Estructuralismo

Estructuralismo

Tendencia filosófica que surgió en la década de 1960, especialmente en Francia. 
Aglutina autores muy diferentes y que se expresan en los más diversos campos de las ciencias humanas, tales como la antropología (C. Lévi-Strauss), la crítica literaria (R. Barthes), el psicoanálisis Freudiano (J. Lacan), la investigación historiográfica (M. Foucault), o en corrientes filosóficas específicas como el marxismo (L. Althusser).

Estos estudiosos rechazan las ideas de subjetivismo, historicismo y
humanismo, que son el núcleo central de las interpretaciones de la
fenomenología y del existencialismo.
Utilizando un método en neto contraste con los fenomenólogos, los
"estructuralistas" tienden a estudiar al ser humano desde fuera, como a
cualquier fenómeno natural,
como se estudia a las hormigas (dirá Lévi-Strauss) y no desde dentro, como se estudian los contenidos de conciencia.

Con
este enfoque, que imita los procedimientos de las ciencias físicas,
tratan de elaborar estrategias investigativas capaces de dilucidar las
relaciones sistemáticas y constantes que existen en el comportamiento
humano, individual y colectivo, y a las que dan el nombre de
"estructuras". No son relaciones evidentes, sino que se trata de
relaciones profundas que, en gran parte, no se perciben concientemente
y que limitan y constringen la acción humana. La investigación
estructuralista tiende a hacer resaltar lo "inconsciente" y los
condicionamientos en vez de la conciencia o la libertad humana.

El
concepto de estructura y el método inherente a él llegan al
estructuralismo no directamente desde las ciencias lógico-matemáticas
ni de la psicología (escuela de la Gestalt) con las que éstas ya se
encontraban operando desde hacía mucho tiempo. 

El
estructuralismo obtiene sus instrumentos de análisis de la lingüística.
De hecho, un punto de referencia común a los distintos desarrollos del
estructuralismo ha sido siempre la obra de F. Saussure,
Curso de lingüística general
(1915), que, además de constituir un aporte decisivo para la fundación
de la lingüística moderna, introduce el uso del "método estructural" en
el campo de los fenómenos lingüísticos.

La visión del
que hubiera experimentado grandes progresos profundizando el estudio de
los campos de "presencia" y "copresencia" en los que Husserl encuentra
esa característica de la conciencia que hace inferir a ésta más de lo
que percibe o entiende. En esta copresencia ahonda el raciovitalismo
para comprender la estructura de ideación a la que llama creencia,
sobre la que se asientan las ideas y la razón. De ninguna manera el
sistema de creencias está relacionado con un supuesto "inconsciente".
Tiene sus leyes, su dinámica, y se desplaza históricamente transformado
por las generaciones en su cambio de paisaje. Las creencias aparecen
entonces como el "suelo" en el que se apoyan y del que se nutren esas
otras estructuras de ideación llamadas "ideas".