EDUCACIÓN INFANTIL (características generales del niño y de la niña hasta los 6 años)

EDUCACIÓN INFANTIL.

2. CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL NIÑO Y LA NIÑA HASTA LOS SEIS AÑOS.

2.1. Panorámica global de los estadios evolutivos de Piaget. ( Marchesi,
Coll y Palacios p 73 y stes)
1. Período sensomotor (0 – 18/24 meses):

Subestadio 1 (0-1 meses) Adaptaciones innatas, ejercicio de los reflejos.
Subestadio 2 (1-4 meses) Reacciones circulares primarias.
Subestadio 3 (4-8 meses) Reacciones circulares secundarias.
Subestadio 4 (8-12 meses) Coordinación esquemas secundarios.
Subestadio 5 (12-18 meses) Reacciones circulares terciarias.
Subestadio 6 (18-24 meses) Invención de nuevas coordinaciones por combinación
mental de representaciones.
La inteligencia es de carácter práctico, vinculada a la acción y a lo sensorial. Al final
de este estadio se accede a la función simbólica.

2. Período de preparación y organización de las operaciones concretas (1 1/2, 2 – 11 años)
Subperíodo preoperatorio (1 1/2, 2 – 7 años)
• Pensamiento simbólico y preconceptual (1 1/2, 2 – 4 años)
• Pensamiento intuitivo (4-7 años)
Estadio preoperatorio (2-7 años): Desarrollo progresivo de la simbolización, pero
limitado por el egocentrismo, la ausencia de reversibilidad y razonamiento intuitivo,
muy ligado a los indicios perceptivos.
En el subperíodo preoperacional, se da un progresivo desarrollo de los procesos de
simbolización. Ciertas limitaciones son típicas de este subperíodo: egocentrismo
cognitivo, ausencia de reversibilidad, insensibilidad a la contradicción, pensamiento
todavía exclusivamente ligado a los indicios perceptivos y razonamiento intuitivo.

.2.1.1. Primer ciclo (0-3 años).
Abarcaría el período sensomotor y la transición al subperíodo preoperacional.
En el período sensomotor (0-2 años), la inteligencia del niño se caracteriza por ser
fundamentalmente práctica, ligada a la sensorial y a la acción motora. Los logros
más destacados son el establecimiento de la conducta intencional, la construcción del
concepto de objeto permanente, de las primeras representaciones y el acceso a la
función simbólica.

Durante el período sensomotor el niño se relaciona con el mundo a través de los
sentidos y la acción y, progresivamente, va logrando las siguientes conquistas:
• Establece relaciones entre objetos y actos
• Distingue entre medios y fines
• Se da cuenta de los resultados de sus acciones.
* Desarrolla la intencionalidad, dirigiendo su comportamiento hacia metas cada vez
menos inmediatas
Gradualmente, el niño va progresando en las manifestaciones de la función simbólica
(lenguaje, juego, imitación diferida etc.).
2.1.2. Segundo ciclo.
En el esquema de los estadios, dentro del pensamiento preoperacional, Piaget
distingue dos tramos:
* El que corresponde al pensamiento simbólico y preconceptual (11/2 – 2 años
hasta 4 años). (MARCHESI I pág 160 ).
* Aparición de la función simbólica en sus diferentes manifestaciones:
lenguaje, juego simbólico, imitación diferida, imágenes mentales,etc.
* Pensamiento basado en preconceptos ( a medio camino entre la
individualidad de los objetos y la generalidad de los conceptos) y en el
pensamiento preconceptual o transducción.
* El que corresponde al pensamiento intuitivo (4 años hasta 7 años) que se
caracteriza por:
* Representaciones basadas sobre configuraciones estáticas (próximas a
la percepción).
* Control de los juicios por medio de regulaciones intuitivas (pero aún no
operaciones).
Los rasgos más característicos de esta etapa son los siguientes:
1. Pensamiento simbólico y preconceptual
Piaget estudió el pensamiento simbólico y preconceptual mediante la observación de
sus hijos.
Entre los dos y los cuatro años, las asimilaciones directas entre situaciones basadas
en la semejanza juegan un papel fundamental y son precursores de las analogías y
metáforas que más tarde utilizará el niño en sus descripciones y razonamiento (por
ejemplo llamar a una estrella de mar «molino» o a una cascada «un muro que llora»).
