Eugenesia e higiene mental- Notas

Eugenesia e higiene mental- Notas

Eugenesia e higiene mental: usos de la psicología en la Argentina, 1900-1940
Ana María Talak (UBA, Argentina)

Notas:

[1] Por ejemplo: Klappenbach, Hugo, «Higiene mental en las primeras décadas del siglo. Principales lineamientos y fundamentos ideológicos», Anuario de Investigaciones I, Facultad de Psicología, UBA, Buenos Aires, 1989, pp. 189-195.

[2] Este primer sentido de disciplina se relaciona de una forma más inmediata con la conferencia que Foucault dio al ingresar al Collège de France, en 1970. Véase Foucault, Michel, El orden del discurso, Tusquets, Barcelona, 1973.

[3] Este sentido de disciplina como dispositivo se relaciona con los sentidos desarrollados en Foucault, Michel, Vigilar y castigar. El nacimiento de la prisión, Siglo XXI, Buenos Aires, 1989; Foucault, Michel, Historia de la sexualidad. 1 – La voluntad de saber, Siglo XXI, Madrid, 1977. Véase también Castro, Edgardo, El vocabulario de Michel Foucault, Prometeo y Universidad Nacional de Quilmes, Buenos Aires, 2004, para el concepto de «Dispositivo», pp. 98-99.

[4] Véase Zimmerman, Eduardo, Los liberales reformistas. La cuestión social en la Argentina , 1890-1916,  Sudamericana y Universidad de San Andrés, Buenos Aires, 1995; Suriano, Juan (compilador), La cuestión social en Argentina, 1870-1943, La Colmena, Buenos Aires, 2000.

[5] Véase Vezzetti, Hugo, La locura en la Argentina, Paidós, Buenos Aires, 1985, especialmente Cap. 1: «Higiene social y medicina mental», pp. 23-50.

[6] Hugo M. Vezzetti ha señalado que «la persistencia de las tesis neolamarckianas (sobre la herencia de rasgos adquiridos) hasta la década de 1940, podría ser interpretada como una consecuencia de esa «sociologización» del discurso biológico. Algo que, por otra parte, no pasaba desapercibido, en el caso de la eugenesia, para algunos especialistas europeos que señalaban esa confusión entre el papel de los factores congénitos (que incluyen las consecuencias de enfermedades o impactos prenatales no transmisibles a la descendencia) y el componente estrictamente genético.  Nancy L. Stepan aporta elementos de juicio que muestran ese deslizamiento de la eugenesia a la higiene y la medicina social como un rasgo dominante en toda América Latina; Stepan, Nancy Leys, The Hour of Eugenics. Race, Gender and Nation in Latin America, Cornell University Press, Ithaca and London, 1991. En el Segundo Congreso Internacional de Eugenesia, en Nueva York, 1921, una encuesta dirigida a un conjunto de biólogos, genetistas y médicos reveló que un 60% admitía la acción de factores exógenos con capacidad de alterar el capital genético.» Reunión de Ateneo del Programa de Estudios Históricos de la Psicología en la Argentina, Instituto de Investigaciones, Facultad de Psicología, UBA, Buenos Aires, Octubre de 2004.

[7] Véase Grob, Gerald N., Mental Illness and American Society 1875-1940, Princeton University Press, New Jersey, 1983; Ridenour, Nina, Mental Health in the United States, Harvard University Press, Cambridge, 1961.

[8] Véase Hale, Nathan G., The Rise and Crisis of Psychoanalysis in the United States, Oxford University Press, New York, 1995.

[9] Palma, Héctor, «Gobernar es seleccionar». Apuntes sobre eugenesia, Jorge Baudino Ediciones, Buenos Aires, 2002, especialmente el Cap. 2: «La eugenesia», Punto 1, «Los orígenes», pp. 53-62. Sobre la vida y obra de Galton, véase Álvarez Peláez, Raquel,  Sir Francis Galton, padre de la eugenesia, CSIC, Madrid, 1985.

[10] Véase Darwin, Charles, El origen de las especies, Sarpe, Madrid, 1983.

