EL COMPLEJO DE EDIPO A LA LUZ DE LAS ANSIEDADES TEMPRANAS (1945)

EL COMPLEJO DE EDIPO A LA LUZ DE LAS ANSIEDADES TEMPRANAS (1945)

 

Tengo dos propósitos principales al presentar este artículo. Pretendo
aislar algunas situaciones de ansiedades tempranas típicas y mostrar su
conexión con el complejo de Edipo. Como estas ansiedades y defensas
forman parte, según creo, de la posición infantil depresiva, espero con
ello aclarar algo la relación entre la posición depresiva y el
desarrollo libidinal. Mi segundo propósito es comparar mis conclusiones
sobre el complejo de Edipo con las opiniones de Freud sobre el mismo
tema. Como ejemplo para mis argumentaciones expondré fragmentos de dos
historiales clínicos. Se podrían aducir muchos más detalles de esos dos
análisis, de la relación de los enfermos con su familia y de la técnica
empleada. Sin embargo, me limitaré a exponer los detalles del material
que considero esenciales para el tema de este artículo. Los dos niños,
cuyos historiales ilustrarán mis argumentaciones, padecían de
dificultades emocionales intensas. Al emplear tal material
psicoanalítico como base para fundamentar mis conclusiones sobre el
curso normal del desarrollo edípico, sigo un método empleado
repetidamente en psicoanálisis. Freud justificó este enfoque especial
en muchos de sus artículos. Por ejemplo 1 , escribe: "La patología,
como Uds. saben, mediante el aislamiento y la exageración nos ha
ayudado siempre a hacer reconocibles cosas que normalmente hubiesen
quedado ocultas." FRAGMENTOS DE UN HISTORIAL, ILUSTRATIVOS DEL
DESARROLLO EDÍPICO DEL NIÑO
El material, en el cual me detendré para ilustrar mis conclusiones
acerca del desarrollo edípico del varón, proviene del análisis de un
niño de 10 años. Sus padres tuvieron que consultarme, porque algunos de
sus síntomas se habían intensificado tanto que le hacían imposible
concurrir a la escuela. Se asustaba mucho de los otros niños y por ello
evitaba más y más salir solo. Además, desde hacía ya unos años una
inhibición progresiva de sus capacidades e intereses preocupaba mucho a
sus padres. Fuera de estos síntomas, que le impedían concurrir a la
escuela, estaba excesivamente preocupado por su salud y padecía de
frecuentes estados de ánimo depresivo. Estas dificultades se
manifestaban en su aspecto físico, porque daba la impresión de estar
preocupado y de ser desgraciado. Sin embargo, en ocasiones -y esto se
hacía más manifiesto en sus sesiones psicoanalíticas- cesaba su
depresión y de pronto la vida y la luz venían a sus ojos y le
transformaban por completo la cara. Ricardo era un niño precoz y bien
dotado en muchos aspectos. Tenía talento musical, demostrándolo ya muy
tempranamente. Le gustaba mucho la naturaleza, pero solamente en sus
aspectos agradables. Sus dotes artísticas se manifestaban, por ejemplo,
en la manera como elegía las palabras y en un cierto sentido para lo
dramático que vitalizaba su conversación. No se entendía bien con los
otros niños; se sentía mejor en compañía de adultos y especialmente de
mujeres. A éstas trataba de impresionarlas con sus dotes de
conversación y quería entrar en su favor de un modo impropio de su
edad. La lactancia de Ricardo había sido breve e insatisfactoria. Había
sido un niño delicado, padeciendo resfríos y enfermedades desde su
primera infancia. Había sufrido dos operaciones (circuncisión y
amigdalectomía) entre sus tres y seis años. La familia vivía
modestamente, aunque no sin un cierto desahogo. El ambiente del hogar
no era del todo feliz. Entre los padres no existía ni cordialidad ni
intereses comunes, aunque no tenían entre sí reyertas manifiestas.
Ricardo era el segundo de dos hijos; su hermano era unos pocos años
mayor que él. Su madre, aunque no estaba enferma en el sentido clínico,
era de tipo depresivo. Le preocupaba mucho cualquier enfermedad de
Ricardo y no había duda de que con su actitud había contribuido a los
temores hipocondríacos del niño. Su relación con Ricardo no era
satisfactoria en varios aspectos. En tanto que su hermano mayor era de
los primeros en la escuela y recibía la mayor parte del amor de la
madre, Ricardo era más bien un desencanto para ella. Aunque él la
quería mucho, era un niño sumamente difícil de manejar. No tenía
intereses, ni juegos que le ocupasen. Estaba demasiado angustiado y
demasiado ligado a su madre, a la que se adhería de un modo persistente
y agotador. Su madre lo cuidaba mucho y en cierto modo lo mimaba, pero
no apreciaba realmente los aspectos más sutiles de su carácter, tales
como una gran capacidad innata para el amor y la bondad. No comprendía
que el niño la quería mucho y tenía poca confianza en su desarrollo
futuro. Por otro lado, tenía paciencia con él cuando lo cuidaba; por
ejemplo, no intentaba imponerle la compañía de otros niños, ni lo
obligaba a concurrir a la escuela. El padre de Ricardo lo quería mucho
y era amable con él, pero aparentemente dejaba la responsabilidad de su
educación a la madre. Como demostró el análisis, Ricardo se daba cuenta
de que su padre era demasiado indulgente con él y de que ejercía
demasiado poco su autoridad en el círcu- lo familiar. La mayoría de las
veces su hermano mayor le mostraba amistad y tenía paciencia con
Ricardo, pero los dos niños tenían poco en común. El desencadenamiento
de la guerra aumentó mucho las dificultades
de Ricardo. Fue evacuado con su madre y, para analizarse, se trasladó con
