analítica a una désintrication?
En inglés ha sido generalmente adoptado el par fusion-defusion. Traducido al francés,
presentaría el inconveniente de prestarse a equívocos, dada la pluralidad de significados de la
palabra «fusión» («fusión» en física significa no solamente mezcla, sino también el paso del
estado sólido al estado líquido; metafóricamente se habla de état fusionnel, etc.) y el carácter
poco evocador del neologismo défusion.
En ausencia de un término simétrico al de mezcla, nos hemos decidido por el par
unión-desunión.