Comunicaciones. DISTRACCIÓN O MULTITASKING: USOS ESCOLARES DE INTERNET DE JÓVENES DE SECTORES POPULARES

COMUNICACIONES.

DISTRACCIÓN O MULTITASKING: USOS ESCOLARES DE INTERNET DE JÓVENES DE SECTORES POPULARES

– Diego Basile y Joaquín Linne (UBA-IIGG)
“Para las generaciones jóvenes Internet se establece como la fuente de acceso a la realidad y a las diversas versiones que circulan sobre la realidad.” (Urresti, 2008: 51)

Introducción
Según nuestra investigación, un adolescente promedio que hoy vive en la Ciudad de Buenos Aires pasa, en un día de la semana, aproximadamente 5 horas en el colegio (donde en la mayoría de los casos todavía no usan computadoras), 8 horas durmiendo, 6 horas en otras actividades (televisión, consolas de videojuegos, estudio, alimentación, traslados) y un promedio de 5 horas frente a la computadora. Coincidimos con la investigadora Morduchowicz (2008) en que en el caso de jóvenes de sectores populares, aumenta el tiempo frente a la televisión y disminuye el del uso de la computadora. Así, el promedio de horas diarias frente a la computadora en jóvenes de sectores populares de la Ciudad, según nuestra investigación, es de 3 horas. Nuestra pregunta de investigación es cuánto de ese tiempo que se pasa frente a la computadora se dedica a la actividad escolar, y cómo incide todo ese tiempo frente a la computadora en la actividad escolar. Nuestro trabajo exploratorio consistirá entonces en indagar en las actividades y los modos en que los jóvenes utilizan ese tiempo frente a la computadora, y en cómo lo evalúan y perciben en relación a las tareas que la escuela les demanda.
Metodología de investigación
Trabajamos de modo cualitativo a partir de observaciones, encuestas y entrevistas en profundidad a adolescentes de sectores populares de la Ciudad de Buenos Aires. Definimos a estos adolescentes como jóvenes que tienen entre 13 y 18 años, viven en barrios humildes o carenciados, sus padres trabajan en empleos manuales o administrativos y sus padres tienen un nivel de estudios menor al de secundario completo.
La mayoría de los jóvenes con los que trabajamos vive en la Villa 31 ubicada cerca de Retiro, la terminal de trenes más importante del Centro de la Ciudad, y asisten a la Escuela técnica N°12, donde fueron realizadas las entrevistas y encuestas. Otro grupo de jóvenes con los que trabajamos viven en el barrio de Soldati, ubicado en la zona sur de la Ciudad de Buenos Aires, y los entrevistamos en el McDonald’s del Jumbo8 de Cruz y Escalada.

