Diccionario de Psicología, letra E, Elaboración secundaria

Diccionario de Psicología, letra E, Elaboración secundaria

Al.: sekundäre Bearbeitung. Fr.: élaboration secondaire. Ing.: secondary revision (o elaboration). It.: elaborazione secondaria. Por.: elaboração, secundária. Recomposición del sueño destinada a presentarlo en forma de un guión relativamente coherente y comprensible. Substraer al sueño su apariencia de absurdidad e incoherencia, cubrir las lagunas, efectuar una recomposición parcial o total de sus elementos, mediante selección y añadiduras, intentar crear algo parecido a un sueño diurno (Tagtraum), en esto consiste esencialmente lo que Freud llamó elaboración secundaria o también «consideración de la representabilidad» (Rücksicht auf Verständlichkeit). Constituye, como su nombre (Bearbeitung) indica, un segundo tiempo del trabajo (Arbeit) del sueño; actúa, por consiguiente, sobre los productos ya elaborados por los restantes mecanismos (condensación, desplazamiento, representabilidad). Con todo, Freud considera que esta elaboración secundaria no se ejerce sobre formaciones que recompondría con posterioridad; por el contrario «[…] ejerce desde el principio […] una influencia inductora y selectiva sobre la materia de los pensamientos del sueño». Esto hace que el trabajo del sueño utilice de preferencia ensueños ya construidos (véase: Fantasía). Siendo la elaboración secundaria un efecto de la censura (de la cual dice Freud a este respecto que no tiene sólo una función negativa, sino que puede producir añadiduras), actuará sobre todo cuando el sujeto durmiente se aproxima al estado de vigilia y a fortiori cuando narra su sueño. Pero, de hecho, coexiste en cada momento del sueño. En Tótem y tabú (Totem und Tabu, 1912), Freud relaciona la elaboración secundaria con la formación de ciertos sistemas de pensamiento. «Es inherente al ser humano una función intelectual que exige, de todos los materiales que se presentan a nuestra percepción o a nuestro pensamiento, unificación, coherencia e inteligibilidad; y no teme establecer relaciones inexactas cuando, por ciertas circunstancias, es incapaz de captar las relaciones correctas. Conocemos algunos sistemas característicos, no solamente del sueño, sino también de las fobias, el pensamiento obsesivo y las diferentes formas del delirio. En las enfermedades delirantes (la paranoia), el sistema es lo más manifiesto, domina el cuadro morboso, pero no debe ser pasado por alto en las restantes formas de psiconeurosis. En todos estos casos, puede mostrarse que se ha efectuado una recomposición del material psíquico en función de un nuevo fin, recomposición que a menudo es básicamente forzada, pero que resulta comprensible si nos situamos en el punto de vista del sistema» . En este sentido la elaboración secundaria puede relacionarse con la racionalización.

Elaboración secundaria

En un primer tiempo, el trabajo del sueño se basa en mecanismos tales como la condensación, el desplazamiento, la figurabilidad. Pero sobre ese material se ejerce de entrada otro trabajo, a fin de darle un carácter de inteligibilidad. En esto, el sueño narrado se emparienta con una historia relativamente bien construida, como puede serlo una fantasía o un ensueño diurno. Freud aísla esa operación como una función «intelectual», pero sin darle ese nombre. No obstante, esta terminología volverá a trabajarla en 1925, en oportunidad del texto sobre «La negación». Con la negación, Freud describe el modo como la función intelectual se separa del proceso afectivo; al producir un contenido de representación o de pensamiento denegado, el sujeto se vuelve poseedor de ese contenido en el plano intelectual, sin por ello aceptar la implicación afectiva. En el marco del sueño, esta función de inteligibilidad se denomina «elaboración secundaria». «Sirve para reducir la importancia de los acontecimientos que acaban de vivirse y hacer más soportable lo que va a seguir», escribe Freud (La interpretación de los sueños). Por ejemplo, decirse, en el interior de un sueno, que uno está soñando, permite soportar la angustia que en ese instante surge en el sueño y que llevaría a despertar. En esa medida, la elaboración secundaria del sueño, por la semejanza que da a éste con los pensamientos diurnos, es un efecto de la censura. Establece en el sueño un «encadenamiento aparente» por el cual no hay que dejarse tomar. Freud insiste en que hay que rastrear separadamente hasta su origen cada elemento del sueño. El contenido del sueño no proviene por completo de sus pensamientos, sino de «una función psíquica inseparable de nuestro pensamiento de vigilia que le procura una parte de sus elementos». Esta función de censura es un hecho corriente; expresiones del tipo «como si» permiten el ensamblaje de las dos partes del sueño. Freud dice que a menudo esos agregados «se traicionan por la ausencia de material correspondiente en los pensamientos del sueño. Es posible relacionarlos con el material de los pensamientos latentes». Según Lacan, la intelectualización -o mejor, la «racionalización»- que es el mecanismo clave de la neurosis obsesiva, corresponde a la elección de la ignorancia. Es decir que todas las estructuras que operan en el psiquismo eligen siempre sistemas de pensamiento junto a los pensamientos mismos.