Diccionario de Psicología, letra D, Demanda

Diccionario de Psicología, letra D Demanda

(fr. demande; ingl. request; al. Verlangen, Anspruch). Forma ordinaria que toma la expresión de una aspiración, en el caso en que se trata de obtener algo de alguien, a partir de la cual el deseo se distingue de la necesidad. El término demanda se ha hecho de uso corriente en el campo no sólo del psicoanálisis, sino también de las diversas psicoterapias que se inspiran en él de cerca o de lejos. Especialmente, no es raro evaluar la posibilidad de comenzar una cura refiriéndose a la fuerza de la demanda o a su calidad: ¿se trata, por ejemplo, de una simple aspiración por comprender que no resistirá las dificultades del trabajo psicoanalítico? ¿O se trata de una verdadera aspiración a un cambio porque el sujeto no puede soportar más lo que constituye su síntoma? Sin recusar este uso, que tiene su pertinencia, hay que destacar que la noción de demanda no puede ser entendida sólo por las representaciones triviales que este término, muy simple aparentemente, puede sugerir. En particular, ha tomado un sentido específico en la teoría de Lacan, sentido que el uso cotidiano que se hace de él trasunta, pero también de ordinario disimula. J. Lacan introduce la noción de demanda oponiéndola a la de necesidad [besoin]. Lo que especifica al hombre es que depende de los otros hombres, con los que está ligado por un uso común de la palabra y el lenguaje, para sus necesidades más esenciales. En oposición a un mundo animal en el que cada ser se apropiaría, tanto como le es posible, de aquello que le pide su instinto, el mundo humano impone al sujeto demandar, encontrar las palabras que serán audibles para el otro. En este mismo dirigirse se constituye el Otro, escrito con una gran A [Autre], porque esta demanda que el sujeto le dirige constituye su poder, su ascendiente sobre el sujeto. Mas, a partir de que el sujeto se coloca en dependencia del otro, la particularidad a la que aspira su necesidad queda en cierto modo anulada. Lo que le importa es la respuesta del otro como tal, independientemente de la apropiación efectiva del objeto que reivindica. Vale decir que la demanda deviene aquí demanda de amor, demanda de reconocimiento. La particularidad de la necesidad resurgirá más allá de la demanda, en el deseo, bajo la forma de la «condición absoluta». El deseo, en efecto, encuentra su causa en un objeto especificado y sólo se mantiene en proporción a la relación que lo liga con este objeto. Se puede agregar, en una perspectiva clínica, que la intricación de la demanda y del deseo es particularmente visible en la neurosis. Así, por ejemplo, el neurótico obsesivo no tiene por objeto de deseo sino la demanda del otro. Allí donde podría suponerse que puede desear, de hecho se dedica a obtener el reconocimiento del Otro, dándole sin cesar pruebas de su buena voluntad con su comportamiento de buen alumno o de buen hijo.