DSM-IV: Trastornos relacionados con sustancias. Trastornos relacionados con dependencia, abuso, intoxicación y abstinencia de sustancias

Generalidades

Síntomas asociados a la dependencia, el abuso, la intoxicación y la abstinencia

Evaluación.
El diagnóstico de dependencia de sustancias exige la obtención de una historia detallada del sujeto, y, siempre que sea posible, debe recogerse información adicional de diversas fuentes (p. ej., informes médicos, de la esposa, los familiares y los amigos íntimos). Además, son útiles los hallazgos de la exploración física y los resultados de las pruebas de laboratorio.

Vía de administración.
La vía de administración de las sustancias es un factor importante para determinar sus efectos (incluyendo el tiempo requerido para que aparezca la intoxicación, la probabilidad de que su consumo produzca cambios fisiológicos asociados a la abstinencia. la probabilidad de que su consumo lleve a la dependencia o al abuso y si los patrones de consumo se caracterizarán por intoxicaciones intermitentes o uso diario). Las vías de administración que producen una absorción más rápida y eficiente en el torrente sanguíneo (p. ej., vía intravenosa, fumar o inhalar) tienden a provocar una intoxicación más intensa y un aumento de la probabilidad de un patrón de consumo en escalada, lo que conduce a la dependencia. Las vías de administración que permiten una llegada rápida de una gran cantidad de sustancia al cerebro se asocian también al consumo de grandes cantidades y aumentan la probabilidad de efectos tóxicos. Por ejemplo, una persona que utiliza anfetamina por vía intravenosa es más probable que consuma grandes cantidades y, por lo tanto, aumente el riesgo de sobredosis, que el sujeto que sólo ingiere la anfetamina por vía oral o intranasal.

Rapidez de inicio con cada tipo de sustancia.
Las sustancias que actúan rápidamente es más probable que produzcan intoxicación inmediata y lleven a la dependencia o al abuso, que las sustancias de acción más lenta. Por ejemplo, el diacepam y el alprazolam tardan menos en actuar que el oxacepam y, en consecuencia, tienen mayor probabilidad de conducir a la dependencia o al abuso de sustancias.

Duración de los efectos.
La duración de los efectos asociados a una determinada sustancia también es importante en la determinación del curso de la intoxicación y de su capacidad para la dependencia o el abuso. Las sustancias de acción corta (p. ej., algunos ansiolíticos) tienden a tener un mayor potencial para la creación de dependencia o abuso que las sustancias con efectos parecidos, pero con un tiempo de acción más prolongado (p. ej., fenobarbital). La vida media de las sustancias tiene cierto paralelismo con aspectos de la abstinencia: cuanto mayor es la duración de la acción, mayor es el tiempo entre el cese y el inicio de los síntomas de abstinencia y mayor es la probabilidad de duración de la abstinencia.

Uso de varias sustancias.
La dependencia, el abuso, la intoxicación y la abstinencia de sustancias implica con frecuencia varias de ellas utilizadas simultánea o secuencialmente. Por ejemplo, sujetos con dependencia de la cocaína beben con frecuencia alcohol o toman ansiolíticos u opiáceos para contrarrestar los síntomas de ansiedad inducidos por la cocaína. De igual forma, los sujetos con dependencia de los opiáceos o la Cannabis suelen presentar otros trastornos relacionados con sustancias, por lo general alcohol, ansiolíticos, anfetaminas o cocaína. Cuando se cumplen los criterios para más de un trastorno relacionado con sustancias, deben realizarse varios diagnósticos. El diagnóstico de dependencia de varias sustancias debe realizarse en algunos casos, tal como se describe en la sección «Trastorno relacionado con varias sustancias»

Hallazgos de laboratorio.
Los análisis de laboratorio de muestras de sangre y orina ayudan a determinar el consumo reciente de una sustancia. Los niveles sanguíneos ofrecen información adicional sobre la cantidad de sustancia todavía presente en el organismo. Hay que señalar que un análisis de sangre u orina positivo no indica por sí mismo que el sujeto tenga un patrón de consumo de sustancias merecedor del diagnóstico de trastorno relacionado con sustancias, y que un resultado negativo del análisis de sangre u orina no descarta por sí mismo el diagnóstico de trastorno relacionado con sustancias.

