DSM-V: Modificaciones. Trastornos motores

DSM-5 ¿Qué modificaciones nos esperan?

*Martínez, B.; **Rico, D.
*Doctora en Psicología, Orientadora Educativa en un Servicio Psicopedagógico Escolar (S.P.E.) en Valencia.
**Psicólogo, coordinador del Centre Universitari de Diagnòstic i Atenció Primerenca de la Universidad de Valencia (CUDAP).

2.5. Trastornos motores
En referencia a los cambios propuestos en relación los trastornos motores, movimientos estereotipados y los de tics, se observa que la propuesta del DSM-5 es agruparlos todos bajo la denominación de trastornos motores (en el DSM IV-TR se encontraban en diferentes categorías). Así pues bajo esta denominación encontramos:

Trastorno del desarrollo de la coordinación
Trastorno de movimientos estereotipados
Trastorno de la Tourette
Trastorno de tics motores o vocales crónicos
Trastorno de tics transitorios
Trastorno de tics no especificado
Trastorno de tics inducido por algún tipo de sustancia (indicar sustancia)
Trastorno de tics debido a un determinada condición médica

Figura 3. Relación de trastornos motores propuestos para el DSM-5.

El Trastorno del desarrollo de la coordinación apenas cambia respecto a la clasificación anterior, únicamente pequeñas diferencias como el descartar el coeficiente de inteligencia como criterio diagnóstico y tomar únicamente el referido a lo esperado dada la edad cronológica del sujeto. Siguiendo el cambio anterior se elimina el criterio referido a la acentuación de las deficiencias motoras cuando se padece una discapacidad intelectual.
El trastorno de movimientos estereotipados sufre del mismo modo pequeñas modificaciones, como la eliminación del criterio diagnóstico: comportamiento motor “no funcional”, debido a que entienden es inexacto.
Además parece que la investigación no considera que tenga que haber una__?__ clínica significativa ni que se requiera como condición para el trastorno la asistencia médica. Así pues, el criterio propuesto hace referencia a que el comportamiento debe interferir significativamente en las actividades normales sociales, laborales o en otras áreas importantes de funcionamiento del sujeto.
Respecto a los otros cuatro trastornos relacionados con los Tics, comentar que los cambios han sido mínimos. A nivel general, para todos se clarifica lo que es un tic y se elimina la palabra “estereotipado” que podía llevar a confusión. Además para todos ellos, y con el objetivo de medir la severidad de los síntomas, se proponen diferentes escalas de medición.
En el Trastorno de la Tourette, se elimina de la definición de tic la palabra “estereotipado” para diferenciar claramente un trastorno relacionado con los tics con el trastorno de movimientos estereotipados. En el criterio B, se trata de delimitar claramente el periodo de tiempo clave (12 meses) en el que se mantienen los tics y se eliminan los llamados periodos libres de tics (DSM-IV-TR), por ser poco fiable en el diagnóstico.
Para el Trastorno de tics motores o vocales crónicos se aplican las mismas modificaciones que en el T. de Tourette.
El Trastorno de tics transitorios pasa a denominarse Trastorno de tics provisional, el criterio B referido al tiempo concluye que los tics deben haber estado presentes por menos de un año desde que comienzan los síntomas. Dentro del Criterio D, se clarifica que no puede ser debido a la ingesta de sustancias o a una determinada condición médica.
El mayor cambio observado en esta parte es la inclusión de dos nuevos trastornos de tics:
Trastorno de tics inducido por algún tipo de sustancia y trastorno de tics debido a una determinada condición médica. El primero se incluye porque la literatura científica sugiere que los síntomas descritos en este trastorno pueden presentarse en el contexto del uso de algún tipo de substancia. Para su diagnóstico los tics motores y/o vocales deben haberse presentado en algún momento durante la enfermedad y debe haber evidencia de que los síntomas están presentes durante o dentro del mes de la intoxicación por la sustancia. Se ha propuesto una escala “Yale Global Tic Severity Scale” como medida de la severidad de los síntomas.
El segundo nuevo trastorno surge igualmente debido a la literatura científica que ha sugerido que los síntomas del trastorno pueden estar presentes de manera secundaria en conocidas condiciones médicas. Para su diagnóstico los síntomas deben estar presentes durante la enfermedad y debe haber evidencia de que estos son consecuencia directa de la condición médica. Al igual que el anterior cuenta con la misma escala para medir la severidad de los síntomas.
Con estas inclusiones la nueva clasificación trata de ser más específica y exhaustiva en los trastornos de tics.
Por último el Trastorno de tics no especificado es consistente con los cambios generales de los trastornos de los tics y se espera que decrezca debido a las dos nuevas categorías diagnósticas propuestas en la clasificación.

3. CONCLUSIÓN

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