Falsa memoria: confabulación (momentánea, fantasiosa)

Con respecto a la confabulación se han planteado una serie de definiciones desde distintas perspectivas. Para Berlyne (1972), por ejemplo, “la confabulación es una falsificación de la memoria que ocurre en estado de conciencia clara, en asociación con un estado de amnesia orgánica”. Joseph (1986) la define como “una forma extrema de mentira o engaño” y Moscovich (1989) como “una mentira honesta”. Así, si bien en muchas de las definiciones subyace la idea de que el paciente que confabula engaña de manera honesta, esto no siempre refleja la realidad. La confabulación constituye un síntoma particular que puede observarse en pacientes amnésicos que son anosognósicos respecto de su propio déficit de memoria. La confabulación se manifiesta tanto en el ámbito verbal como del accionar. Las acciones de los pacientes resultan incongruentes de manera no intencional con sus historias precedentes y con la situación presente y futura.
Se han propuesto distintos contrastes que abarcan la amplitud temática de las confabulaciones. En su Manual de Psiquiatría (1949), Bleuer diferencia entre la “Verlengheit Konfabulationen” y la confabulación fantasiosa. En la primera, habría un componente de vergüenza que constituye su condición diferencial. Este es el caso de pacientes amnésicos que se sienten avergonzados por desconocer la respuesta a una pregunta que se les formula. La confabulación fantasiosa, por el contrario, tiene un carácter más espontáneo, que está dado por su contenido fantasioso. Bonhoeffer (1904) y Berlyne (1972) distinguen entre confabulación momentánea y fantasiosa. Kopelman (1987) se concentra en la apariencia de la confabulación; entonces establece un contraste entre la confabulación provocada –por preguntas específicas- y la espontánea.
Priorizando el contenido: nos ha llevado a identificar una confabulación apropiada desde el punto de vista semántico (la estructura semántica es pertinente) frente a una semánticamente anómala (la estructura semántica se ve interrumpida). Hay suficiente evidencia clínica que sustenta esta oposición. Sin embargo, la pregunta obligada sería ¿todas estas distinciones refieren a diversos aspectos de la confabulación o simplemente se trata de un juego terminológico? Es decir, ¿estamos diciendo lo mismo con distintos términos o verdaderamente describimos instancias particulares de la confabulación?.

Hipótesis acerca del origen de la confabulación

FUENTE: Gianfranco Dalla Barba, ¨Neuropsicología de la falsa memoria¨. Revista Argentina de Neuropsicología 5, 2-14 (2005)