ella al pueblo donde yo residía entonces, mientras que su hermano fue a
otro lugar con su escuela. El separarse de su hogar trastornó a Ricardo.
Además, la guerra agudizó todas sus ansiedades, angustiándolo especialmente
los bombardeos aéreos. Seguía las noticias con gran atención; se
interesaba mucho por los cambios de la situación bélica y esta preocupación
se manifestó una y otra vez en el transcurso de su análisis.
Aunque había dificultades en la situación familiar -lo mismo que
había habido dificultades en el desarrollo precoz del niño- en mi opinión la
gravedad de la enfermedad de Ricardo no se podía explicar solamente por
estas circunstancias. En él, como en cualquier otro caso, debemos tener en
cuenta los procesos internos que resultan y actúan conjuntamente con los
factores tanto constitucionales como ambientales; pero no puedo aquí tratar
en detalle la acción recíproca de todos estos factores. Me limitaré a señalar
la influencia de ciertas ansiedades tempranas en el desarrollo genital.
El análisis se realizaba en un pueblo no muy cercano a Londres y en
una casa cuyos propietarios estaban ausentes por entonces. En dicha casa
yo no disponía de un cuarto de juegos en las condiciones que me hubiese
gustado, ya que no podía sacar de él algunos libros, láminas, mapas, etc.
Ricardo tenía una relación especial, casi de persona a persona, con esta
habitación y con la casa, a la que identificaba conmigo. Por ejemplo: a menudo
hablaba cariñosamente de la casa y a la casa; se despedía de ella antes
de marcharse al final de la hora, y a veces, con gran cuidado, arreglaba
los muebles de un modo que, según él, "alegraría" a la habitación.
En el transcurso del análisis, Ricardo hizo varias series de dibujos 2 .
Unas de las primeras cosas que dibujó fue una estrella de mar rondando
cerca de una planta submarina, y Ricardo me explicó que era un bebé hambriento
que deseaba comerse la planta. Uno o dos días después introdujo
en sus dibujos un pulpo. mucho mayor que la estrella de mar y con una cara
humana. Este pulpo representaba a su padre y al órgano genital de su
padre en sus aspectos peligrosos; posteriormente se equiparó con el "monstruo",
que encontraremos en seguida en su material analítico. La forma de
la estrella de mar se transformó pronto en un conjunto hecho de diferentes
secciones coloreadas. Los cuatro colores principales de este tipo de dibujo
-negro, azul, morado y rojo- simbolizaban, en este orden, a su padre, madre,
hermano y a él mismo. En uno de los primeros dibujos, en que usó estos
cuatro colores, puso el negro y el rojo moviendo los lápices hacia lo
dibujado con ruidos acompañadores. Explicó que el negro era su padre y
acompañó el movimiento del lápiz imitando el ruido de soldados marchando.
El rojo vino después, y Ricardo dijo que era él mismo, y cantó una tonada
alegre mientras movía el lápiz. Cuando coloreó las secciones azules,
dijo que eran su madre; y cuando llenó las secciones moradas, dijo que su
hermano era bueno y que le ayudaba.
El dibujo representaba un imperio, siendo sus diferentes secciones
los distintos países. Es significativo que el interés de Ricardo por los sucesos
bélicos tuviesen un papel importante en sus asociaciones. A menudo
miraba en el mapa los países que Hitler había subyugado y entonces se
hacia evidente la conexión entre los países del mapa y sus dibujos del imperio.
Los dibujos del imperio representaban a su madre, que había sido
invadida y atacada. Generalmente su padre aparecía como el enemigo. Ricardo
y su hermano tenían diferentes papeles en los dibujos; a veces eran
aliados de la madre, otras veces del padre.
Aunque parecidos a primera vista, estos dibujos variaban mucho en
los detalles; nunca hubo dos exactamente iguales. Era significativo cómo
Ricardo hacía estos dibujos y también la mayoría de sus dibujos. No los
empezaba con un plan preconcebido y a menudo él mismo se sorprendía al
ver el aspecto del dibujo terminado.
Usaba material de juego variado; por ejemplo, los lápices negros y
de colores, con los que hacía sus dibujos, en sus juegos también representaban
a personas. Además trajo a mi casa su propio conjunto de barcos de
juguete, dos de los cuales siempre representaban a sus padres, mientras que
los otros barcos tenían diferentes papeles.
Con la finalidad de esta exposición, he limitado mi selección de material
a unos pocos ejemplos, sacados principalmente de sus horas de análisis.
Durante estas horas -en parte debido a circunstancias exteriores, de las
que me ocuparé más adelante-, algunas de las ansiedades de Ricardo se
manifestaron con mayor intensidad. Se logró disminuirías mediante interpretaciones
y los cambios resultantes aclararon la influencia de las ansiedades
tempranas en el desarrollo genital. Estos cambios, que fueron solamente
un paso hacia una genitalidad más desarrollada y hacia una estabilidad
psíquica mayor, se habían anunciado ya anteriormente en el análisis de
Ricardo.
En lo referente a las interpretaciones presentadas en este artículo, no
es necesario decir que he seleccionado las que se aplican mejor a su tema.
Aclararé cuáles fueron las interpretaciones dadas por el paciente mismo.
Además de las interpretaciones que yo di al paciente, este artículo contiene
varias conclusiones sacadas del material analítico y no siempre haré una
clara distinción entre estas dos categorías. Tal demarcación traería consigo
mucha repetición y embarullaría los puntos principales.