Dimensiones, mediciones de la pobreza

Dimensiones de la pobreza.
Para saber qué es lo que ayuda a aliviar la pobreza, lo que funciona o no funciona, lo que cambia a través del tiempo, la pobreza se tiene que definir, medir y estudiar y a veces, incluso, vivir. Como la pobreza tiene varias dimensiones se tiene que mirar a través de varios indicadores, niveles de ingresos y consumo, indicadores sociales y más recientemente indicadores de vulnerabilidad de riesgos y acceso socio-político.
Hasta ahora la mayoría de los estudios sobre la pobreza se han basado en medidas de consumo o ingresos. En los últimos tiempos algunos de los estudios examinan también otras dimensiones de la pobreza.
Medir la pobreza
¿Cómo se mide la pobreza a nivel de país?
La manera más común de medir la pobreza es a través de los niveles de ingreso o consumo. A un individuo se le considera pobre si su nivel de ingreso o consumo se sitúa por debajo de un nivel mínimo que le permita satisfacer sus necesidades básicas. A este nivel mínimo se le suele denominar «línea de pobreza«. Lo que es necesario para satisfacer las necesidades básicas varía a través del tiempo y las sociedades. Por lo tanto, las líneas de pobreza varían según el tiempo y el lugar, y cada país utiliza líneas que son apropiadas en relación con su nivel de desarrollo, normas y valores sociales.
La información sobre el consumo y el ingreso se obtiene a través de encuestas por muestreo en las cuales se hacen preguntas a las unidades familiares sobre sus hábitos de gasto y fuentes de ingreso. Estos tipos de encuestas se complementan cada vez más con técnicas participativas, en las que se pregunta a los individuos cuáles son sus necesidades básicas y cómo definirían el término pobreza.
Lo que es interesante es que los resultados de nuevas investigaciones demuestran un alto grado de concordancia entre líneas de pobreza basadas en evaluaciones objetivas y subjetivas de las necesidades.

¿Cómo se mide la pobreza a nivel global?
Cuando se estima la pobreza a nivel mundial, se tiene que usar la misma línea de pobreza de referencia, y expresarla en una unidad común a través de los países. Por lo tanto, a efectos de agregar y comparar datos a nivel global, el Banco Mundial usa líneas de referencia de $1 y $2 por día en dólares de 1993 en términos de la Paridad del Poder Adquisitivo (PPA) (donde la PPA mide el poder adquisitivo relativo de las monedas a través de los países). Se ha estimado que en 1998 1200 millones de personas en el mundo tenían niveles de consumo inferiores a $1 por día – 24 por ciento de la población de los países en desarrollo – y 2800 millones de personas vivían con menos de $2 diarios. Estas cifras están por debajo de las estimaciones anteriores, lo que indica que algún progreso ha tenido lugar, pero siguen siendo demasiado altas en términos de sufrimiento humano, y queda mucho por hacer. Y se debe enfatizar que, para analizar la pobreza en un país determinado, el Banco Mundial siempre usa líneas de pobreza basadas en las normas de dicha sociedad.
Dado el tiempo que toma recopilar y sistematizar los datos de las encuestas de los hogares, de donde son extraídas las cifras anteriores, y la complejidad del ejercicio de estimación, estas cifras aparecen con un retraso y se actualizan solamente cada tres años.

Nuevas direcciones en la medición de la pobreza
Aunque que se ha realizado gran progreso en la medición y análisis de la pobreza del ingreso, se necesitan más esfuerzos para medir y estudiar todas las otras dimensiones de la pobreza. Para la preparación del Informe sobre el Desarrollo Mundial: Lucha Contra la Pobreza, publicado en septiembre del 2000 se ha realizado mucha investigación en las otras dimensiones de la pobreza -la definición de indicadores cuando eso fue necesario, la recolección de datos y la evaluación de tendencias. La agenda del Informe sobre el desarrollo mundial ha incluido tanto la unión de indicadores sociales comparables y de alta calidad para la educación, la salud, y el acceso a servicios e infraestructura como el desarrollo de indicadores que examinan otras dimensiones – por ejemplo el riesgo, la vulnerabilidad, la exclusión social, el acceso al capital social. El programa de trabajo, además, ha incluido métodos de comparar un concepto multi-dimensional de pobreza, cuando la agregación de todas las dimensiones en un solo índice podría no tener sentido.
Además de extender la gama de indicadores de pobreza, es necesario trabajar en la integración de los datos obtenidos a través de encuestas por muestreo con la información obtenida de por medio técnicas más participativas, las cuales usualmente ofrecen observaciones interesantes sobre por qué los programas tengan menor o mayor éxito. Los enfoques participativos ilustran: la naturaleza del riesgo y de la vulnerabilidad, cómo los factores culturales y étnicos interactuan y afectan la pobreza, cómo la exclusión social limita la participación de las personas en el desarrollo, y cómo las barreras hacia esa participación pueden ser eliminadas. De nuevo, trabajo en la integración de análisis de la pobreza basadas en encuestas por muestreo y en técnicas participativas ha sido realizado para la preparación del Informe sobre el desarrollo mundial.

De la medición del progreso a la acción
Los cambios en las mediciones de pobreza, y en los indicadores sociales, a través del tiempo y los lugares revelan si las políticas para reducir la pobreza están funcionando o no, tanto a nivel global como a nivel de país. Indicadores de nivel de proyecto indican si un programa ha funcionado o no. Saber si ha habido progreso, y dónde ha habido progreso en alcanzar la Estrategia XXI ayudará e influenciará el diseño de políticas y proyectos.
El conocimiento sobre lo que funciona para reducir pobreza tiene que, primero y más importante, guiar en la formación de políticas y programas de un país. Es por esta razón que es esencial que en cada país exista capacidad de estudiar la pobreza y analizar el impacto de los proyectos y programas. El Banco Mundial continua a trabajar en varios países para fortalecer las capacidades locales aconsejando lo que funciona o no.
El mismo conocimiento debe también influenciar las decisiones sobre el tipo de ayuda que el Banco Mundial ofrece a los países. Por esto tiene gran importancia basar la formulación de las Estrategias de asistencia a los países (EAP) sobre recientes análisis de pobreza y asegurar que las políticas y proyectos que nosotros apoyamos son los que prometen el mayor impacto en términos de reducción de pobreza.