[11] En 1912, un año después de la muerte de Galton (1911), se organizó en Inglaterra el I Congreso Internacional de Eugenesia. A partir de ahí, comenzaron a formarse sociedades de eugenesia en muchos países. En 1918, se fundó la Sociedad Argentina de Eugenesia y tres años más tarde, se creó la Liga Argentina de Profilaxis Social. Ambas instituciones promovieron varios proyectos eugenésicos a lo largo de la década de 1920. Luego, en los años ’30, la Sociedad Argentina de Biotipología, Eugenesia y Medicina Social, y sus Anales, reunió a los representantes más conocidos de la eugenesia local.

[12] Había también una categoría especial de anormalidad que no era degenerativa: el genio, el talento. Ya desde los primeros números de los Archivos de psiquiatría y criminología, publicados desde 1902, se instaló el debate en torno a esta categoría especial de anormales, los hombres de genio, aunque no fue en esas primeras décadas del siglo XX que se planteó la necesidad de una educación especial para niños con estas características. Otras eran las prioridades de ese momento, en el cual se trataba de integrar y homogeneizar a través del sistema de educación pública a una población inundada de inmigrantes que se percibían desde distintos sectores como un problema para el logro de una identidad nacional.

[13] Véase por ejemplo, Córdoba y De Veyga, «Degeneración psíquica en los delincuentes profesionales», Archivos de criminología, medicina legal y  psiquiatría, vol. 1, Buenos Aires, 1902, p. 500.

[14] Picado, José S., “Educación de los niños retardados”, Archivos de psiquiatría, criminología y ciencias afines, vol.. VI, Buenos Aires, 1907, p. 520.

[15] Cuello Calón, Eugenio, “Los procedimientos experimentales para el estudio de la psicología de los niños anormales”, Anales de la Junta para la ampliación de estudios e investigaciones científicas, T. III, Memoria 6ta, s.n., 1911, p. 377.

[16] Foucault, Michel, “Los anormales”, Resumen del Curso 1974-1975 del Collège de france, publicado en el Anuario de esa institución, traducido y editado por Julio Varela y Fernando Álvarez-Uría en Foucault, Michel, La vida de los hombres infames, Editorial Altamira, La Plata, pp. 61-66. Véase también Foucault, Michel, Los anormales, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2000.

[17] Benedict Augustin Morel publicó en 1857 el Traité des dégénérescenses, intellectuelles et morales de l’espèce humaine.

[18] Véase Pick, Daniel, Faces of Degeneration. A European Disorder, c. 1848-c. 1918, Cambridge University Press, Cambridge, 1989.

[19] Véase Nari, Marcela, Políticas de maternidad y maternalismo político, Biblos, Buenos Aires, 2004; Palma, Héctor, «Gobernar es seleccionar», op. cit.; Palma, Héctor, «La eugenesia en la Argentina», Saber y tiempo, vol. V, Nro. 17, Buenos Aires, 2004, pp. 61-95.

[20] Véase, entre otros, Fernández Verano, Alfredo, Por la salud y el vigor de la raza, Folleto N° 1, Liga Argentina de Profilaxis Social (en adelante LAPS), Buenos Aires, 1924; y Cómo combatir las enfermedades venéreas en su ciudad, Servicio de Sanidad de los Estados Unidos de América, Buenos Aires, 1924; Gambier,  Profilaxis individual de las enfermedades venéreas, Folleto N° 8, LAPS, Buenos Aires, 1928; Queyrat, Luis, Las enfermedades venéreas y el matrimonio, Folleto N° 17, LAPS, Buenos Aires, 1932; Jullien, Louis, La vida sexual y sus peligros, Folleto N° 19, Buenos Aires., 1932.

[21] Véase, por ejemplo, Ameghino, Arturo, «La acción del estado en el mejoramiento de la raza», Revista de Criminología, Psiquiatría y Medicina Legal, vol. XXII, Buenos Aires, 1935.

[22] Véase, por ejemplo, Zalazar, Martín, «La eugenesia desde el punto de vista sanitario», Boletín del Museo Social Argentino, Año XVII, N° 83, Buenos Aires, Mayo de 1929.

