Diccionario de Psicología, letra M, Masculinidad – feminidad

Diccionario de Psicología, letra M, Masculinidad – feminidad

Al.: Männlichkeit – Weiblichkeit. Fr.: masculinité – féminité. Ing.: masculinity – feminity. It.: mascolinitá – femminilitá. Por.: masculinidade – feminidade. Oposición recogida por el psicoanálisis y de la que éste ha mostrado que, en realidad, es mucho más compleja de lo que generalmente se cree: el modo de situarse el sujeto humano en relación con su sexo biológico constituye el término aleatorio de un proceso conflictual. Freud subrayó la diversidad de significaciones inherentes a los términos «masculino» y «femenino»: significación biológica, que remite al sujeto a los caracteres sexuales primarios y secundarios; en este campo los conceptos tienen un sentido muy preciso, pero el psicoanálisis ha puesto de manifiesto que estos datos biológicos no bastan para explicar el comportamiento psicosexual. Significación sociológica, variable según las funciones reales y simbólicas atribuidas al hombre y a la mujer en la civilización que se considere. Finalmente, significación psicosexual, necesariamente imbricada con las anteriores, especialmente con la significación social. Todo esto equivale a señalar que estas nociones son problemáticas y con cuánta prudencia deben ser consideradas; así, una mujer que ejerza una actividad profesional que requiera cualidades de autonomía, carácter, iniciativa, etc., no será necesariamente más masculina que otra. De un modo general puede decirse que lo decisivo, en la apreciación de una conducta con respecto al par masculinidad-feminidad, son las fantasías subyacentes, que sólo pueden descubrirse mediante la investigación psicoanalítica. El concepto de bisexualidad, tanto si se intenta basarlo en un substrato biológico como si es interpretado en términos de identificaciones y de posiciones edípicas, implica en todo ser humano una síntesis, más o menos armónica y mejor o peor aceptada, de rasgos masculinos y femeninos. Finalmente, desde el punto de vista del desarrollo del individuo, el psicoanálisis pone de manifiesto que la oposición masculino-femenino no existe desde un principio para el niño, sino que va precedida por fases en las que desempeñan una función preponderante las oposiciones activo-pasivo (véase: Actividad-Pasividad) y, a continuación, fálico-castrado, siendo esto válido para ambos sexos (véase: Fase fálica). Así, por ejemplo, dentro de esta perspectiva, Freud sólo habla de feminidad cuando la niña ha logrado, por lo menos en parte, realizar la doble tarea de cambiar de zona erógena directriz (del clítoris a la vagina) y de cambiar de objeto de amor (de la madre al padre).