Estudios Interdisciplinarios y Nuevos Desarrollos: LA FUNCIÓN ARCÓNTICA: RESGUARDO Y DISPOSICIÓN

Estudios Interdisciplinarios y Nuevos Desarrollos: LA FUNCIÓN ARCÓNTICA: RESGUARDO Y DISPOSICIÓN

Diamant, Ana
Secretaría de Ciencia y Técnica; Universidad de Buenos Aires

RESUMEN
Las narraciones, constituyen para emisores y receptores una
representación de si, de los demás y del lugar que ocupan en
el mundo. Es sabido que no son neutras, que son una matriz
que da forma a una realidad, que están gobernadas por convenciones,
que trasuntan conflictos, que articulan lo que se
esperaba con lo que aconteció y con juicios valorativos, que
intentan mantener el pasado y el presente aceptablemente
unidos, que son un producto cultural y que crean lazos entre
memoria y cultura. Los textos de los relatos son un bien cultural,
un testimonio material dotado de contenido y de valor, y
como cualquier otro objeto calificado, es de importancia mitigar
su deterioro, respaldarlos y preservarlos. Con ellos se reconstruyen
escenas que posicionan a quién recuerda y a otros,
en escenarios diversos y se reponen datos que completan informaciones.
La experiencia que dio lugar a estas reflexiones
se apoya en la práctica de la recolección y las maniobras de
preservación para la consolidación de un reservorio de información,
que recupera voces polifónicas sobre acontecimientos
fundantes en el camino de la enseñanza profesional de la
psicología en la UBA y analizan la percepción que sobre ellos
tienen actores y testigos
Palabras clave: Narración Preservación Representación Construcción identitaria

«NARRAR NO ES INOCENTE»1
«La narrativa (…) [es] la modalidad discursiva que establece la
posición del sujeto y las reglas de su construcción en una trama
(…), quienes somos como sujetos autoconscientes, capaces
de dar sentido a nuestras vidas y a lo que nos pasa (…) y
lo que somos no es otra cosa que el modo como nos comprendemos;
el modo en que nos comprendemos es análogo al
modo como construimos textos sobre nosotros mismos; y
cómo son esos textos depende de su relación con otros textos
y de los dispositivos sociales en los que se realiza la producción
y la interpretación …»2
«… [la] técnica archivadora no determina únicamente, y no lo
habrá hecho jamás, el sólo momento del registro conservador,
sino la institución misma del acontecimiento archivable (…) El
archivo ha sido siempre un aval y como todo aval, un aval de
porvenir»3
«Un archivo de recuerdos permite que cada dato individual sea
ubicado en diferentes contextos (…) El placer está en el reconocimiento,
en la identificación de aquello que se sabe. Placer
sincero, encantado…»4

DELIMITAR EL CAMPO
Los relatos que refieren a una historia identitaria, como el caso
de los que narran la construcción de un perfil académico y
profesional, remiten a tensiones en la delimitación de fronteras,
a relaciones complejas para dirimir la ocupación de posiciones,
al debate por la existencia primero y la valoración luego
de obras, instituciones y voceros y en su conjunto, definen
la pertenencia a un campo como
«espacio social relativamente autónomo, con estructura y lógica
propias, con desarrollo histórico correlativo a la formación
de las profesiones».5
El campo intelectual es a la vez un espacio de lucha por la
definición de la cultura legítima, lucha que enfrenta a quienes
se hallan situados en diferentes rangos – dominantes
y aspirantes, «establecidos» y «recién llegados» – pues «no
todos cuentan con el mismo poder para definir cuál es la
cultura legítima, un poder indisociable del reconocimiento
o «capital simbólico» de que disponen los agentes que
compiten entre sí»6
Si se admite que la pluralidad de memorias es el corolario de
una pluralidad de mundos y de una pluralidad de tiempos7, se
acepta la existencia de memorias móviles y cambiantes, movilizadas
en el intento de construir identidades que dibujan un
raro escenario: el de «escenas cristalizadas sobre las arenas
movedizas de los relatos»8

