Escuelas en medicina psicosomática: Escuela Psicosomática de París (alexitimia, el paciente psicosomático, la terapia)

Escuela Psicosomática de París (Marty, M´Uzan, David, Fain):
Encabezada fundamentalmente por Pierre Marty, es una escuela que surge ante la dificultad diagnóstica y terapéutica que les presentaban cierto grupo de pacientes que no encuadraban en el marco de la conversión histérica ni tampoco en el de las neurosis actuales y que presentaban alteraciones como cefaleas, raquialgias, alergias y asma. Así fueron dibujando el perfil de lo que consideraron un tipo particular de enfermos: ¨ el psicosomático ¨ caracterizado por una ¨ insuficiencia en la mentalización ¨, que le impide la expresión psíquica de sus conflictos. Al hallarse privados de esta posibilidad, drenan en el cuerpo sus excedentes excitatorios, no ya como modo de expresión, sino como producto del déficit mismo. De modo que esta insuficiencia en la mentalización de los conflictos equivale a decir que éstos dejan de ser psíquicos y poseer un sentido, transformándose en algo somático, concreto, material y asimbólico, proceso, denominado ¨ somatización ¨ por los integrantes de esta línea de pensamiento. Para que de produzca una somatización se postula un esquema evolutivo en el cual se habría producido determinadas fijaciones somáticas que precedieron a las fijaciones mentales. En el extremo opuesto y antagónico se halla el grado de mentalización del cual un sujeto es capaz, dado que este proceso, ligado a lo representacional y significativo, supone un nivel evolucionado que, como producto del desarrollo alcanzado, determinará la expresión de los conflictos de un sujeto en el plano mental. La somatización, en cambio, será una ¨ vía residual ¨ que testimonia un déficit evolutivo. Un conflicto que no pueda expresarse a nivel mental, iniciará un camino de retorno, regresión somática, hacia esta vía arcaica en la cual ya no interesarán los significados, sino que se evidenciará sencillamente la compulsión del primitivo terreno corporal. Se establece de este modo una proporcionalidad directa entre el nivel de mentalización y la salud y una proporcionalidad inversa entre el nivel de mentalización y somatización.
La insuficiencia psíquica de estos enfermos se manifestaría en síntoma básico y característico denominada ¨ depresión esencial ¨, que consiste en una depresión sin objeto, ni autoacusación, ni siquiera la culpabilidad conciente, donde el sentimiento de desvalorización personal y la herida narcisista se orienta electivamente hacia la esfera somática.
La falta de desarrollo psíquico se manifestará también de una manera particular en otros dos terrenos: en los afectos y en los pensamientos.
En cuanto a los afectos, estos pacientes presentarían una imposibilidad en la expresión de los mismos, ya que carecerían de los correspondientes engramas verbales para dar cuenta de ellos. Los discípulos de esta escuela llaman a esta dificultad ¨ alexitimia ¨ (término que toman de los psicoanalistas bodtonianos Sifneos y Nemiah), palabra derivada del griego, y que significa ¨ falta de capacidad para verbalizar los sentimientos ¨. Esta dificultad se hace expresiva a la discriminación entre las distintas cualidades afectivas.
En el terreno del pensamiento, la supuesta incapacidad evolutiva presupone la ausencia de la discriminación simbólica, en la medida en que ésta representa el coronamientote la secuencia evolutiva.
Según los autores de la escuela francesa, el déficit patognomómico que caracteriza a los enfermos psicosomáticos sería la construcción incompleta del aparto psíquico, surgida de un desamparo inicial producto del vínculo con una madre narcisista que promueve un vacío psicológico, en el cual se impide el despliegue del espacio simbólico de la fantasía y abre el camino a la acción directa corporal. Al no ser atendidas las señales indicadoras de sus deseos, el bebé las paraliza y produce respuestas corporales patológicas que equivalen a los primeros síntomas psicosomáticos.
La enfermedad actual se vincula con una situación conflictiva, traumática, asociada a las vicisitudes de la situación edípica. Lo que debió haber sido mental y tramitado simbólicamente deja de serlo, pierde dicha cualidad y se transforma en somático. La cualidad simbólica, que solo puede ser mental, se ha perdido y en su lugar aparece el cuadro orgánico, exento en sí mismo de significado.
El psicosomático es, entonces, un enfermo con una adaptación social correcta, y aun excelente, que no presenta organización neurótica o psicótica propiamente dicha y en el cual la desviación respecto a la norma parece exclusivamente ligada a las anomalías somáticas.
Dentro de esta concepción la terapia se encontraría en darle el marco al sujeto para restituir sus capacidades faltantes o dañadas en lo referente al campo fantasmático. Según Marty: ¨ la psicoterapia de los enfermos somáticos se realiza casi siempre al ritmo de una sesión por semana, dos sesiones por semana son excesivas en la mayoría de los casos. En efecto, se debe tener en cuenta la dificultad que supone para muchos pacientes tolerar la intrusión del psicoterapeuta y asimilar el afecto terapéutico, y respecto del terapeuta, la capacidad que tenga de tolerar a los múltiples pacientes desprovistos básicamente, o en ocasiones, de facultades relacionales atractivas ¨.