En el caso de una intoxicación la sustancia relevante implicada puede determinarse mediante análisis de sangre u orina. La confirmación específica de la sustancia sospechosa puede requerir análisis toxicológicos, puesto que varias sustancias poseen síndromes de intoxicación parecidos, porque los sujetos pueden tomar varias sustancias y porque es frecuente la sustitución y contaminación de las sustancias adquiridas en la calle, de modo que los sujetos que obtienen las sustancias de forma ilegal desconocen con frecuencia el contenido específico de lo que están tomando. Las pruebas toxicológicas también ayudan a realizar el diagnóstico diferencial de la intoxicación o por la abstinencia de sustancias, con el fin de determinar su papel en la etiología (o reagudización) de los síntomas de diversos trastornos mentales (p. ej., trastornos del estado de ánimo, trastornos psicóticos). Además, los niveles plasmáticos seriados son útiles para diferenciar la intoxicación de la abstinencia.

El nivel en la sangre de una sustancia puede ser una clave útil para determinar si la persona tiene una tolerancia alta a un tipo de sustancias (p. ej., una persona que presenta unos niveles de alcoholemia por encima de 150 mg/dl sin signos de intoxicación alcohólica tiene una tolerancia significativa al alcohol y es probable que sea un consumidor crónico tanto de alcohol como de sedantes, hipnóticos o ansiolíticos). Otro método para valorar la tolerancia es determinar si el sujeto responde a una terapéutica con agonistas o antagonistas. Por ejemplo, un sujeto que no presenta signos de intoxicación con dosis de 200 ing o más altas de fenobarbital tiene una tolerancia significativa a los sedantes, hipnóticos o ansiolíticos y puede precisar tratamiento para prevenir el desarrollo de la abstinencia. De igual modo, cuando la tolerancia o dependencia a los opiáceos no pueda confirmarse claramente por la historia, la utilización de un antagonista (p. ej., naloxona) es útil para demostrar la inducción de síntomas de abstinencia.

Las pruebas de laboratorio pueden ser de utilidad en la identificación de la abstinencia en sujetos con dependencia de sustancias. La demostración de la disminución o la supresión de las dosis puede obtenerse a través de la historia o de los análisis toxicológicos (p. ej., orina o sangre). Aunque muchas sustancias y sus metabolitos no se encuentran en la orina a las 48 horas de su ingesta, algunos metabolitos permanecen durante largos períodos en el organismo de los sujetos que utilizan la sustancia crónicamente. Las pruebas de orina ayudan a identificar una sustancia que es desconocida por el sujeto en abstinencia y puede hacer posible el inicio de un tratamiento adecuado. Los análisis de orina también son útiles para diferenciar la abstinencia de otros trastornos mentales, puesto que los síntomas de abstinencia pueden recordar los síntomas de trastornos mentales no relacionados con el consumo de la sustancia.

Hallazgos de la exploración física y enfermedades médicas asociadas.
Los estados de intoxicación y abstinencia incluyen síntomas y signos que con frecuencia son claves para definir la sustancia que se consume, y se presentan en los apartados de síntomas específicos para las 11 clases de sustancias. En general, la intoxicación por anfetaminas o cocaína se acompaña de aumentos de la tensión arterial, de la frecuencia respiratoria, del pulso y de la temperatura corporal. La intoxicación por sedantes, hipnóticos o ansiolíticos o por medicación opiácea conlleva un patrón opuesto. La dependencia y abuso de sustancias se asocia a menudo a enfermedades médicas que habitualmente se relacionan con los efectos tóxicos de la sustancia en determinados órganos (p. ej., cirrosis en la dependencia alcohólica) o las vías de administración (p. ej., infección por el virus de la inmunodeficiencia humana [VIHI a través de agujas).

Trastornos mentales asociados.
El consumo de sustancias es con frecuencia un componente asociado a la aparición de síntomas propios de los trastornos mentales. Cuando se estima que los síntomas son un efecto fisiológico directo de una sustancia, se diagnostica trastorno inducido por sustancias (ver Trastornos mentales inducidos por sustancias incluidos en otras secciones del manual). Los trastornos relacionados con sustancias también son frecuentes en muchos trastornos mentales y complican su curso y su tratamiento (p. ej., trastorno disocial en la adolescencia; trastornos límite y antisocial de la personalidad, esquizofrenia, trastornos del estado de ánimo).

