Diccionario de Psicología, letra H, Holanda

Diccionario de Psicología, letra H, Holanda

En 1907, Hugo Heller le pidió a Freud que le enviara una lista de diez de sus libros preferidos; Freud incluyó entre sus autores favoritos a un escritor holandés, Edward Douwes Dekker (1820-1887), más conocido por el seudónimo de Multatuli. Racionalista, ateo, rebelde y afectado de una cierta manía de persecución (a la manera de August Strindberg), Multatuli había luchado contra el colonialismo mientras era funcionario en Java: «Freud apreció particularmente -escribe Paul-Laurent Assoun- la manera a la vez realista y racionalista con que Multatuli había abordado la cuestión de las relaciones de los niños con la sexualidad».
Sin embargo, no fue bajo el signo de la rebelión y de la libertad sexual como el psicoanálisis se implantó a principios de siglo en Holanda, donde los valores dominantes eran más bien el conformismo burgués, el utilitarismo, el egoísmo individual y la aceptación de los principios del protestantismo más riguroso. En tal sentido, la situación holandesa del psicoanálisis es única en Europa, puesto que la historia de este movimiento está esencialmente marcada por las relaciones conflictivas y las escisiones entre psicoanalistas ansiosos de éxito profesional y económico, convertidos, a lo largo de los años, en los mejores especialistas en el training (la formación didáctica).
Como en todos los países de Europa, las tesis freudianas se introdujeron principalmente por la
vía médica, y tropezaron con las mismas resistencias que en otros lugares: se les reprochó
sobre todo lo que sus adversarios denominaban el pansexualismo. Por otra parte, la expansión
del psicoanálisis quedó limitada a tres ciudades de la provincia de Holanda: Ainsterdam, La Haya, Leyden.
Después del trabajo pionero de August Stärcke, que comenzó a traducir las obras de Freud al
holandés, se formó un grupo en torno a Jan Van Emden, con Gerbrandus Jelgersina
(1849-1952), A. Van der Chijs (1875-1926) y Albert Willem Van Renterghem (1845-1939).
Profesor de la Universidad de Leyden, Jelgersma desempeñó un papel importante en 1914, al
titular su discurso rectoral «La vida psíquica no conocida». En él se declaraba favorable al
psicoanálisis, lo cual, un año más tarde, llevó a Freud a decir que «El primer reconocimiento
oficial de la interpretación del sueño y el psicoanálisis fue obra del psiquiatra Jelgersina, rector de la Universidad de Leyden en su discurso inaugural del 9 de febrero de 1914″.
Sólo a fines de la Primera Guerra Mundial, el 24 de marzo de 1917, Johan Van Ophuijsen fundó
en Amsterdam la Nederlandse Vereniging voor Psychoanalyse (NVP) con los miembros del
grupo de Van Erriden: trece pesonas en total, y sólo un no-médico. Seis habían recibido una
formación psicoanalítica, de ellas cinco con Carl Gustav Jung, porque éste cobraba la mitad de
los honorarios de Freud. En 1920, el Congreso de la International Psychoanalytical Association
(IPA) se realizó en La Haya. Allí tomaron la palabra Jelgersma y Stärcke.
A partir de 1921 el grupo holandés se vio atravesado por graves conflictos acerca del análisis
profano. Como en los Estados Unidos, solamente los médicos, que tenían una amplia mayoría,
eran considerados miembros plenos. Los otros, sin derecho al voto ni a asistir a las reuniones
administrativas, carecían de estatuto. Ophuijsen preconizó entonces que todos los miembros se
sometieran obligatoriamente a un análisis didáctico. No obstante, como no había ningún didacta
en Holanda, y las estadas en el extranjero resultaban demasiado caras, el proyecto fue
rechazado.
Los conflictos y las dificultades de integración de los candidatos llevaron a Jelgersma a fundar
otra sociedad: la Sociedad de Leyden para el Psicoanálisis y la Psicopatología. Ésta se
convertiría en la Asociación Holandesa en 1934. El nuevo grupo tomó una parte activa en la
difusión del freudismo, en el mismo momento en que numerosos psiquiatras holandeses ponían
de manifiesto su hostilidad a la nueva doctrina.