El multitasking
Una de las características principales que define a la nueva generación de niños y jóvenes urbanos es la del multitasking. Este característica se relaciona con lo naturalizada que está Internet para los jóvenes que nacieron después de su masificación (Urresti, 2008). Podríamos pensar que el multitasking, esta mezcla de actividades entre distintas interfaces, pantallas y dispositivos electrónicos que los jóvenes realizan en simultáneo y frente a la computadora, genera cierta adrenalina y cierta sensación de ritmo contemporáneo que no produce, por ejemplo, sólo mirar televisión o sólo escuchar música o sólo pasar las páginas de un libro. Esta necesidad de estar conectados a la sociedad red (Castells, 1999), que en lo más inmediato significa estar en sintonía con el grupo de pares online y con los consumos culturales que ellos realizan, genera una mayor distancia entre la velocidad del tiempo en Internet y los tiempos lentos y analógicos que todavía propone la escuela.
Lo que nos enseña Google es que en la actualidad existe una parte inmensa de seres humanos para la que, cada día, el saber que importa es el que es capaz de entrar en secuencia con todos los demás saberes. (Baricco, 2009:110)
El multitasking de los jóvenes puede consistir en armar listas de temas para futuras reproducciones, seleccionar discos y canciones para bajar o escuchar online, leer distintas páginas sobre informaciones diversas (sobre un músico, actor/actriz, película o programa de TV o sobre algún tema de estudio, por ejemplo), ojear algún diario, revista o sitio de noticias, aunque este consumo sea más típico en los jóvenes de sectores medios/altos y casi no lo mencionan los de sectores populares, fuera del transversal diario deportivo Olé. Y, lo que nadie dice hacer pero todos saben que hacen los otros, mirar videos pornográficos, una forma no mediada e íntima de aprender y explorar sobre la propia sexualidad y las relaciones sexuales. Esta mediamorfosis (Urresti, 2008; Piscitelli, 2009) o nueva combinación entre los medios que producen los jóvenes es causa y efecto de la generalización de Internet y los diversos dispositivos digitales en la infancia y adolescencia de las nuevas generaciones.
Usos de Internet y la computadora en la escuela, según la opinión de los alumnos
Antes de comenzar a analizar el uso escolar de la computadora e Internet en el ámbito del hogar, veamos brevemente qué es lo que declaran los jóvenes respecto del uso actual de las tecnologías en la escuela: la mayoría dice no usar Internet en el colegio y que en las clases de informática les enseñan a usar el teclado y el mouse, además de a utilizar algunos programas del paquete Office de Windows como el Word y el Excel, y cómo instalar y desinstalar programas.
Paralelamente a nuestra investigación, se está aplicando el programa Conectar igualdad del gobierno nacional (que implica darle a cada estudiante de colegio secundario del país una netbook) y por lo tanto las actividades aúlicas vinculadas a la computación es probable que aumenten en el corto a mediano plazo. Por ahora, el uso de Internet en relación con el estudio parece ser básicamente extraescolar, vinculado a buscar y leer textos, imágenes y videos sobre el tema pedido por la autoridad docente pero con un acceso a las fuentes más cómodo y rápido (“busco información sobre el tema, lo imprimo y lo leo varias veces”). Mientras que, según nuestra investigación, en relación al colegio los jóvenes de sectores populares utilizan Internet para buscar (“investigamos temas que nos piden los profesores”), a través de “Google y Wikipedia”, y lo que aprenden en el colegio se limita a los programas básicos como Word y Excel, en los jóvenes de sectores medios hijos de profesionales observamos que, si bien el uso casero o personal de Internet vinculado al colegio es a priori el mismo (investigar lo pedido por el profesor a través del buscador Google y la enciclopedia colaborativa Wikipedia), los contenidos que ven en el colegio son más amplios. Además de aprender a usar el teclado, el mouse y los programas básicos del Office como el Word, Excel, Paint y Powerpoint, también aprenden de qué modo seleccionar información en Google y a utilizar programas de edición de video como el Movie Maker, que deben manejar para realizar tareas audiovisuales en grupo.

“Me controlo yo solo”
Referíamos en la introducción que un adolescente escolar dedica 5 horas promedio al uso de la computadora en su casa. En la gran mayoría de los casos, estar frente a la computadora implica conexión a Internet. Vale aclarar que existe una marcada diferencia entre los que acceden a Internet en un ciber o en lo de un amigo: estos usan Internet menos de una hora por día. En nuestro trabajo de campo comprobamos que la mayoría de los entrevistados tiene Internet en su casa. Los pocos que no tienen Internet en su casa y van al ciber, utilizan considerablemente menos Internet, en parte porque les sale más caro y porque deben movilizarse hasta el local. Algunos van igual al ciber aunque tengan computadora e Internet en sus casas, ya que ahí se juntan con amigos y utilizan el lugar como punto de encuentro.
Si el uso de la computadora es casi exclusivamente hogareño, podríamos pensar que la supervisión de los padres favorecería el uso escolar de la computadora. Sin embargo, sólo 1 tercio de los adolescentes declara que los padres realizan algún tipo de control sobre su actividad online.
“Mis padres me dicen que tenga cuidado porque puede haber personas muy malas que me hagan daño”; “revisan a los amigos que tengo”; “a veces están al lado mío”; “pasan todo el tiempo cerca para ver qué estoy haciendo”; “me preguntan qué hice”; “están siempre vigilándome”; “mirando y preguntando me vigilan”; “miran a veces en qué ando, cuando pueden”; “poniéndome protección contra menores”; “me controlan poniendo filtro y antivirus”; “miran lo que hago y me dicen qué tengo que hacer”; “mi madre me esconde la notebook todos los días antes de irse a trabajar y sólo me deja usarla cuando ella está en casa.”
La manera en que se realiza el control parental se presenta de diversas formas: los padres utilizan distintas estrategias que van desde poner filtros y antivirus para prohibir el acceso a ciertas páginas Web hasta estar presentes mientras el adolescente navega en la red o preguntarles qué hacen o chequear regularmente quiénes son sus amigos. Algunos responden que no necesitan del control de sus padres ya que ellos mismos se controlan. En los jóvenes de menor edad que entrevistamos y encuestamos (13-14 años), el control parental suele ser más mencionado, disminuyendo de modo importante a medida que se incrementa la edad.