Procedimiento de tipificación de la dependencia, el abuso, la intoxicación y la abstinencia

Para drogas de abuso.
El clínico debe usar el código que se aplica a la clase de sustancias, registrando el nombre de la sustancia específica en lugar del nombre de la clase. Por ejemplo, el clínico debe registrar F13.3 Abstinencia de secobarbital [292.0] (en lugar de abstinencia de sedantes, hipnóticos o ansiolíticos) o F15.1 Abuso de metanfetaminas [305.70] (en lugar de abuso de anfetaminas). Para las sustancias no incluidas en ninguna de las clases (p. ej., nitrito de amilo) hay que usar el código apropiado para «dependencia de otras sustancias», «abuso de otras sustancias», «intoxicación por otras sustancias» o «abstinencia de otras sustancias», indicando la sustancia específica (p. ej., F19.1 Abuso de nitrito de amilo [305.90]). Si la sustancia es desconocida debe usarse el código para la clase «otras sustancias (o desconocidas)» (p. ej., F19.00 Intoxicación por sustancias desconocidas [292.89]). Si para una sustancia determinada se cumplen criterios para más de un trastorno relacionado con sustancias, deben diagnosticarse todos (p. ej., F11.3 Abstinencia de heroína [292.0]; F11.22 Dependencia de heroína [304.10]). Si hay síntomas o problemas asociados a una sustancia en particular, sin que se cumplan los criterios para ninguno de los trastornos por sustancias específicas, debe usarse la categoría no especificado (p. ej., F12.9 Trastorno no especificado relacionado con Cannabis [292.9]). Si se consumen varias sustancias deben diagnosticarse todos los trastornos relacionados con ellas (p. ej., F16.00 Intoxicación por mescalina [292.89]; F14.24 Dependencia de cocaína [304.20]). Ver los casos en los que debe diagnosticarse F19.24 Dependencia de varias sustancias [304.80].

Para medicamentos tóxicos.
Para los medicamentos no citados antes (así como también para los tóxicos) debe usarse el código «otras sustancias».

Síntomas dependientes de la cultura, la edad y el sexo

Hay una amplia variación cultural en las actitudes hacia el consumo de sustancias, los patrones de uso, su accesibilidad, las reacciones fisiológicas a las sustancias y la prevalencia de los trastornos relacionados con su uso. Algunas culturas prohiben el consumo de alcohol, mientras que en otras está ampliamente aceptado el consumo de sustancias que alteran el estado de ánimo. La influencia de estos factores debe tomarse en consideración al evaluar los patrones de consumo individual de cada sustancia. Los patrones de ¿consumo de medicamentos y de la exposición a tóxicos también varía ampliamente en y entre los distintos países.
Entre los individuos de 18 a 24 años hay una prevalencia relativamente alta de consumo de sustancias, incluyendo al alcohol. Con las drogas de abuso, la intoxicación suele ser el primer trastorno relacionado con sustancias, que suele tener lugar en la juventud. La abstinencia puede aparecer a cualquier edad en función del tiempo de ingesta de dosis altas de la droga a lo largo de un tiempo suficiente. La dependencia puede también aparecer a cualquier edad, pero para muchas drogas de abuso es típico su inicio en los 20, 30 y 40 años. Cuando un trastorno relacionado con sustancias al margen de la intoxicación empieza en la adolescencia temprana con frecuencia se asocia a trastornos disocia] y fracaso escolar. Para las drogas de abuso los trastornos relacionados con sustancias suelen diagnosticarse con más frecuencia en varones que en mujeres; sin embargo, la proporción según el sexo varía para cada tipo de sustancia.

Curso

El curso de la dependencia, el abuso, la intoxicación y la abstinencia varía según el tipo de sustancia, la vía de administración y otros factores. En el apartado «Curso» de cada clase de sustancia se indican los síntomas característicos, pero aún así cabe hacer algunas generalizaciones.

La intoxicación suele producirse en minutos u horas después de una dosis suficiente, y se mantiene o se intensifica con dosis repetidas. Normalmente, la intoxicación empieza a ceder cuando la concentración de la sustancia disminuye en la sangre o los tejidos, pero los signos y síntomas pueden remitir lentamente, durando en algunos casos horas o días después de que la sustancia no se detecta en los líquidos corporales. El inicio de la intoxicación puede retrasarse con sustancias de absorción lenta o con las que pueden metabolizarse a componentes activos. Las sustancias de ac ción prolongada pueden provocar intoxicaciones duraderas.
La abstinencia aparece al disminuir la concentración de la sustancia en el sistema nervioso central. Para las sustancias de vida media corta los primeros síntomas de abstinencia suelen aparecer pocas horas después de suprimir las dosis (p. ej., alcohol, loracepam o heroína), aunque pueden producirse crisis comiciales por abstinencia algunas semanas después de interrumpir las dosis altas de ansiolíticos de vida media larga. Los signos más intensos de abstinencia suelen ceder pocos días o semanas después de haber interrumpido el consumo de la sustancia, aunque cabe detectar signos fisiológicos sutiles algunas semanas o incluso meses después, formando parte del síndrome de abstinencia retardado.

