Diccionario de Psicología, letra E, Escisión del Yo

Diccionario de Psicología, letra E, Escisión del Yo

Al.: Ichspaltung. Fr.: clivage du moi. Ing.: splitting of the ego. It.: scissione dell’io. Por.: clivagem do ego.

Término utilizado por Freud para designar un fenómeno muy particular cuya Intervención observó especialmente en el fetichismo y en las psicosis: la coexistencia, dentro del yo, de dos actitudes psíquicas respecto a la realidad exterior en cuanto ésta contraría una exigencia pulsional: una de ellas tiene en cuenta la realidad, la otra reniega la realidad en juego y la substituye por una producción del deseo. Estas dos actitudes coexisten sin influirse recíprocamente. I. La palabra Spaltung, para la cual adoptamos el equivalente de «escisión», ha hallado usos muy antiguos y variados en psicoanálisis y en psiquiatría; numerosos autores, entre ellos Freud, la han utilizado para designar el hecho de que el hombre, en uno u otro aspecto, se divide con respecto a sí mismo. A finales del siglo xix, los trabajos psicopatológicos, especialmente sobre la histeria y la hipnosis, se hallan impregnados de conceptos tales como «desdoblamiento de la personalidad», «doble conciencia», «disociación de los fenómenos psicológicos», etc. En Breuer y Freud, las expresiones «escisión de la conciencia» (Bewusstseiizsspaltung), «escisión del contenido de conciencia», «escisión psíquica», etc., designan las mismas realidades: partiendo de los estados de desdoblamiento alternante de la personalidad o de la conciencia, tal como los muestra la clínica de algunos casos de histeria o tal como los provoca la hipnosis, Janet, Breuer y Freud llegaron a la idea de una coexistencia, dentro del psiquismo, de dos grupos de fenómenos, o incluso de dos personalidades, que pueden ignorarse mutuamente. «Desde los interesantes trabajos de P. Janet, J. Breuer y otros, se ha llegado a reconocer de un modo general que el complejo sintomatológico de la histeria justifica la hipótesis de una escisión de la conciencia, con formación de grupos psíquicos separados. Las opiniones son menos claras respecto al origen de esta escisión de conciencia y al papel que desempeña en el conjunto de la neurosis histérica». Precisamente sobre la base de esta divergencia de apreciación, surge el concepto Freudiano del inconsciente como separado del campo de la conciencia por la acción de la represión, concepción que se opone a los puntos de vista de Janet sobre la «debilidad de síntesis psicológica» y se diferencia rápidamente de los conceptos breuerianos de «estado hipnoide» y de «histeria hipnoide». La escisión es, para Freud, el resultado del conflicto; así, pues, si bien el concepto tiene para él un valor descriptivo, no posee en sí mismo ningún valor explicativo. Por el contrario, plantea el problema de por qué y cómo el sujeto consciente se ha separado así de una parte de sus representaciones. Cuando Freud describe la historia de los años en que tuvo lugar el descubrimiento del inconsciente, no deja de utilizar la palabra Spaltung y otros términos similares que designan el mismo dato fundamental: la división intrapsíquica. Pero en la elaboración propiamente dicha de su obra, sólo utiliza la palabra Spaltung de modo esporádico y sin hacer de ella un instrumento conceptual; la emplea en especial para describir el hecho de que el aparato psíquico está dividido en sistemas (Inconsciente y Preconsciente-Consciente), en instancias (ello, yo y superyó) y también el desdoblamiento del yo en una parte que observa y una parte que es observada. Por otra parte, ya es sabido que Bleuler utilizó la palabra Spaltung para designar el síntoma fundamental, según él, del grupo de enfermedades que denomina esquizofrenia(155). Para este autor, Spaltung no sólo describe un dato de observación, sino que, además, implica una determinada hipótesis sobre el funcionamiento mental (véase: Esquizofrenia). A este respecto resulta sorprendente la analogía existente entre el tipo de explicación propuesto por Bleuler para