Principales actividades en Internet y sitios preferidos
De esta manera, considerando el bajo control parental, indagaremos en las principales actividades que los jóvenes realizan. Según la encuesta realizada a más de 150 jóvenes de sectores populares del AMBA, las páginas más visitadas son: 1) Facebook 2) MSN 3) Youtube 4) Google 5) Diversas páginas de juegos como Rankok y otros 6) Hi5, red social argentina. Y las actividades más frecuentes en Internet, en coincidencia con las páginas más visitadas son: 1) Usar Facebook 2) Chatear en el MSN 3) Ver videos en Youtube 4) Buscar información sobre música, juegos, películas y material de estudio en Google 5) Jugar a juegos en Facebook y otras páginas. 6) Usar Hi5, red social argentina.9
El material de estudio, por lo tanto, figura en el cuarto lugar entre las principales actividades que los jóvenes declaran acerca de su uso de Internet y la computadora. Sin embargo, la “búsqueda de información” como gran categoría mencionada, aparece muy bien valorada por los jóvenes cuando se les pregunta acerca de cuáles consideran que son las “cosas buenas” que tiene Internet.

“Está todo al alcance”
Casi todos los jóvenes resaltan aspectos positivos de Internet que podemos organizar en tres categorías: el acceso a la información, la sociabilidad y los consumos culturales. A su vez, la velocidad, la facilidad y el entretenimiento son cualidades altamente valoradas que atraviesan todos los aspectos. Los jóvenes refieren que lo más importante de Internet para ellos es el acceso a la diversa información y a materiales de consulta y estudio. Los jóvenes destacan que el principal sitio que utilizan para buscar información para la escuela es Wikipedia. También comentan que utilizan el buscador Google. Luego imprimen la información seleccionada y la estudian o llevan para la clase.
La valoración positiva de los jóvenes hacia la gran variedad de información que habilita Internet se presenta asociada a dos aspectos: por un lado, la facilidad en el acceso: “La amplia información, te ayuda a buscar cosas importantes”; “podés ahorrar tiempo buscando en libros”; “está todo al alcance.” Dicha facilidad –y rapidez– en el acceso se vincula al carácter gratuito de la información disponible, lo cual es percibido positivamente, en contraposición a la búsqueda y compra tradicional de libros y material de estudio. Lo útil para el estudio es justamente el segundo aspecto positivo que los jóvenes destacan: “Es una herramienta útil para el colegio”; “poder estudiar”; “facilidad para aprender, mucho material para aprender”; “información y cosas para el estudio.” La valoración positiva de Internet en relación al estudio que tienen estos jóvenes es similar a la valoración que tienen los jóvenes universitarios de sectores medios (Linne, 2010). De esta manera, la asociación positiva entre Internet y estudio se presenta de forma nítida en el discurso de los jóvenes de todos los sectores sociales.
Estos datos, por lo tanto, favorecen la idea de que el uso de Internet no es contrario a las demandas escolares, y hasta podría mejorar las posibilidades y el interés de los adolescentes. Pero veamos ahora cuáles son aquellas características que los jóvenes consideran como negativas de Internet y cómo se vinculan éstas con la escolaridad.