El diagnóstico de abuso de sustancias es más probable en sujetos que han comenzado a consumir las sustancias recientemente. En muchos sujetos el abuso de un tipo particular de sustancia evoluciona hacia una dependencia de esa clase de sustancias. Esto es cierto, en especial, para aquellas sustancias que tienen un potencial alto de tolerancia, abstinencia y patrones de uso compulsivo. Algunos sujetos tienen episodios de abuso de sustancias durante un largo período de tiempo sin presentar dependencia. Esto es más frecuente con las sustancias que tienen un potencial bajo para el desarrollo de tolerancia, abstinencia y patrones de uso compulsivo. Una vez cumplidos los criterios para la dependencia de sustancias, no podrá hacerse a continuación el diagnóstico de abuso de sustancias para ninguna de las sustancias de la misma clase. En un sujeto con dependencia de sustancias en remisión completa las recaídas que cumplan criterios para el abuso de sustancias deben considerarse como dependencia en remisión parcial (ver especificaciones de curso).

El curso de la dependencia de sustancias es variable. Aunque pueden aparecer episodios relativamente breves y autolimitados (en particular durante períodos de estrés psicosocial), el curso es habitualmente crónico, dura años con períodos de agudización y remisión parcial o total. Puede haber períodos de gran consumo y problemas graves, períodos de abstinencia total y períodos de consumo no problemático de las sustancias, que a veces duran meses. La dependencia de sustancias se asocia en ocasiones con largas remisiones espontáneas. Por ejemplo, el seguimiento revela que el 20 % (o más) de los sujetos con dependencia alcohólica consigue la abstinencia permanente, con frecuencia después de un intenso estrés (p. ej., la amenaza o imposición de sanciones legales o sociales, el descubrimiento de una complicación médica que amenaza la vida). Durante los primeros 12 meses que siguen a la remisión, el sujeto es particularmente vulnerable a la recaída. Muchos sujetos infraestiman su vulnerabilidad al desarrollo de un patrón de dependencia. Cuando están en un período de remisión se dicen a si mismos que no tendrán ningún problema para regular el consumo de la sustancia y cada vez se vuelven menos estrictos en su autocontrol, hasta que recaen de nuevo en la dependencia. La presencia de trastornos mentales concomitantes (p. ej., trastorno antisocial de la personalidad, trastorno depresivo mayor) aumenta con frecuencia el riesgo de complicaciones y de una mala evolución.

Deterioro y complicaciones

Aunque algunos sujetos con problemas relacionados con sustancias mantienen un buen nivel de actividad (p. ej., en las relaciones interpersonales, el trabajo y los negocios), estos trastornos causan con frecuencia un acusado deterioro y graves complicaciones. Los sujetos con trastornos relacionados con sustancias experimentan frecuentemente un deterioro de su salud general. De una dieta inadecuada y del descuido de la higiene personal pueden derivar la malnutrición y otras enfermedades médicas. La intoxicación o la abstinencia se pueden complicar por traumatismos relacionados con la coordinación motora o la falta de capacidad de juicio. Los productos utilizados para «cortar» algunas sustancias pueden provocar reacciones tóxicas o alérgicas. La utilización intranasal de las sustancias puede provocar erosión del tabique nasal. La utilización de estimulantes puede dar lugar a muerte súbita por arritmias cardíacas, infarto de miocardio, accidente vascular cerebral o paro respiratorio. El uso de agujas contaminadas durante la administración intravenosa de las sustancias puede causar infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), hepatitis, tétanos, vasculitis, septicemia, endocarditis bacteriana subaguda, embolias y malaria.

