Diccionario de Psicología, letra I, Introyección

Diccionario de Psicología, letra I, Introyección

Al.: Introjektion. – Fr.: introjection. – Ing.: introjection. – R.: introiezione. – Por.: introjeção. Proceso puesto en evidencia por la investigación analítica: el sujeto hace pasar, en forma fantaseada, del «afuera» al «adentro» objetos y cualidades Inherentes a estos objetos. La introyección está próxima a la Incorporación , que constituye el prototipo corporal de aquélla, pero no implica necesariamente una referencia al límite corporal (introyección en el yo, en el Ideal del yo, cte.). Guarda íntima relación con la identificación. El término «introyección», creado por simetría con el de proyección, fue introducido por Sandor Ferenczi. En Introyección y transferencia (Introjektion und Übertragung, 1909) escribe este autor: «Así corno el paranoico expulsa de su yo las tendencias que se han vuelto displacenteras, el neurótico busca la solución haciendo entrar en su yo la mayor parte posible del mundo exterior y convirtiéndola en objeto de fantasmas inconscientes. Por consiguiente, puede darse a este proceso, en contraste con la proyección, el nombre de introyección» . Con todo, resulta difícil desprender, del conjunto de este artículo, una acepción precisa de la noción de introyección, ya que Ferenczi parece utilizarlo en un sentido amplio, el de una «pasión por la transferencia», que conduce al neurótico a «atenuar sus afectos libremente flotantes ampliando el círculo de sus intereses» . Llama introyección a un tipo de comportamiento (principalmente en el histérico) que también podría denominarse proyección. Freud adopta el término «introyección» y lo opone claramente a la proyección. El texto más explícito a este respecto es Las pulsiones y sus destinos (Triebe und Triebschicksale, 1915), donde se considera el origen de la oposición sujeto (yo)-objeto (mundo exterior) como correlativa a la oposición placer-displacer: el «yo-placer purificado» se forma por una introyección de todo lo que es fuente de placer y por una proyección afuera de todo lo que es motivo de displacer (véase: Yo-placer – Yo-realidad). La misma oposición se vuelve a encontrar en La negación (Die Verneinung, 1925): «[…] el yo-placer originario quiere introyectar todo lo bueno y expulsar de sí todo lo malo» . La introyección se caracteriza además por su relación con la incorporación oral. Por otra parte, ambos términos se utilizan a menudo como sinónimos por Freud y otros muchos autores. Freud muestra cómo la oposición introyección-proyección se actualiza primeramente en forma oral antes de generalizarse. Este proceso «[…]se expresa así en el lenguaje de las pulsiones más antiguas, orales: quiero comérmelo o quiero escupirle; y, traducido en una expresión más general: quiero introducir esto en mí y expulsar aquello de mí». Conviene, pues, mantener una distinción, por lo demás sugerida por este último pasaje, entre incorporación e introyección. En psicoanálisis, el límite corporal constituye el prototipo de toda separación entre un interior y un exterior; el proceso de incorporación se relaciona explícitamente con esta envoltura corporal. La noción de introyección es más amplia: no se trata aquí sólo del interior del cuerpo, sino del interior del aparato psíquico, de una instancia, etc. Así, se habla de introyección en el yo, en el ideal del yo, etc. La introyección fue puesta en evidencia primeramente por Freud en el análisis de la melancolía, y luego reconocida como un proceso más general. Desde este punto de vista, ha renovado la teoría freudiana de la identificación. En la medida en que la introyección permanece marcada por su prototipo corporal, se traduce por fantasmas referentes a objetos, sean éstos parciales o totales. Este concepto desempeña un papel muy importante en los trabajos de autores como Abraham y, sobre todo, M. Klein, que ha descrito el ir y venir fantasmático de los objetos «buenos» y «malos» (introyección, proyección, reintroyección). Estos autores hablan principalmente de objetos introyectados y parece, en efecto, que el término debería reservarse a aquellos casos en que intervienen objetos o cualidades inherentes a éstos. En rigor no podría hablarse, como hace Freud, de «introyeccíón de la agresividad»; en este caso resultaría preferible la expresión «vuelta hacia la propia persona».

Introyección s. f. (fr. introjection; ingl. introjection, al. Introjektion). Proceso que consiste en trasponer fantasmáticamente los objetos exteriores y sus cualidades inherentes en las diversas instancias del aparato psíquico. El término introyección, introducido por S. Ferenczi, es usado frecuentemente en oposición al de proyección. En M. Klein, introyección y proyección están ligadas respectivamente a los objetos buenos y malos que pueden ser introducidos o expulsados. En este sentido, la introyección parece funcionar según el modelo de la incorporación, que sería su matriz corporal. En una perspectiva lacaniana, se insistirá en el hecho de que la introyección siempre es simbólica («tomar prestado», por ejemplo, un rasgo significante), mientras que la proyección es imaginaria. Partiendo de allí, la introyección juega un papel esencial en la identificación. Véase incorporación.

Introyección Alemán: Introjektion. Francés: Introjection. Inglés: Introjection. Término introducido por Sandor Ferenczi en 1909 para designar, en simetría con el mecanismo de proyección e introversión (repliegue autoerótico), el modo en que el sujeto hace entrar fantasmáticamente los objetos del afuera en el interior de su esfera de interés. En un artículo titulado Transferencia e introyección, Ferenczi comparó el psiquismo del neurótico con el del psicótico: «… mientras que el paranoico proyecta al exterior las emociones que se han vuelto penosas, el neurótico trata de incluir en su esfera de interés todo cuanto le resulta posible del mundo exterior, para hacerlo objeto de fantasmas conscientes o inconscientes Propongo denominar introyección a este proceso inverso a la proyección.» Sigmund Freud adoptó el término, cercano al de incorporación, pero fueron sobre todo Melanie Klein y los kleinianos quienes lo retomaron para describir todos los mecanismos ligados a la relación de objeto, en los términos de una trilogía: introyección, proyección, reintroyección de objetos, identificación proyectiva.