Esquizofrenia Infanto-Juvenil: Tratamiento

Esquizofrenia Infanto-Juvenil

Tratamiento

En principio, todas las recomendaciones que se aplicarían al tratar a niños y jóvenes con enfermedades crónicas se podrían utilizar aquí. Por ejemplo, una valoración del nivel de ansiedad y estrés, los puntos fuertes y las vulnerabilidades del paciente, y una formulación de la mejor manera de adaptar el niño al mundo, y el mundo al niño. También tendremos en cuenta factores como la excentricidad, los problemas de interacción social, la falta de reconocimiento de su enfermedad, y el antagonismo a tomar la medicación.

A nivel de tratamiento específico, hemos de trabajar con la hipótesis de que el mismo programa utilizado en adultos se puede aplicar a niños y jóvenes. A nivel de farmacoterapia, los antipsicóticos (o neurolépticos) son la parte central del tratamiento, tanto en adultos como en los casos infanto-juveniles. Con la excepción de la Clozapina, no hay ningún antipsicótico que sea claramente superior a otro (Kane, 1987), pero los efectos secundarios varían en tipo (con la predominancia de atropínicos o extrapiramidales), y número, y ciertos fármacos pueden ser escogidos al respecto (Umbricht i Kane, 1996). Una descripción detallada de los diferentes tipos disponibles en la actualidad puede ser encontrado en cualquier tratado de psiquiatría o psicofarmacología. En general, es aconsejable que el psiquiatra esté familiarizado con dos o tres fármacos con efectos secundarios diferentes. Las inyecciones de vida media larga (depot) pueden llegar a tener efecto durante 1 mes, siendo esenciales en casos donde el paciente se olvidaría de tomar la medicación regularmente. Otras medicaciones, como las Sales de Litio, Carbamazepina, otros antimaníacos, y antidepresivos también se han utilizado.

Los trabajos de Goldstein (1987) y Lieberman han mostrado que intervenciones en la manera que las familias tienen de expresar las emociones pueden mejorar el curso de la enfermedad. Aquí, nos centramos en el comportamiento de los padres (expressed emotion), basándonos en técnicas educativas, conductuales, y de terapia familiar.

Hospitalización hasta 8 semanas durante el primer episodio para una valoración completa, o posteriormente para una revisión o ajuste de la medicación, o para dar un poco de respiro a la familia, parece que es aceptada de manera generalizada por todos los profesionales trabajando en psiquiatría infanto-juvenil. Como complemento a ella, en la actualidad tenemos bastante investigación que recomienda el seguimiento de estos pacientes en la comunidad, con la ventaja de que tanto ellos como sus familias están más satisfechos con el trato que reciben (Stein & Test, 1980).

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Fuente: Centre Londres 94. Psiquiatría – Paidospsiquiatría. Familianova Schola