El razonamiento que corresponde a estos preconceptos es un razonamiento
transductivo que procede de lo particular a lo particular y que procede por
analogías inmediatas El niño se centra en un aspecto saliente de un objeto, persona
o situación (que le interesa especialmente) y saca una conclusión relativa a otra
situación asimilando indebidamente ambas.
Así a los dos años una de las hijas de Piaget (Jacqueline) comenta, tras las explicaciones
que le da su padre sobre un vecino jorobado: «pobre muchacho, está
enfermo, tiene una joroba». Al día siguiente Jacqueline lo quiere ver otra vez pero se
entera de que está en la cama, enfermo, con gripe. Algunos días más tarde su padre
le explica que ya no está enfermo, que ya no está en la cama. Jacqueline añade
entonces: «ya no tiene joroba» (Piaget, 1964, p. 317.). ( MARCHESI I pág 161).
En este caso, Jacqueline asimila las dos enfermedades (gripe y joroba) en vez de
distinguir ambas en la clase general de las enfermedades. Encontramos aquí de
nuevo esta dificultad para articular los aspectos generales y particulares de los conceptos,
dificultad que se acompaña de una centración del pensamiento del niño en
algunos aspectos de las situaciones (en nuestro ejemplo, la joroba) que provocan
una especie de asimilación de los otros aspectos (por ejemplo, la gripe) a este rasgo
predominante que interesa al niño.
2. Pensamiento intuitivo
El pensamiento del niño no posee, aún, la movilidad suficiente para sobrepasar los
datos perceptivos mediante compensaciones o reversibilidad. Por ejemplo, al
trasladar el contenido líquido de dos vasos exactamente iguales a otros de diferente
tamaño el niño puede decir que hay más líquido en uno de ellos porque se fija en la
altura o en la anchura y no seda cuenta que, por ejemplo el vaso más alto es
también más delgado (compensación) o que si antes había la misma cantidad, ahora
también, pues puede volver a verterlo en el primer recipiente y hay lo mismo
(reversibilidad). En MARCHESI I pág 163
3. Ausencia de equilibrio
Piaget caracteriza el desarrollo de la inteligencia como un equilibrio cada vez mayor
entre la asimilación y la acomodación. En este sentido, el pensamiento preoperatorio
carece de un equilibrio estable entre ambos mecanismos. Es un pensamiento
inestable, discontinuo, mutable y que al mismo tiempo puede centrarse de manera
extrema en los intereses subjetivos del momento.
4. Centración
Uno de los aspectos más acusados del pensamiento preoperatorio es la tendencia
que tiene a centrarse en algunos aspectos de la situación, desechando los otros y
provocando de esta manera una deformación del juicio o del razonamiento (por
ejemplo se centra en la altura del líquido sin tener en cuenta el ancho del vaso).
5. Irreversibilidad
El pensamiento es reversible si es capaz de proseguir un cierto camino en un sentido
(ejecutar una serie de razonamientos, seguir una serie de transformaciones, etc.) y
hacerlo luego en sentido inverso para encontrar el punto de partida. Las cogniciones
preoperatorias (conceptos, juicios, razonamientos), al estar próximos a las acciones y
a la realidad concreta y al ser una serie de experiencias sucesivas con dificultad de
una organización de conjunto, carecen de esta movilidad propia de los actos
mentales reversibles. ( P.e. un bote de plástico con tapadera y objetos dentro.
Piaget, material fotocopiado pág 67 )
6. Estatismo
El pensamiento preoperatorio tiene tendencia a fijarse en los estados más que en las
transformaciones. Se centra, por ejemplo, en el nivel del agua y no en el acto mismo
de verter y en la relación entre ambos recipientes. No son capaces de considerar los
cambios y las transformaciones y de seguir los pasos de un estado a otro.
7. Egocentrismo
Supone la tendencia a tomar el punto de vista propio como el único, desechando el
de los otros. Es una centración excesiva en las acciones y representaciones
personales. Al explicar los fenómenos del entorno, al niño le resulta dificil diferenciar
con claridad el propio yo del mundo exterior. Esto se manifiesta bajo diferentes
formas: ( En MARCHESI I pág 168)
* Fenomenismo: es la tendencia a establecer un lazo causal entre fenómenos
que son vistos como próximos por los niños, por ejemplo creer que la sombra
de la mesa es la del árbol del jardín, o que las ganas de dormir bastan para
que llegue la noche.