Infatigable, Ophu¡jsen, que ya había actuado en favor del análisis profano, creó en La Haya, en
1930, un Instituto de Psicoanálisis siguiendo el modelo del Berliner Psychoanalytisches Institut (BPI), y para inaugurarlo invitó a Theodor Reik. Al cabo de dos años el instituto cerró sus puertas, porque sólo les interesaba a los no-médicos. En ese momento Jelgersma se jubiló en la Universidad, poniendo fin a la colaboración fructífera entre las actividades psicoanalíticas y la enseñanza del freudismo. En efecto, su sucesor no era favorable a las tesis vienesas. En 1932 la situación del psicoanálisis en Holanda era desastrosa, tanto en razón de los conflictos entre los psicoanalistas como por razones externas. En ese entonces, la NVP sólo contaba con veintiún miembros.
A partir de 1933, con la llegada de los exiliados perseguidos por el nazismo (sobre todo Theodor
Reik, Karl Landauer, August Watermann y, más tarde, Anny Rosenberg-Katan, psicoanalista de
niños), los conflictos se agravaron. Dos grupos se enfrentaron entonces con violencia,
respaldados ambos por fundadores prestigiosos de la primera generación: por un lado, los
partidarios de la integración en la IPA, dirigidos por Ophuijsen y favorables al análisis profano;
por el otro, los partidarios del psicoanálisis médico, apoyados por Jelgersma y hostiles a la
admisión de los inmigrantes en la NVP.
En el otoño, Ophuijsen decidió valientemente luchar por los extranjeros, pero su proposición fue
rechazada por Jelgersma. En minoría, renunció a la NVP y creó en La Haya una segunda
sociedad, la Vereniging voor Psychoanalyse in Nederland (VPN), pronto reconocida por la IPA
gracias al apoyo de Ernest Jones. Preocupado por hacer avanzar su política de «salvamento» del
psicoanálisis en Alemania, Jones trataba también de proteger a los judíos exiliados. Criticó con
dureza la estrechez de espíritu de los holandeses y su falta de generosidad. Hastiado,
Ophuijsen abandonó Holanda, dirigiéndose a los Estados Unidos, mientras que el propio Reik se
exiliaba.
En 1934 René De Monchy sucedió a Ophuijsen en la dirección de la VPN, donde se mostró de
entrada muy hostil a los inmigrantes judíos, como lo atestigua una carta claramente antisemita
dirigida a Westerman Holstijn, y citada por H. Groen-Prakken. Allí decía que los judíos habían
oprimido «silenciosamente» a los «arios», y que en ese momento les tocaba el turno: «Comprendo
la actitud del nacionalsocialismo en Alemania, aunque no esté de acuerdo con todo. La opresión
judía silenciosa de una nación aria es por supuesto inaceptable. Ustedes me encontrarán de su
lado cuando quieran impedir la instalación de los judíos aquí.»
Después de su estada en Viena y de su matrimonio, cambió completamente de opinión y, por el
contrario, trató de unificar las dos sociedades holandesas, una de las cuales estaba en
Amsterdam y la otra en La Haya. En 1938 se encontró una solución de transacción, gracias a la
cual la NVP se integró a la VPN. No obstante, los problemas planteados por la práctica profana
no habían quedado resueltos. Los no-médicos no tenían en absoluto el mismo estatuto legal que
los médicos, y debían limitarse a casos supuestamente «no patológicos», lo que en los planos
clínico y teórico era evidentemente absurdo.
Criticado a la vez por su práctica y por sus trabajos teóricos, Westerman Holstijn renunció a la
NVP. En cuanto a Watermann y Landauer, murieron en la deportación: uno en Auschwitz, y el
otro en Bergen-Belsen. Anny Rosenberg-Katan y su esposo, Maurits Katan, emigraron a los
Estados Unidos.