[23] Véanse, por ejemplo, Pinard, A., A la juventud. Para el porvenir de la raza, Folleto N° 4, LAPS, Buenos Aires, 1921; Leroy Allais, J., De cómo he instruido a mis hijas sobre las cosas de la maternidad, Folleto N° N° 14, LAPS, Buenos Aires, 1924; Narbel, P., Lo que todos deben saber sobre las enfermedades venéreas, Folleto N° 16, LAPS, Buenos Aires, 1930; Beruti, Josué, Maternidad y educación femenina, Buenos Aires, 1934; Beruti, Josué y Zurano, María, «Contribución al estudio del problema de la protección maternal en nuestro país. Legislación – Coordinación – Educación», Anales de Biotipología, Eugenesia y Medicina Social, N° 32, Buenos Aires, 1934, pp. 4-6.

[24] Véase Vezzetti, Hugo, op. cit., especialmente Cap. 5: «Locura e inmigración», pp. 185-231.

[25] Ameghino, Arturo, «La acción del estado…” op. cit., p. 134.

[26] Ibidem, p. 140.

[27] Dado que la tasa de internamientos psiquiátricos en la Argentina era inferior a la de los países avanzados, promovía una ampliación del número de internados, incluyendo pacientes no peligrosos, como los oligofrénicos, que habitualmente no terminaban encerrados. El criterio determinante del encierro no era ya la «peligrosidad», sino el potencial hereditario degenerativo. Véase Ameghino, Arturo, “La acción del Estado…” op. cit., pp. 131 y 146.

[28] Ameghino, Arturo, «La acción del estado…” op. cit., p. 147.

[29] Bertoni, Lilia Ana, Patriotas, cosmopolitas y nacionalistas. La construcción de la nacionalidad argentina a fines del siglo XIX, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2001.

[30] Véase Ayarragaray, Lucas, «La mestización de las razas en América y sus consecuencias degenerativas», Revista de Filosofía, Cultura, Ciencias y Educación, Año II, vol. III, N° 1, pp. 21-41.

[31] Véase Revilla, E., «Salud colectiva, predisposiciones e inmunidades de origen étnico», La Semana Médica, Año II, N° 20, Buenos Aires, 1902, pp. 342-344.

[32] Ingenieros, José, «La formación de la raza argentina», Revista de filosofía, cultura, ciencias y educación, vol. II, N° 6, Buenos Aires, 1915, pp. 468 y ss.

[33] Véase Talak, Ana María, «La psicología social del positivismo», ponencia presentada en las VI Jornadas de Investigación en Psicología, UBA, Diciembre de 1999.

[34] Las ideas de este párrafo han sido propuestas por Hugo Vezzetti y discutidas en el marco del ya mencionado Ateneo del Programa de Estudios Históricos de la Psicología en la Argentina, Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires (octubre de 2004).

[35] Las ideas contenidas en los parágrafos 6, 7 y 8 de este capítulo, se basan en Borinsky, Marcela y Talak, Ana María, “Problemas de anormalidad infantil en la psicología y la psicoterapia”, Ponencia presentada en el V Encuentro Argentino de Historia de la Psiquiatría, de la Psicología y del Psicoanálisis, Facultad de Psicología, UBA, Buenos Aires, Noviembre de 2004; las ideas del parágrafo 8 forman parte del trabajo de investigación de Doctorado de Marcela Borinsky, en curso. [Referencia agregada en la versión expuesta en la página web: www.elseminario.com.ar]

[36] Cuello Calón, Eugenio, op. cit., p. 330.

[37] Binet et Simon, Les enfants anormaux, Paris, 1907, p. 6, cfr. Cuello Calón, Eugenio, op. cit., p. 330.

[38] Ibidem.

[39] Picado, José S., op. cit., pp.514-515.

[40] Véase Talak, Ana María, «La psicología evolutiva en los primeros desarrollos de la psicología en la Argentina». Ponencia presentada en las VII Jornadas de Investigación en Psicología. Facultad de Psicología. Universidad de Buenos Aires. 1 al 24 y 25 de agosto de 2000; y (2001), «La recepción de corrientes de pensamiento extranjero en los primeros desarrollos de psicología evolutiva en la Argentina (1900-1920)». Ponencia presentada en las VIII Jornadas de Investigación en Psicología, Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires, Argentina, Agosto de 2001.

[41] Garrahan, Juan P., «La defensa del niño débil», La Semana Médica, Buenos Aires, 10 de Enero de 1924, pp. 62-66.

