EL ESTUDIO DEL DESARROLLO HUMANO.
Sobre la base de su naturaleza animal, el hombre ha ido produciendo la cultura, acumulando conocimientos y recogiendo la experiencia de sus antepasados.
Aprovechando sus características animales, y su capacidad de adaptación, ha sido capaz de construir su inteligencia y con ella representaciones muy adecuadas del ambiente; colaborando con otros ha podido realizar empresas que resultan inabordables para la actividad de un individuo solo.
La existencia de un medio social resulta indispensable para el desarrollo de un ser que es tan frágil cuando llega al mundo, y no podría sobrevivir sin que los otros le prestaran una continua atención durante muchos años.
Muchos animales se ocupan de sus crías de forma adecuada para aumentar las posibilidades que sobrevivan, pero generalmente durante un periodo muy breve. Las conductas de cuidado de la prole se desencadenan ante ciertos estímulos y son eficaces.
En los hombres los comportamientos no son tan automáticos, aunque existen conductas de este tipo, pero sus acciones están siempre mediadas por la cultura, así que la actividad del hombre es siempre una trama de interacciones entre su naturaleza y la cultura que con ella han creado. Así, las propias formas de cuidar a los niños y de impulsar su desarrollo son el resultado de su historia.
Los humanos han criado a su prole de forma eficaz durante toda su historia, sino la especie no hubiera sobrevivido, pero las formas de vida han ido cambiando, lo que se ve acentuado durante los últimos siglos. La concepción de la infancia, las actitudes hacia los niños y el cuidado que les damos se ha ido modificando y las ideas de comportamientos son recientes. La Psicología del desarrollo provee las bases para el trabajo de los psicólogos en la Educación, la Clínica, la Salud, las Comunidades y las Políticas Públicas.