“Mucha porquería dentro de la información”
Entre las “cosas malas de Internet”, los adolescentes destacan, en primer lugar, la información errónea o mala: “hay mucho contenido basura”; “mucha información equivocada.” Las afirmaciones de los adolescentes contemplan básicamente tres elementos: la publicidad, los virus, el spam y la información falsa. Este último aspecto es relacionado con los obstáculos que trae para el estudio: “Hay mucha información falsa y equivocada y hay que leer mucho”; “a veces sirve para estudiar y a veces no.”
Vinculado a las informaciones erróneas, los adolescentes usan otro término que aporta a la caracterización de sus experiencias en Internet: la distracción. “Te distrae de las cosas importantes”, dicen en repetidos casos. La distracción se presenta en principio como un problema menor, pero susceptible de convertirse en algo más grave cuando los lleva a perder el control de su práctica en Internet y a descuidar las cosas importantes de su vida cotidiana (el estudio, el trabajo y las relaciones familiares o con pares). Eso es lo que ocurre cuando Internet “se te hace un vicio”, como declaran. La idea de “vicio” se presenta respecto de Internet, pero se puntualiza específicamente cuando refieren a los videojuegos: “Es malo lo adictos que muchos chicos se hacen a los juegos en red”.
Uno de los principales contenidos mencionados como “cosas malas de Internet”, dentro de la idea de que hay “mucha basura” o “mucha porquería” en la Web, es la pornografía: “videos atrevidos”; “el porno y otros”; “la pornografía y las mentiras.” Pero también en relación a la publicidad: “Mucha pornografía en los anuncios comerciales.” O respecto a la exposición de los menores a dichos contenidos: “Páginas pornográficas con acceso libre para menores.”
En este sentido, el uso escolar de Internet –el cual requiere cierto grado de atención, focalización y concentración– se ve afectado por la hiperconectividad e hiperestimulación que proponen las omnipresentes redes sociales virtuales y las diversas páginas de juegos, entretenimiento y consumos culturales de acceso libre y gratuito. En palabras de los alumnos, la información errónea, las publicidades, la tentación permanente de los videojuegos y las redes de contactos, la mensajería instantánea y la pornografía, irrumpen como estímulos que obstaculizan la atención en lo escolar, generando en ellos la percepción de “pérdida de tiempo” o “distracción”.

Conclusiones
Como señalan diversas investigaciones sobre el tema, el tiempo que los jóvenes de todos los sectores sociales pasan conectados a Internet tiende a aumentar año a año. Respecto a la distracción que Internet genera en el estudio, tal vez como sucedió con la televisión y la radio en sus comienzos, esta aparente mayor dispersión sea lo que algunos autores definen no sólo como característica propia sino intrínseca a las nuevas generaciones: el multitasking. Esta característica de multifocalidad y de multitarea de las nuevas generaciones también puede ser vista como un signo de eficiencia de las mismas. Ser “nativo digital” (Piscitelli, 2009) es probable que tenga relación con la capacidad de poder manejar diversas interfaces y actividades digitales al mismo tiempo, llevando estas diversas acciones en paralelo sin presentar grandes dificultades.
Respecto a si Internet les saca tiempo para otras cosas, los jóvenes comentan que a veces no hacen la tarea por estar demasiado tiempo navegando. Similar al efecto hipnótico de pérdida de la dimensión temporal que produce la TV, Internet parece generar algo similar en los nativos digitales (los jóvenes que manejan ciertas destrezas de navegación suficientes para poder disfrutar y sentir como natural la importante parte de tiempo diario que pasan en Internet). Igarza (2009) señala que con la masificación de Internet la mayoría de las pausas que antes las personas se tomaban para descansar del estudio o el trabajo y para realizar actividades como conversar, escuchar radio o música, ver televisión o una película, entre otras cosas, ahora las realizan en gran medida frente a la computadora, en micropausas que denomina burbujas de ocio.
El presente trabajo ha intentado aportar a la discusión acerca de la subjetividad actual del adolescente de sectores populares escolarizado, sin elaborar un juicio anticipado de las implicancias de las tecnologías en el ámbito educativo –como lo hacen los enfoques conservadores que tienden a rechazar todo intento de renovación de las perspectivas y dinámicas de la didáctica–. Coincidimos con la reciente investigación de Albarello (2011), quien plantea que el modo en que los jóvenes escolarizados leen tiende a ser cada vez más en pantallas y en Internet, lo que genera diferencias y tensiones con el modo lineal y en papel que la mayoría de los docentes y adultos tienen de leer. Lo que propone este autor es que, dado que ha cambiado el soporte de lectura al digitalizarse, hay que replantear el concepto de lectura, ajustándolo a la realidad de los jóvenes escolarizados. A su vez, consideramos necesario no apresurarse a valorar negativamente el concepto de multitasking, e interpretarlo como una nueva virtud asociada a la capacidad cognitiva de las nuevas generaciones. Al mismo tiempo, es necesario recordar que buena parte de Internet obedece a una lógica comercial, y que la hiperestimulación constante mediante mensajes configurados, programados y dirigidos al usuario-consumidor, va a tender a confrontar con los objetivos de la enseñanza escolar. Por último, creemos que es importante recuperar para el análisis las percepciones de los adolescentes que se encuentran siempre maniobrando entre las demandas docentes-paternales, las demandas del grupo de pares y la demanda mediática-comercial de actualización tecnológica que los interpela cada día invitándolos a la supuesta fiesta contemporánea del consumo digital.