[42] Para más datos sobre las Visitadoras de Higiene Social, véase Sturla Rodríguez, Pablo, “El curso de Visitadoras de Higiene Social en la UBA, algunas transformaciones institucionales y la inclusión de conceptos psicológicos y preventivos (1924-1957)”, Actas de las X Jornadas de Investigación en Psicología, Facultad de Psicología, UBA,  T. III, Buenos Aires, 2003, pp.75-78.

[43] Véanse los artículos de Tonina, T. A., «Selección de los escolares débiles, Función de las visitadoras escolares» (primera parte), La Semana Médica, Buenos Aires, 16 de Abril de 1925, pp. 854-871; «Selección de los escolares débiles, Función de las visitadoras escolares» (segunda parte), La Semana Médica, Buenos Aires, 7 de Mayo de 1925, pp. 1009-1021; «Selección de los escolares débiles, Función de las visitadoras escolares» (tercera parte), La Semana Médica, Buenos Aires, 21 de Mayo de 1925, pp. 1111-1126; «Selección de los escolares débiles, Función de las visitadoras escolares» (cuarta parte), La Semana Médica, Buenos Aires, 11 de Junio de 1925, pp. 1271-1286.

[44] Ríos, Julio C. y Talak, Ana María, «El “niño delincuente”  entre la psicología, la criminología y la pedagogía en la Argentina (1900-1910)», IX Anuario de Investigaciones, Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires, 2002, pp. 117-128.

[45]Desde su perspectiva, fueron el educador Seguin y el psiquiatra Esquirol quienes conformaron el “primer equipo médico psicopedagógico” y ubica recién con Bourneville la creación del primer centro médico-pedagógico reservado exclusivamente para retrasados mentales. En 1879 organizó un servicio para niños “idiotas y epilépticos” en el Hospicio de Bicétre. Postel, Jacques y Quétel, Claude, Historia de la Psiquiatría, Fondo de Cultura Económica, México, p. 662.

[46] Ameghino, Arturo, «La educación de anormales en la República Argentina. Reseña crítica», La Semana Médica, Buenos Aires, 1924, pp. 277-288.

[47] Manasé Euredjian, “La psiquiatría infantil en nuestro país”, Acta Neuropsiquiátrica Argentina, vol. V, N° 3, Instituto Nacional de Salud Mental, Buenos Aires, 1959. Bonoli Cipolletti, Hector, “Antecedentes históricos de la Psiquiatría Infanto-Juvenil en la República Argetnina”, http://www.aapi.com.ar

[48] Gentile, Antonio, “La psiquiatría en Rosario”, Temas de Historia de la Psiquiatría, N° 5, Buenos Aires, pp. 3-11.

[49] Postel, Jacques y Quétel, Claude, op. cit.

[50] Ciampi, Lanfranco, “La organización de la enseñanza psiquiátrica en la Facultad de Ciencias Médicas de Rosario”, Boletín del Instituto Psiquiátrico, Año 1, N° 1, Rosario, Abril-Mayo-Junio, 1929.

[51] Ciampi, Lanfranco, Desarrollo y Actividades del Instituto de Psiquiatría de Rosario desde Octubre de 1927 hasta 1934, Rosario, 1935.

[52] La sección para niños del Hospicio de Alienados de la ciudad de Rosario se organizó alrededor de la Escuela para Retardados y el personal que trabajó en la atención de estos niños eran médicos y maestras especialmente preparadas para esa función. Ciampi, Lanfranco, Desarrollo y Actividades… op. cit.

[53] En 1909, William Healy, fundó en Chicago la primera de estas clínicas, The Juvenile  Psychopathic Institute y luego en 1917 creo en Boston, conjuntamente con  Augusta F. Bronner The Judge Baker Fundation que luego se transformará en Judge Baker Guidance Center En 1914 ya había en Estados Unidos 20 Clínicas de Orientación Infantil. Watson, Robert, “A Brief History of Clinical Psychology”, Psychological Bulletin, vol. L, N° 5, American Psychological Association, Septiembre 1953, pp. 328-329.

[54] Schowalter, John E., “A History of Child and Adolescent Psychiatry in the United States”, Psychiatric Times, Vol. XX, Issue 9, Irvine, September 2003.