* Finalismo: cada cosa tiene una función y una finalidad que justifican su
existencia y sus características, por ejemplo, creer que las nubes se desplazan
porque tienen que ir a llover a una región determinada, o que existen
montañas grandes para los paseos largos y pequeñas para los paseos cortos.
* Artificialismo: las cosas son consideradas como el producto de la fabricación y
voluntad humanas. Los niños piensan, por ejemplo, que los lagos y los ríos
han sido construidos por los hombres.
* Animismo: tendencia a percibir como vivientes y conscientes cosas y
fenómenos inertes; creer por ejemplo, que un reloj está vivo porque se
mueve.
2.1.3. Lenguaje y comunicacion.
Seguiremos, en la descripcion de la evolucion de este ambito, a ALFONSO LUQUE E
IGNASI VILA (En MARCHESI I, pp. 173-189).
Primer ciclo. pp 178
La base de la comunicacion prelinguistica esta constituida por la sonrisa y el llanto
que van experimentando una progresiva diferenciacion, junto a otros recursos
vocales y gestuales.
„h Entre el cuarto y el noveno mes, aproximadamente, tienen lugar las etapas
del balbuceo y el laleo.
„h Hacia los nueve meses aparecen ya las primeras vocales claramente
pronunciadas (/a/ y /e/).
„h A los doce meses es normal la pronunciacion correcta de las primeras
consonantes (/p/, /t/, /m/).
„h Alrededor del final del primer ano aparecen las primeras palabras tomadas del
lenguaje adulto (aunque su pronunciacion puede no ser todavia plenamente
correcta).
„h Entre los dieciocho y veinte meses, la destreza para emitir fonemas correctos
se ha consolidado.
„h Se pronuncian correctamente todas las vocales y algunos diptongos y se
estabiliza la pronunciacion de casi todas las consonantes.
„h Generalmente, desde la mitad del segundo ano, es ya posible para el nino la
combinacion de dos palabras.
„h En este momento aparecen tambien las primeras flexiones en los nombres (las
distinciones de genero y numero) y en los verbos (primero la persona, mas
tarde los modos indicativo e imperativo y luego las flexiones de tiempo).
Habitualmente, en los ninos que ya los utilizan, los verbos irregulares sufren
hiperregularizaciones (por ejemplo rompido por roto), que en algunos casos
duraran hasta los cinco o seis anos.
„h Aparecen los primeros usos de las preposiciones y los articulos. Tambien en
tomo a los dos anos comenzaran a usar los pronombres personales (yo y tu) y
los posesivos correspondientes.
„h Hacia los tres anos han desaparecido las dificultades para pronunciar
diptongos y se produce un significativo progreso en las consonantes.
Segundo ciclo.
„h En torno a los cuatro anos el repertorio fonetico esta casi completo.
„h El lexico crece a un ritmo notable, duplicandose el vocabulario cada ano.
„h A los cuatro anos se dominan las construcciones sintacticas simples.
„h Empieza a usarse el pronombre de tercera persona, aunque su dominio y usos
no estaran completos antes de los siete anos.
 Los posesivos son comprendidos, si bien al producirlos los niños emplean más
las construcciones de tipo «de + persona» (de ese, de mamá, , en vez de
decir suyo, por ejemplo).
 Va mejorando el uso de los tiempos y modos verbales (siguen siendo
frecuentes las incorrecciones en los condicionales o los subjuntivos).
 La sintaxis se va haciendo más compleja.
2.1.4. Desarrollo afectivo-social.
Primer ciclo.
Entre los 0-3 años los conocimientos más importantes son: el reconocimiento de las
personas, el reconocimiento de sí mismo, la identidad y el rol sexual.
El reconocimiento de las personas se inicia (como algo global) en el segundo
trimestre de vida, alrededor de los tres o cuatro meses: las conductas son diferentes
según la persona con la que interactúen (lloro, sonrisa, contacto corporal, mirada,
etc…) y discriminan claramente entre las personas prefiriendo a unas sobre otras. En
el octavo mes, el niño no sólo discrimina entre los que le son familiares y los
desconocidos sino que muestran recelo o miedo frente a estos últimos.
