ESTADÍOS POSTERIORES DEL CONFLICTO DE EDIPO

ESTADÍOS POSTERIORES DEL CONFLICTO DE EDIPO
Si junto con la imago de los padres combinados, las imagos del padre y de la madre separadas especialmente de la madre «buena» operan con suficiente fuerza, las crecientes relaciones de objeto del niño y su adaptación a la realidad darán por resultado que sus fantasías sobre el pene del padre dentro de la madre perderán su poder, y su odio, ya disminuido, estará más fuertemente dirigido hacia su objeto real. Esto tendrá el efecto de separar las imagos de los padres combinadas todavía más completamente, y su madre será ahora preponderantemente el objeto de sus impulsos libidinales, mientras que su odio y ansiedad irán hacia su padre real (o el pene del padre), o, por desplazamiento, hacia algún otro objeto, como en el caso de las fobias de animales. Las imagos separadas de su padre y de su madre se mantendrán más precisas y la importancia de sus objetos reales aumentará y entrará ahora en una fase en la que sus tendencias edípicas y su miedo a ser castrado por su padre real adquirirá importancia .
Sin embargo, he encontrado que las primeras situaciones de ansiedad están todavía latentes en él en mayor o menor grado, a pesar de todas las modificaciones que han sufrido en el curso de su desarrollo ; y así también están todos los mecanismos de defensa y los mecanismos pertenecientes a los estadíos posteriores, que surgen de aquellas situaciones de ansiedad. En las capas más profundas de su mente espera siempre ser castrado por el pene «malo» del padre perteneciente a su madre. Pero siempre que sus situaciones de ansiedad temprana no sean demasiado poderosas, y, sobre todo, siempre que su madre represente suficientemente a la madre «buena», el cuerpo de ella será un lugar deseable, aunque un lugar que puede solamente ser conquistado con mayor o menor riesgo para él de acuerdo con la magnitud de las situaciones de ansiedad involucradas. Este elemento de peligro y ansiedad, que en todo hombre normal está ligado a la copulación, es un incentivo para la actividad sexual y aumenta la gratificación libidinal que obtiene en la copulación; pero si esto excede un cierto límite tendrá un efecto perturbador, y aun le impedirá poder realizar el acto sexual. Sus fantasías inconscientes más profundas de copulación involucran vencer y abolir el pene de su padre dentro de la mujer. A esta lucha con su padre dentro de su madre están ligados, creo, aquellos impulsos sádicos presentes normalmente cuando toma posesión de ella de un modo genital. De este modo, mientras su desplazamiento originario del pene de su padre al interior del cuerpo de su madre hace de ella un objeto permanente de ansiedad para él aunque el grado en que esto se verifica varía enormemente de una persona a otra, también aumenta la atracción que las mujeres ejercen sobre él muy considerablemente, porque para él es un incentivo vencer su ansiedad con respecto a ellas.
En el curso normal de los hechos, a medida que las tendencias genitales del niño se hacen más fuertes y que vence sus impulsos sádicos, sus fantasías de realizar restituciones comienzan a ocupar un campo más amplio. Como ya se ha visto, las fantasías de esta naturaleza con respecto a su madre ya existen, mientras que su sadismo es todavía ascendente y toma la forma de destrucción del pene «malo» del padre dentro de ella. Su primer y principal objeto es su madre, y cuanto más represente ella el objeto «bueno» para él, más rápidamente estas fantasías restitutivas se ligarán a su imago. Esto se puede observar claramente en el análisis de juegos. Cuando las tendencias reactivas del niño se hacen más fuertes comienza a jugar de un modo constructivo. En juegos de construcciones de casas y pueblos, por ejemplo, simbolizará la restitución del cuerpo de su madre y del suyo  de un modo que corresponde en todos los detalles a los actos de destrucción que ha tenido en el primer estadío de su análisis, o que juega todavía alternando con sus juegos constructivos. Comenzará a construir una ciudad juntando las cosas de diferentes modos y colocará un muñequito que lo representa a él mismo haciendo las veces de policía que regula el tráfico; este policía estará siempre atento para que los coches y los carros no se choquen, para que las casas no se estropeen o para que los peatones no sean derribados por los automóviles, mientras que en juegos anteriores la ciudad era estropeada por vehículos que chocaban y la gente era atropellada. En un período todavía anterior, tal vez su sadismo se manifestó en una forma más directa y acostumbraba a mojar, quemar y cortar toda clase de cosas que simbolizaban el interior de su madre y sus contenidos, es decir, el pene de su padre e hijos, mientras que al mismo tiempo estos actos destructivos representaban el daño que quería que el pene de su padre hiciera allí también. Como una reacción a estas fantasías sádicas, en las cuales el violento y poderoso pene (el de su padre y el suyo), representado por los coches en movimiento, destruye a su madre y daña a los niños dentro de ella, representados por los muñequitos, tiene ahora fantasías de restauración del cuerpo de ella la ciudad en todas las formas en que previamente la había dañado.