En 1945 se reconstituyó la NVP, pero Holstijn se negó a unirse a ella, y en 1947, después de una
escisión, creó su propio grupo con J. H. Van der Hoop, un antiguo analizante de Jung: la
Nederlandse Genootschap voor Psychoanalyse (NGP). Esta sociedad, que se asemejaba mucho
a la de Jelgersma antes de la guerra, nunca fue admitida en la IPA. Reunió sin embargo a
numerosos profesionales en torno de una perspectiva menos ortodoxa y más abierta que la de
la NVP.
Llegada a Holanda en 1938, Jeanne Lampl-De Groot comenzó a desempeñar un papel principal
en la NVP durante la guerra. Gracias a donaciones norteamericanas recogidas por Hans Lampl,
ella creó en 1946 un nuevo instituto de psicoanálisis, inaugurado oficialmente por Anna Freud al
año siguiente, en oportunidad del Congreso de la IPA en Amsterdam.
La NVP se convirtió en una de las sociedades más ortodoxas de la IPA desde el punto de vista
de la obediencia a las reglas técnicas, lo que no le impidió abrirse a todas las corrientes: el
annafreudismo, el kleinismo, la Self Psychology. Durante este período el psicoanálisis desbordó
los estrictos límites geográficos originales: se formó un tercer polo freudiano en Groninga. Entre
1952 y 1955 se introdujeron modificaciones en los estatutos de la NVP, con lo cual pudo
resolverse en parte el problema del psicoanálisis profano: para convertirse en miembros
titulares, los no-médicos estaban en adelante obligados a recibir una formación universitaria
equivalente a la de los médicos.
A partir de 1958, los psicoanalistas de la NVP, que eran diestros en conflictos institucionales, se
convirtieron en el seno de la IPA en grandes técnicos del training. Tal fue sobre todo el caso de
Pieter Jan Van der Leeuw, quien desempeñó un papel importante en todos los comités para la
unificación de las reglas del análisis didáctico en Europa. Sería elegido presidente de la IPA en el
Congreso de Amsterdam de 1965, y ocupó ese cargo durante diez mandatos.
En la NVP continuaron los conflictos, mientras que las cuestiones psicoanalíticas se regulaban
mediante decisiones administrativas. Por ejemplo, para evitar la gerontocracia y el mandarinato,
la sociedad asignaba automáticamente el título de didacta a todo profesional de cincuenta años,
con la única condición de que pudiera demostrar que dedicaba al psicoanálisis más de la mitad
de su tiempo. Asimismo, se acordaba el título de asociado a todo profesional que hubiera
realizado una exposición teórica y clínica, y por lo menos tres curas consideradas positivas.
En 1958, esta democratización fue alentada por la creación de una fundación que les permitía a
los candidatos al análisis didáctico tomar un préstamo para pagar su formación, y más tarde, en
1967, por la sanción de una ley de ayuda social que autorizaba el reembolso de los tratamientos
psicoanalíticos. El sistema contribuyó considerablemente a la implantación de la enseñanza del
freudismo en la universidad. En Leyden, Amsterdam, Rotterdam y Groninga los psicoanalistas
ocuparon cátedras de psiquiatría y psicología clínica. En cuanto al psicoanálisis de niños, tomó
un vuelo importante en Holanda, gracias en parte al sostén personal de Anna Freud.
A fines de la década de 1990, la NVP cuenta con doscientos treinta miembros, y la NGP con
ciento cincuenta, para una población de quince millones y medio de habitantes, o sea veinticuatro
psicoanalistas por millón de habitantes.
Como en casi todos los países del norte, el lacanismo sólo se implantó en Holanda gracias al
trabajo minoritario de algunos intelectuales, lectores de la obra de Jacques Lacan. Éste fue
sobre todo el caso de A. W. N. Mooij, psiquiatra y psicoanalista en Utrecht, que trabaja en
relación con la Escuela Belga de Psicoanálisis (EBP). Contratriamente a los lacanianos de otros
países, los pocos profesionales holandeses que pertenecen a esta corriente han conservado el
principio de la sesión de cuarenta y cinco minutos.