El reconocimiento de sí es posterior al reconocimiento de las otras personas. Hasta el
último trimestre del primer año de vida los niños no parecen reconocerse.
Más difícil resulta saber cuándo y cómo adquieren su identidad. Parece que el
conocimiento de las primeras diferencias entre el yo y los otros se adquiere en
interacción con el reconocimiento y la discriminación entre las diferentes personas.
Segundo ciclo.
Entre los 3 y los 6 años, son importantes el conocimiento de las características de los
otros, de las relaciones interpersonales y de los sistemas e instituciones sociales.
El conocimiento de las características de los otros se basa en características externas
y aparentes. El conocimiento de las relaciones interpersonales les permite
comprender, no sólo las características de aquellos con los que conviven, sino
también las de las relaciones que les ligan a ellas (autoridad, sumisión, liderazgo,
amistad, …)
2.2. Bases del desarrollo psicomotor
El movimiento y la actividad corporal tienen implicaciones psicológicas muy
importantes para el desarrollo. Por eso vamos a estudiar este apartado desde el
punto de vista de la psicomotricidad. Según COSTE, la psicomotricidad es un nudo
que ata psiquismo y movimiento hasta confundirlos entre sí en una relación de
implicaciones y expresiones mutuas.
La meta del desarrollo psicomotor es el control del propio cuerpo hasta ser capaz de
sacar de él todas las posibilidades de acción y expresión que a cada uno le sean
posibles. Ese desarrollo implica un componente externo o práxico (la acción), pero
también un componente interno o simbólico ( la representación del cuerpo y sus
posibilidades) ( MORA Y PALACIOS, 1990).
El dominio del control corporal constituye un proceso que se ajusta a dos leyes
fundamentales:
 Ley céfalo-caudal del desarrollo: se controlan antes las partes del cuerpo que
están más próximas a la cabeza, extendiéndose luego el control hacia abajo (ej., el
niño sostiene la cabeza antes de sostener el tronco y poder mantenerse sentado).
– Ley próximo-distal: se controlan antes las partes que están más cerca del eje
corporal que aquellas que están más alejadas del mismo (ej., la articulación del
hombro se controla antes que la del codo.
– LEY DE ACTIVIDADES EN MASA A LAS ESPECÍFICAS. Tendencia a pasar de
la utilización de músculos grandes a los más pequeños. Los movimientos vastos van
dando paso a movimientos más precisos. La integración de grupos musculares
permite que los movimientos sean más finos.
– LEY DE DESARROLLO DE FLEXORES Y EXTENSORES Poseen primacía los
movimientos de los músculos flexores. La capacidad para coger objetos es anterior a
la capacidad para soltarlos.
De acuerdo con esta ley, el control y dominio de movimientos del brazo seguiría el
siguiente orden: hombro, codo, muñeca y por fin dedos. Esta es la razón por la que
los garabatos desordenados preceden a los garabatos en zigzag, que exigen apenas
un movimiento de barrido del codo y que son anteriores a los garabatos circulares,
que exigen una cierta rotación de la muñeca.(MARCHESI, p, 51)
Como consecuencia de lo expuesto en estas leyes, el movimiento del niño van
integrando y controlando voluntariamente, de manera gradual, mayor número de
grupos musculares, con lo que se va haciendo progresivamente más preciso y
permite incorporar repertorios psicomotores muy especializados y complejos, que
abren nuevas perspectivas a la percepción (por ejemplo, mediante la coordinación
ojo-manual) y a la acción sobre el entorno mediante pequeños gestos que tienen, no
obstante, una importancia capital. ( movimiento de la pinza).
Primer ciclo.
Los progresos madurativos que se dan en el cerebro proporcionan un gran avance
del control sobre el propio cuerpo. Desde el control de la cabeza, tronco y brazos
se avanza hacia el control de las piernas y poco a poco se hace posible un manejo
más fino de los músculos que controlan el movimiento de la muñeca y de los dedos
(ley céfalo-caudal y próximo distal). En el transcurso de los dos primeros años, el
niño va accediendo a la capacidad de sostenerse sentado, de pie, caminar solo,
correr y saltar. Desde entonces y hasta los seis años, los movimientos de las piernas
ganan precisión y finura y lo mismo sucede con manos y dedos.