dar cuenta de la Spaltung esquizofrénica y el que da Janet: la escisión del psiquismo en grupos asociativos distintos se concibe como una reagrupación secundaria dentro de un mundo psíquico disgregado a consecuencia de una debilidad asociativa primaria. Freud no hace suya la hipótesis de Bleuler, critica la palabra «esquizofrenia» que alude a dicha hipótesis y cuando, al final de su vida, recoge de nuevo el concepto de escisión, lo hace desde una perspectiva completamente distinta. II. El concepto de escisión del yo fue establecido por Freud sobre todo en sus artículos Fetichismo (Fetischismus, 1927), La escisión del yo en el proceso de defensa (Die Ichspaltung im Abwehrvorgang, 1938) y Esquema del psicoanálisis (Abriss der Psychoanalyse, 1938), en el marco de una reflexión sobre las psicosis y el fetichismo. Según Freud, estas enfermedades plantean principalmente el problema de las relaciones entre el yo y la «realidad». A partir de ellas Freud establece de forma cada vez más afirmativa la existencia de un mecanismo específico, la renegación (Verleugnung), el prototipo de la cual es la renegación de la castración. Ahora bien, la renegación por sí sola no permite explicar lo que se observa en clínica en las psicosis y el fetichismo. En efecto, señala Freud, «el problema de la psicosis sería sencillo y claro si el yo pudiera desprenderse totalmente de la realidad, pero esto rara vez ocurre, o quizá nunca» . En toda psicosis, por profunda que sea, se comprueba la existencia de dos actitudes psíquicas: «[…] una que tiene en cuenta la realidad, la actitud normal; otra, que, por influencia de las pulsiones, separa al yo de la realidad» . Esta segunda actitud es la que se traduce en la producción de una nueva realidad delirante. En el fetichismo Freud encuentra la coexistencia de dos actitudes contradictorias dentro del yo, frente a la «realidad» de la castración: «Por una parte [los fetichistas] reniegan el hecho de su percepción, que les ha mostrado la falta del pene en el órgano genital femenino»; esta renegación se traduce en la creación del fetiche, substitutivo del pene de la mujer; pero «[…] por otra parte, reconocen la falta de pene en la mujer, de la que extraen las consecuencias correctas. Estas dos actitudes persisten conjuntamente durante toda la vida sin influirse entre sí. Esto puede denominarse escisión del yo». Como puede verse, esta escisión no es propiamente una defensa del yo, sino una forma de lograr la coexistencia de dos procedimientos de defensa, uno dirigido hacia la realidad (renegación), el otro hacia la pulsión, pudiendo además este último conducir a la formación de síntomas neuróticos (por ejemplo, síntomas fóbicos). Freud, al introducir la noción de escisión del yo, se pregunta si lo que éste aporta era ya «[…] conocido desde hacía mucho tiempo y obvio o si, por lo contrario, se trataba de algo nuevo y sorprendente». En efecto la existencia, dentro de un mismo sujeto, de «[…] dos actitudes psíquicas diferentes, opuestas e independientes una de otra» se halla en la misma base de la teoría psicoanalítica de la persona. Pero, al describir una escisión del yo (intrasistémica) y no una escisión entre instancias (entre el yo y el ello), Freud intenta poner en evidencia un proceso nuevo respecto al modelo de la represión y del retorno de lo reprimido. En efecto, una de las particularidades de este proceso estriba en que no conduce a la formación de un compromiso entre las dos actitudes presentes, sino que las mantiene simultáneamente, sin que se establezca entre ellas una relación dialéctica. Es interesante señalar que, en el ámbito de la psicosis (el mismo en que Bleuler, bajo una concepción teórica distinta, habla también de Spaltung), sintió Freud la necesidad de crear una cierta concepción de la escisión del yo. Hemos creído útil exponerla aquí, aun cuando haya sido recogida por pocos psicoanalistas; su mérito estriba en subrayar un fenómeno típico, aun cuando no aporte una solución teórica plenamente satisfactoria del mismo.