El consumo de sustancias puede estar asociado a comportamientos violentos o agresivos, manifestados a través de peleas o actos criminales que ocasionan lesiones tanto en el sujeto que utiliza la sustancia como en los demás. Se ha detectado una apreciable proporción de mortalidad y morbididad debido a complicaciones de la intoxicación por sustancias, como accidentes de tráfico, domésticos o industriales. En la mitad de los accidentes mortales aproximadamente el conductor o el peatón están bajo los efectos de una intoxicación. Además, el 10 % de los sujetos con dependencia de sustancias se suicida, con frecuencia afectos de un trastorno del estado de ánimo inducido por la sustancia. Por último, muchas, si no todas, las sustancias descritas en esta sección atraviesan la placenta teniendo potenciales afectos secundarios en el desarrollo del feto (p. ej., síndrome alcohólico fetal). Tomadas en dosis altas por la madre, numerosas sustancias (p. ej., cocaína, opiáceos, alcohol, sedantes, hipnóticos y ansiolíticos) son capaces de provocar dependencia psicológica en el feto y síndrome de abstinencia en el recién nacido.

Patrón familiar

La información acerca de la prevalencia familiar sobre todo ha sido estudiada para los trastornos relacionados con el alcohol (ver Patrón familiar para la dependencia alcohólica). Hay pruebas de que las diferencias entre los sujetos en cuanto a las dosis que se requieren para producir intoxicación alcohólica están determinadas genéticamente. Aunque el abuso y la dependencia de sustancias sigue una distribución familiar, alguno de estos efectos se explican por la distribución familiar concurrente del trastorno antisocial de la personalidad, que predispone a los sujetos al abuso y a la dependencia de sustancias.

Diagnóstico diferencial

Los trastornos relacionados con sustancias se distinguen del consumo no patológico de sustancias (p. ej., bebedores «sociales») y del consumo apropiado de medicamentos por razones médicas debido a la presencia de tolerancia, abstinencia, uso compulsivo o problemas relacionados con las sustancias (p. ej., complicaciones médicas, alteraciones de las relaciones familiares o sociales, problemas laborales, económicos o legales). Los síntomas predominantes del abuso o la dependencia de sustancias son de forma invariable los repetidos episodios de intoxicación por sustancias. Sin embargo, uno o más episodios de intoxicación por sí solos no son suficientes para establecer el diagnóstico tanto de dependencia como de abuso de sustancias.

Ello puede dificultar la distinción entre intoxicación por sustancias y abstinencia de sustancias. Si un síntoma aparece a una determinada dosis y disminuye gradualmente al interrumpir el consumo, es probable que sea consecuencia de la intoxicación. Si el síntoma aparece después de haber tomado la sustancia, o al reducir su cantidad, es probable que sea debido a la abstinencia. Los sujetos con trastornos relacionados con sustancias toman con frecuencia más de una sustancia y pueden estar bajo la intoxicación de una sustancia (p. ej., heroína) y en abstinencia de otra (p. ej., diacepam). Esta diferenciación se complica más por el hecho de que los signos y síntomas de la abstinencia de algunas sustancias (p. ej., sedantes) pueden parecerse parcialmente a los de la intoxicación por otras (p. ej., anfetaminas). La intoxicación por sustancias debe distinguirse del delirium por intoxicación de sustancias, del trastorno psicótico inducido por sustancias, de inicio durante la intoxicación, del trastorno del estado de ánimo inducido por sustancias, de inicio durante la intoxicación, del trastorno de ansiedad inducido por sustancias, de inicio durante la intoxicación, del trastorno sexual inducido por sustancias, de inicio durante la intoxicación, y del trastorno del sueño inducido por sustancias, de inicio durante la intoxicación, por el hecho de que los síntomas de estos últimos son excesivos en comparación con los que habitualmente se asocian a la intoxicación por sustancias, y son lo suficientemente graves como para merecer una atención clínica independiente.

La abstinencia de sustancias debe distinguirse del delirium por abstinencia de sustancias, del trastorno psicótico inducido por sustancias, de inicio durante la abstinencia, del trastorno del estado de ánimo inducido por sustancias, de inicio durante la abstinencia, del trastorno de ansiedad inducido por sustancias, de inicio durante la abstinencia, del trastorno sexual inducido por sustancias, de inicio durante la abstinencia, y del trastorno del sueño inducido por sustancias, de inicio durante la abstinencia, por el hecho de que los síntomas de estos últimos son excesivos en comparación con los que habitualmente se asocian a la abstinencia de sustancias, y son lo suficientemente graves como para merecer una atención clínica independiente.