[55] “Mal deslindados estaban todavía en nuestro ambiente los problemas de psicopatología de la infancia, y no ampliamente difundidos los procedimientos propios de la clínica psíquiatrica infantil y los alcances e indicaciones de la psicoterapia. La mayoría de los enfermos dirigidos al consultorio  en su comienzo fueron casos de neuropsiquiatría: idiotas, imbéciles, graves enfermos neurológicos». Reca, Telma, Psicoterapia en la Infancia, El Ateneo, Buenos Aires, p. 11.

[56] Ibidem.

[57] Reca, Telma, La inadaptación escolar, El Ateneo, Buenos Aires, Buenos Aires.

[58] Las ideas contenidas en el parágrafo 9 siguen el trabajo de Hugo Vezzetti, “Variaciones sobre la formación “psi”: psiquiatría de izquierda, salud mental y psicoanálisis”, Parágrafo: “La higiene mental en la Argentina”, discutido en el Ateneo del Programa de Estudios Históricos de la Psicología en la Argentina, Instituto de Investigaciones, Facultad de Psicología, UBA, Buenos Aires, Octubre de 2004. [Referencia agregada en la versión expuesta en la página web: www.elseminario.com.ar]

[59] Escribió también tres libros y varias obras de teatro, como La extraña, La huelga, En la corriente, Agua mansa y Los venenos, en los que manifestó interés por temas sociales.

[60] Si bien se trataba de una entidad privada, su funcionamiento dependía casi totalmente de las contribuciones del Estado nacional y, en algunos casos, de la Municipalidad de la ciudad de Buenos Aires. Esas subvenciones disminuyeron a partir de 1943 incrementando el quebranto de la institución. Por ejemplo, en los años consultados, 1940, 1941, 1943 1947, las subvenciones oficiales cubren casi totalmente los gastos del ejercicio. En 1940, sobre ingresos de $ 27.691 corresponden a subsidios oficiales $ 25.640: 92 %. En 1941, sobre $ 26.693, las subvenciones son $ 21.645: 81 %. En 1943, sobre $ 46.166 recibe subvenciones po $ 30.920: 67 % e incluye una pérdida en el ejercicio de $ 9.582. 1947: sobre $ 35.644, las subvenciones son $ 20.000: 56 % sólo del gobierno nacional y la pérdida del ejercicio $ 9.461. Ver Memorias y Balances, 1940, 1941, 1943 y 1947.

[61] Tenía antecedentes muy conocidos: la Liga Argentina contra la Tuberculosis fue creada en 1901 por Samuel Gache; Domingo Cabred fundó en 1903 la Liga Argentina de Lucha contra el Alcoholismo; en 1921 se creó la Liga Argentina de Lucha Contra el Cáncer (LALCEC). Además de los miembros médicos muy conocidos contaba con una Comisión Cooperadora integrado por damas de la sociedad, siguiendo la tradición de las sociedades de beneficencia.

[62] Según los datos de las Memorias, la cantidad de consultas fue significativa. A modo de ejemplo: En la sede de Vieytes: 1940: sin datos; 1941: 7.053; 1943: 2.758; 1947: 4.142. En la sede de Lima: 1940: 2.793; 1941: 4.223; 1943: 8.885; 1947: 5.758. En el Instituto Neuro-Psiquiátrico: 1940: sin datos; 1941: 2.087; 1943: 1.173; 1947: 1.462.

[63] Klappenbach, Hugo, op. cit., pp. 189-195. La Escuela dictaba un curso que duraba dos años.

[64] Saavedra, Alfredo, “Relaciones entre Eugenesia e Higiene Mental”, Revista Argentina de Higiene Mental, I, 2, Buenos Aires, Octubre de 1942, p. 22. En una conferencia de divulgación difundida por Radio del Estado, reproducida por la Revista, se afirmaba, al mismo tiempo, la durabilidad de la patología mental, si el tratamiento se inicia precozmente, y la necesidad de impedir el potencial reproductivo de los enfermos mentales; para esto último, se proponía que los certificados prenupciales no se limitaran a prevenir el matrimonio de quienes poseían enfermedades venéreas sino también de los enfermos mentales.

[65] Véase principalmente Vezzetti, Hugo, Aventuras de Freud en el país de los argentinos. De José Ingenieros a Enrique Pichon-Rivière, Paidós, Buenos Aires, 1996.

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