La preferencia lateral aparece clara en algunos niños antes de. los dos años (sin
embargo, en general, la lateralización se produce entre los tres y los seis años).
Con respecto al esquema corporal su elaboración es un proceso lento de mejora
gradual. A partir de los dos años aumenta la calidad d criminación perceptiva
respecto al propio cuerpo.
Segundo ciclo.
En cuanto al movimiento y control corporal, los movimientos de las piernas
ganan precisión y finura y lo mismo sucede con manos y dedos.
La lateralización se produce entre los tres y los seis años.
Respecto al esquema corporal, aumenta la calidad y discriminación perceptiva
respecto al propio cuerpo. Se enriquece el repertorio de elementos conocidos, así
como la articulación entre ellos. El desarrollo de habilidades motrices, con una
prensión más exacta y una locomoción mucho más coordinada, facilita la exploración
del entorno y de las interacciones que éste establece con su cuerpo.
La estructuración del espacio se relaciona con la conciencia de las coordenadas
en las que se mueve nuestro cuerpo y en las que transcurre nuestra acción. Desde
los planos espaciales más elementales (arriba-abajo, delante-detrás) hasta los más
complejos (derecha-izquierda), el niño tiene que ir representando su cuerpo en el
contexto del escenario espacial en que transcurre su vida, siendo capaz de organizar
su acción en función de parámetros como cerca-lejos, dentro-fuera, grande-pequeño,
ancho estrecho.
Respecto a la estructuración del tiempo el niño sitúa sus acciones y rutinas en
unos ciclos de sueño-vigilia, de antes-después, mañana-tarde-noche,
ayer-hoy-mañana, días de la semana-días de fin de semana, y es capaz de hacerlo
mucho antes que representar simbólicamente esas nociones.
De lo expuesto se puede deducir que el crecimiento no sólo está controlado por
mecanismos endógenos, sino que también existen factores externos que lo van a
condicionar (condiciones de vida asociadas a una determinada clase social, por
ejemplo, la alimentación).
2.2.1. Características motrices.
* En un primer momento, se da una actividad motriz difusa y generalizada;
corresponde a los primeros meses de existencia y la actividad está bajo la dirección
de los centros subcorticales. El niño se mueve sin que sus movimientos respondan a
un comportamiento intencional y tengan un objetivo concreto. Son los reflejos
innatos: succión, hociqueo, aferramiento (grasping), moro, marcha, etc.
* A partir del cuarto mes, se inicia la actividad motriz coordinada, gracias a la
intervención de la corteza cerebral, que ejerce una influencia directiva e inhibidora.
Los movimientos de abrir y cerrar las manos, por ejemplo, ya no tienen un carácter
mecánico y automático, sino que muestran un intento de utilización instrumental.
* Hacia el final del primer año la participación activa de la corteza permite ya que la
actividad motriz tenga la coordinación suficiente para permitir las actividades de
manipulación y desplazamiento. El niño es capaz de gatear, a veces andar, asir
objetos, meterlos y sacarlos de determinados recipientes, etc.
* Alrededor de los dos años la actividad cortical alcanza unos niveles de
funcionamiento considerables y el niño dispone ya de sus mecanismos
perceptivo-motores en posibilidades de utilización plena. La precisión, soltura,
eficacia y flexibilidad con que los utilice dependerá de la influencia ambiental y de las
oportunidades que su medio le haya dado para poder desplazarse, manipular.
* En el tercer año de vida el niño anda con seguridad, puede acelerar o moderar la
marcha, cambiar de dirección y detenerse, a su voluntad. Sube y baja escaleras
apoyado en una mano y cuando cumple los tres años ya suele hacerlo sin apoyo
alguno.
* Entre los 4 y los 5 años tienen una gran destreza y finura en los movimientos, es la
«edad de la gracia».
* Los niños de 5 y 6 años se sienten seguros y confían en su fuerza y habilidad
corporal. Les gusta encaramarse a un árbol, subir por un lugar escarpado, ir en
bicicleta, es decir, practicar aquellos ejercicios que ponen a prueba las destrezas
locomotoras y de equilibrio alcanzadas.