Los trastornos inducidos por sustancias descritos a continuación presentan síntomas que se parecen a los de los trastornos mentales (p. ej., primarios) no inducidos por sustancias. El diagnóstico adicional de trastorno inducido por sustancias no suele establecerse cuando los síntomas de trastornos mentales previos son reagudizados por la intoxicación o por la abstinencia de sustancias (aunque el diagnóstico de intoxicación o abstinencia de sustancias sea apropiado). Por ejemplo, la intoxicación por algunas sustancias puede agudizar el cambio rápido del estado de ánimo en el trastorno bipolar, las alucinaciones auditivas y las ideas delirantes paranoides en la esquizofrenia, los pensamientos impuestos y los terrores nocturnos en el trastorno por estrés postraumático, y los síntomas de ansiedad en el trastorno por crisis de angustia, trastorno de ansiedad generalizada, fobia social y agorafobia. La intoxicación o abstinencia pueden aumentar también el riesgo de suicidio, la violencia y el comportamiento impulsivo en sujetos con un trastorno antisocial o límite de la personalidad previo.

Muchas enfermedades neurológicas (p. ej., lesiones cerebrales) o metabólicas producen síntomas parecidos, a veces erróneamente atribuidos a la intoxicación o a la abstinencia (p. ej., fluctuación de los niveles de conciencia, lenguaje farfullante, descoordinación). Los síntomas de las enfermedades infecciosas también pueden parecerse a los de la abstinencia de algunas sustancias (p. ej., los de la gastroenteritis vírica son a veces similares a los de la abstinencia de opiáceos). Si los síntomas se consideran un efecto fisiológico directo de una enfermedad médica, debe diagnosticarse el apropiado trastorno mental debido a enfermedad médica. Si los síntomas se estiman un efecto fisiológico directo de ambos, el consumo de sustancias y la enfermedad médica, hay que diagnosticar tanto el trastorno relacionado con sustancias como el trastorno mental debido a enfermedad médica. Si el clínico no puede determinar si los síntomas previos son primarios, inducidos por sustancias o debidos a una enfermedad médica debe emplearse la categoría no especificado apropiada (p. ej., los síntomas psicóticos de etiología no determinada deben diagnosticarse como trastorno psicótico no especificado).

Relación con los Criterios Diagnósticos de Investigación de la CIE-10

Los Criterios Diagnósticos de Investigación de la CIE-10 para la dependencia de una sustancia son similares, pero no idénticos, a los del DSM-IV. Si bien la CIE-10 contiene los siete puntos del DSM-IV, los condensa en cinco criterios y añade un sexto que hace referencia al comportamiento de anhelo (craving) por la sustancia. Además, el método para establecer la significación clínica difiere entre uno y otro sistema. En el DSM-IV se especifica que debe existir un patrón maladaptativo del consumo de la sustancia que provoque un malestar clínico significativo o deterioro de la actividad del individuo, mientras que los Criterios Diagnósticos de Investigación de la CIE- 10 requieren una duración mínima de los síntomas de 1 mes o bien una repetición de los episodios durante un período de 12 meses.

Los Criterios Diagnósticos de Investigación de la CIE-10 para el consumo abusivo de sustancias resultan menos específicos que los del DSM-IV, ya que requieren «pruebas evidentes de que el consumo de la sustancia es responsable de (o contribuye sustancialmente a) daños físicos o psicológicos, incluyendo afectación de la capacidad de juicio o comportamiento disfuncional, que puede conducir a una incapacidad para mantener relaciones interpersonales o a que éstas sean negativas». En la CIE-10, este trastorno viene recogido con el nombre de consumo nocivo.

Los Criterios Diagnósticos de Investigación de la CIE-10 para la intoxicación son prácticamente iguales a los del DSM-IV. No obstante, a diferencia de la definición del DSM-IV de abstinencia, que especifica que los síntomas de abstinencia deben provocar un malestar clínico significativo o deterioro de las actividades del individuo, los Criterios Diagnósticos de Investigación de la CIE-10 para la abstinencia sólo requieren la presencia de signos y síntomas característicos.

Trastornos por consumo de sustancias

Trastornos inducidos por sustancias

Trastornos mentales inducidos por sustancias incluidos en otras secciones del manual

Volver a ¨Trastornos relacionados con sustancias¨

Volver al Indice general del DSM-IV