Estrés como causa de enfermedad

Estrés como causa de enfermedad.
Al analizar el papel del estrés como posible agente activo en la etiología de
la Enfermedad
se pueden considerar hipótesis, especulaciones e
investigaciones referidas a las relaciones entre los estímulos psicosociales
estresantes:
1) Mecanismos que se piensa que están asociados con la
enfermedad.
2) Precursores de la enfermedad.
3) La enfermedad misma.

Esas relaciones se pueden producir
siguiendo dos caminos fundamentalmente: a) un camino directo,
de acuerdo con la cual el estrés produciría cambios fisiológicos
que conducirían al desarrollo de la enfermedad; b) otro indirecto,
que fundamentalmente afecta a la conducta de la persona, a
consecuencia de la cual se produciría o facilitaría la enfermedad

En el primer caso, el estrés produciría cambios en el sistema biológico que
afectan a la salud. Como hemos visto, la respuesta fisiológica al estrés es
una activación generalizada del organismo que implica una liberación de
hormonas (sobre todo, catecolaminas y corticosteroides) por el sistema
endocrino. Los niveles elevados de estas hormonas tienen efectos
negativos sobre el sistema cardiovascular, conduciendo a la formación de
placas de ateroma en la pared de Ios vasos, reduciendo el calibre de las
arterias y produciendo cardiopatía isquémica, que se manifiesta
principalmente como angina de pecho o infarto de miocardio. Por otro
lado, la liberación de catecolaminas y corticosteroides durante la activación
en el episodio estresante puede alterar el funcionamiento del sistema
inmune. Los datos procedentes de la experimentación animal y de la
clínica humana apoyan la efectos inmunosupresores del estrés. La acción
de los estímulos estresantes sobre actividad del sistema inmune se
expresa mediante fenómenos alérgicos, enfermedades auto inmunitarias y
formación de neoplasias (Valdés y Flores, l985) La Psicoinmunología ha
prestado una atención especial a las relaciones entre el estrés y el
desarrollo de enfermedades por fracaso del sistema inmune. Todo este
tipo de enfermedades, que son causadas por factores psicológicos,
fundamentalmente por el estrés, se denominaron tradicionalmente
"enfermedades psicosomáticas”,y actualmente reciben el nombre de
“trastornos psicofisiológicos” o “trastornos por somatización”. Entre ellas
cabe citar, las úlceras de estómago y duodeno, el asma, el dolor de cabeza
crónico, ciertas enfermedades de la piel, enfermedades cardiovasculares,
e incluso el cáncer (Bayés, l991)
Aún en el caso de que se produzca una relación directa entre estrés y
enfermedad, hay que subrayar la importancia que tiene la vulnerabilidad
biológica previa. Probablemente ni el estrés por sí mismo, ni la vulnerabilidad
por sí misma, puede explicar la enfermedad, y sea la interacción entre ambas
situaciones la responsable del desarrollo de algunas enfermedades.
En el caso de la ruta indirecta, el estrés afecta a la conducta, provocando
cambios en ella, que, a su vez, perturban la salud de la persona. Por ejemplo, el
hombre abandonado por su esposa puede dejar de comer correctamente, dormir
mal, beber alcohol, fumar cigarrillos, etc., todo lo cual va en detrimento de su
salud, y puede conducirle a la enfermedad. Diferentes investigaciones han
demostrado que las personas que experimentan altos niveles de estrés tienden
a realizar comportamientos que aumentan su posibilidad de caer enfermos o
tener accidentes
(Wiebe v McCallum, 1916) Se trata, como se ve de
comportamientos realizados para afrontar el estrés, que habitualmente tienen
eficacia a corto plazo, pero que producen unos efectos negativos a largo plazo.
El estrés puede producir también una conducta de enfermedad, aunque sin
producir realmente enfermedad.
Este es el caso cuando el estrés genera una
variedad de síntomas (ansiedad, depresión, fatiga, insomnio, fallos de atención,
etc.). Algunas personas interpretan estos síntomas como "signos" de
enfermedad y llevan a cabo conductas de enfermedad", como buscar
tratamiento y ayuda médica.