Por último, señalar otros dos aspectos de suma importancia, relacionados con el
desarrollo psicomotriz, que el niño va a adquirir durante este período que son: la
construcción del esquema corporal (representación y dominio de nuestro propio
cuerpo) y el proceso de lateralización (afianzamiento motor de una parte del cuerpo:
Dcha/Izda).
2.3. Características psicológicas.
Según Piaget, el niño entre los cero y los seis años atraviesa dos etapas o estadios
que son: el de la inteligencia sensomotriz y el del pensamiento preoperatorio.
En el estadio sensoriomotriz el pensamiento se caracteriza porque sólo se da en
presencia del objeto, en contacto con los sentidos. Así, un niño de un año no puede
imaginar o pensar en su madre si no está presente, no puede recordar el juguete de
su cuna, etc. Por ser sensorial, se apoya exclusivamente en percepciones actuales y
no es capaz de elaborar ni utilizar la representación de los objetos o evocar las
realidades ausentes.
El momento final del período sensomotor coincidirá con la aparición del símbolo.
Efectivamente, hacia los dos años, aparece en el niño la capacidad de representar
algo (significado) por medio de un significante (gesto, palabra, imagen mental) y
pensar en lo primero a partir de lo segundo. Es lo que se llama función simbólica o
semiótica y su aparición marca el inicio de un nuevo estadio, que durará hasta
aproximadamente los siete años de edad, y que se denomina estadio preoperacional.
Esta nueva posibilidad de relacionarse con la realidad mediante los «instrumentos
psíquicos» que denominamos símbolos implica una mayor capacidad para dominar
esa realidad, acometiendo las soluciones a las nuevas situaciones con más riqueza de
recursos (recuerdos, experiencias previas,…). En el paso de la inteligencia
sensoriomotriz al pensamiento preoperatorio juegan un papel muy importante,
además del lenguaje, la imitación y el juego.
Hacia el año y medio o los dos años aparece la imitación propiamente dicha, que es
la imitación diferida o en ausencia del modelo. Esta imitación será un instrumento
eficaz de desarrollo cognitivo.
El juego ya no es un mero ejercicio funcional; progresivamente adquiere un carácter
creativo y simbólico, que no persigue una adaptación a lo real, sino que es una
manifestación del yo en la que éste se expresa mediante símbolos de creación
.propia, sin coacciones, lo que favorece el equilibrio afectivo y el desarrollo cognitivo.
La base de la concepción piagetiana – constructivista del desarrollo infantil reside en
la noción de equilibración como proceso regulativo del organismo entre la
ASIMILACIÓN y la ACOMODACIÓN. El proceso de asimilación integra la información
recogida del medio en las estructuras cognitivas presentes, mientras que la
acomodación ajusta y modifica la conducta a nuevas situaciones ambientales.
2.4.- Características socio-afectivas.
TALCOTT PARSONS afirma que la socialización es el mecanismo más completo y
perfecto de control social que existe, gracias al cual el control se interioriza cada vez
con más fuerza a medida que se transfieren las diferentes etapas del desarrollo.
La etapa de 3 a 6 años es, sin duda, la más significativa en la construcción de la
personalidad del niño. HENRI WALLON la definió como la del «personalismo». En
esta etapa el niño necesita inicialmente diferenciarse de los demás de forma, a veces
radical, mediante la oposición.
La construcción de la noción de su propio cuerpo tiene una función importante en
este período, así como la conciencia psicológica de sí mismo, que sólo es posible a
partir de la progresiva diferenciación y relación con los otros. El paso a la utilización
del pronombre personal en primera persona es un claro índice de este conocimiento
que el niño tiene de sí mismo. El niño se define a sí mismo por cómo es o por lo que
sabe hacer o por lo que le gustaría saber hacer.
Las relaciones entre iguales facilitan el descentramiento social, ya que las
actuaciones de los otros niños resultan más próximas al niño que las de los adultos.
Desde el punto de vista afectivo permiten la expresión de vivencias que no pueden
aflorar en las relaciones con los adultos.

Volver al índice principal de «EDUCACIÓN INFANTIL«