BIBLIOGRAFÍA CITADA
Libros
Albarello, F. (2011): Leer y navegar en Internet, La crujía, Buenos Aires.
Baricco, A. (2009): Los bárbaros, Anagrama, Barcelona.
Castells, M. (1999): La era de la información: economía, sociedad y cultura: la sociedad red, Siglo XXI, México DF.
Igarza, R. (2009): Burbujas de ocio, La crujía, Buenos Aires.
Morduchowicz, R. (2008): La generación multimedia. Significados, consumos y prácticas culturales de los jóvenes, Paidós, Buenos Aires.
Piscitelli, A. (2009): Nativos digitales, Santillana, Buenos Aires.
Urresti, M. (ed.): (2008): Ciberculturas juveniles, La Crujía, Buenos Aires.

Ponencias
Linne, J. (2010): “Dejé de ir a bibliotecas, ahora hago fast food académico: cambios recientes en el modo de estudio de jóvenes de sectores medios de la Ciudad de Buenos Aires”, ponencia presentada en la II Reunión Nacional de Investigadoras/es en Juventudes de Argentina (RENIJA). 13, 14 y 15 de octubre de 2010. Salta, Argentina
Notas:
8 El “Jumbo” es el modo en que los vecinos llaman al único shopping de la zona. Esta nominación probablemente se deba a que el supermercado Jumbo es el negocio del shopping con el cartel más grande y el que se ve desde más lejos. También el “Jumbo” es reconocido por los vecinos de los barrios cercanos como la zona más segura fuera de sus casas: además de los varios puntos de acceso a pie, se puede ingresar en auto al amplio estacionamiento o se puede llegar a través del pre-metro (estación Escalada), ubicada en frente al estacionamiento del shopping. Estas características, además de la ominipresente vigilancia privada, hacen del Jumbo uno de los puntos de encuentro y referencia más importantes del área, y una de las “zonas más seguras” del barrio.
9 Observamos que los jóvenes de menor edad de nuestra población –los que tienen entre 13 y 14 años– se dedican casi exclusivamente a utilizar juegos de computadora individuales y en red. Y cuando chatean con sus pares conversan en gran medida sobre juegos y deportes. Algunos de 14 años ya mencionan las redes sociales, la búsqueda de chicas en las redes y el chat como principales actividades. Podríamos denominar a este período de los 13-14 años como de transición entre el fin de la etapa lúdica y el principio de la etapa de fascinación por las redes sociales.

Fuente: Sujetos, miradas, prácticas y discursos. Segundo Encuentro sobre Juventud, Medios e
Industrias Culturales
coordinado por María Gabriela Palazzo y Pedro Arturo Gómez. – 1a ed. – Tucumán : Universidad Nacional de Tucumán. Facultad de Filosofía y Letras. Inst. de Investigaciones Lingüísticas y Literarias. , 2013. E-Book.