Los factores profesionales asociados a la depresión (sintomatología de estrés)

Las personas que, como los agentes del orden y los bomberos,
desempeñan tareas peligrosas caracterizadas por la probabilidad
de verse expuestas a un producto dañino o a una actividad
lesiva, parecen correr también mayor riesgo de sufrir estados de
sufrimiento psicológico mayores y más prevalentes, como la
ansiedad.
Sin embargo, hay datos de que ciertos trabajadores
empleados en profesiones peligrosas consideran su trabajo “estimulante”,
en lugar de peligroso, y que lo afrontan mejor, en lo
que a sus respuestas emocionales al trabajo se refiere (McIntosh
1995). No obstante, un análisis de la sintomatología del estrés de
un gran grupo de bomberos profesionales y empleados de ambulancias
identificó un rasgo central de aprensión o temor
. Esta
“vía de estrés de la ansiedad” comprendía notificaciones subjetivas
de “estar en tensión y saltar a la primera” y “estar inquieto
y aprensivo”. Estas y otras molestias similares asociadas a la
ansiedad fueron más prevalentes y frecuentes en el grupo de
bomberos/trabajadores de ambulancias que en una muestra
comparativa de varones de otras profesiones (Beaton y
cols. 1995).
Otra profesión que corre evidentemente un gran riesgo de
sufrir niveles de ansiedad altos y a veces incapacitantes son los
músicos profesionales
. Estos profesionales, y su trabajo, se hallan
expuestos a un severo escrutinio por parte de sus directores
,
deben trabajar en público y deben enfrentarse a la ansiedad
tanto antes de su actuación como durante ésta (“miedo escénico”),
esperándose de ellos (tanto por parte de los demás como
de sí mismos) que den “notas perfectas” (Sternbach 1995). Otros
grupos profesionales, como los actores de teatro e incluso los
maestros, pueden sufrir también síntomas de ansiedad aguda y
crónica en relación con su trabajo, pero los datos acerca de la
prevalencia o importancia reales de estos trastornos por
ansiedad laboral son muy escasos.
Otro tipo de ansiedad laboral de la que tenemos pocos datos
es la “fobia a los ordenadores”
, observada en las personas que
desarrollan respuestas de ansiedad ante la tecnología informática
(Stiles 1994). Aunque supuestamente cada generación de
programas es más fácil de manejar que la anterior, son muchos
los trabajadores que se sienten incómodos y otros incluso
sienten, literalmente, pánico ante los retos del “tecnoestrés”.
Algunos temen al fracaso personal y profesional asociado a su
incapacidad de adquirir la habilidad necesaria para enfrentarse
a cada generación tecnológica sucesiva. Por último, hay
pruebas de que los trabajadores sometidos a vigilancia informatizada
de su rendimiento consideran su trabajo más estresante
y notifican mayor número de síntomas psicológicos,
incluida ansiedad, que los no sometidos a este tipo de supervisión
(Smith y cols. 1992).