NARRAR
Con la acción del relato, se constituye una matriz explicativa a
partir de la que un recorte – en espacio, tiempo y protagonismo
– del mundo real cobra un sentido, se construyen explicaciones
y convenciones que dan forma y modelan la experiencia otorgando
sentido a sujetos y acontecimientos. Organiza la experiencia
que supone situar intenciones, acciones y consecuencias
en una trama que se despliega y que constituye una forma
de representación de la acción9 y de los intentos por describirla
lingüísticamente. Estos supuestos hacen viable la reconstrucción
de eventos, que no serán comunicados en estado
puro, y que para su transmisión requerirán de una estructura
organizativa de acuerdo a un cierto significado atribuido.
Es la actividad mental la que organiza los textos sobre los
acontecimientos que han quedado en registro y les confiere
significado. Luego serán seleccionados y recogidos por el discurso
e integrados en una trama vinculante que presupone
que «…entre la experiencia misma y su comunicación, el lenguaje
ejecuta el trabajo de cristalizar imágenes que se refieren
[a ella] y que una vez más dan significado a la experiencia»10
En este sentido, cada protagonista, cada grupo, cada generación
aporta y elimina algo y lo que sobrevive, se traslada históricamente
a otras generaciones y simultáneamente a otros
grupos formando corrientes de opinión, invitando a tomas de
posición, ya que «la vivencia pensada (…) como unidad de una
totalidad de sentido, donde interviene una dimensión intencional
es algo que se destaca del flujo de lo que desaparece en la
corriente de la vida»11
Lo vivido es siempre vivido por alguien, que le atribuye su significado
y en consonancia lo transmite, desde la convicción
que le otorga criterios de validez, articulando persona y discurso,
autor e historia, registro y enunciación, extrañamiento y
apropiación, identificación y valoración, «ordena la vivencia de
la vida misma y la narración de la propia vida»12
Es el valor biográfico otorgado a cada acontecimiento – entre lo
cotidiano y la epopeya – el que asigna estilo a la vida, límites a
la identidad y preserva el reservorio de lo que será narrado y
por lo tanto circulará y se perpetuará.
Lo que se cuente ya no será aquello que se vivió sino lo que
sobrevivió entre temporalidad, imaginario y registro ya que no
es posible suponer una experiencia no mediatizada por sistemas
simbólicos y entre ellos, los relatos.13
En las narraciones sobre acontecimientos, con impacto potente
sobre el contexto en el que sucedieron, se encuentra material
con significado que alude a entusiasmo, deseo, nostalgia,
frustraciones, promesas, tensiones y conflictos.
Los textos consolidados y respaldados desde recuerdos registrados
en memorias, aportan a la investigación el beneficio de
la reposición de información, el de la permanencia y la posibilidad
de circulación, con la salvedad que se trata de un discurso
social y cultural y por lo tanto ideológico, una representación,
algo que materializa otra cosa.

PRESERVAR
Rescatar un dato incluye la intención de catalogarlo, de ubicarlo
en una serie y asignarle una posición simbólica. Al ingresar
un objeto/dato en una serie cronológica – que siempre es simbólica
– se altera la totalidad preexistente y se altera el propio
objeto al ser contextuado en un conjunto, por efectos de la
mediación entre lo conceptual y el soporte que actúa como
garante.
El acto de coleccionar es un acto de apropiación y clasificación,
de completamiento, de establecimiento de un yacimiento
cultural14, atendiendo a la «sensibilidad»15 de los materiales que
tiene biografía, historia social y que participan en la conformación
de identidades.
Para prolongar la existencia de una información, que es lo que
permite la reproducción y la intervenciones es necesario asumir
maniobras de restitución – incorporación del dato a una
serie -, restauración – devolver un estado conocido o supuesto,
con suma de materiales o «restos» originales y estabilización,
manteneniendo y minimizando el deterioro y la distorsión, respetando
vestigios originarios, evidencias más allá de la información
tratada como objeto16.

COMPONER IDENTIDAD
La identidad y el sentido de cómo alguien piensa qué es y
cómo siente se presenta a través de su historia y de cómo la
relata. Se trata de una construcción narrativa.
La identidad narrativa17 es entendida como la narración que
una persona hace de sí misma y para sí misma. La noción de
narratividad es interesante para pensar la noción de identidad
y la presencia de la ficcionalidad18, de las condiciones para el
establecimiento de relaciones de mediación y empatía entre
narradores y receptores, de la «construcción de mundos posibles»
19 ya no necesariamente dentro del campo de la lógica
sino de la verosimilitud.
La historia personal son muchas historias. Los relatos suelen
ser diferentes según quienes sean emisores o destinatarios,
que no siempre «leen» las historias de la misma manera en que
quienes las narran se leen en ellas. La multiplicidad de sentidos
e interpretaciones abre un juego en el que la identidad se
confronta, se desetabiliza y se transforma. Los textos propios
se enfrentan con otros textos, por tanto las narrativas que se
constituyen e instituyen están producidas y mediadas por otros
en diferentes contextos sociales y con diferentes propósitos20
Considerar que las prácticas discursivas de la auto narración
no son autónomas es ser conscientes de que las mismas producen
y se producen en lugares sociales e institucionales, que
se desarrollan intertextualmente, en espacios que con sus propios
procedimientos, median y regulan las posibilidades de
contarse y las de las narraciones en las que uno se reconoce,
haciendo contar a las personas sus vidas de determinada manera
y en determinados contextos.
La historia de la Carrera de Psicología en la UBA se constituye
así en el espacio privilegiado para construir identidad – e identidad
profesional21 contar, escuchar y en ese mismo espejo
reconocerse como protagonistas, articulando relatos y transmisión
cultural, propia historia con la cultura, dar sentido a la
experiencia y configurarse como hacedores de la continuidad,
desde una multiplicidad de voces.
El punto de intersección en el que confluyen o desde el que se
diferencian versiones y visones aparece como motor de la narración,
generando una suerte de «grieta» que se completa con
la palabra de sujetos con historia, con conciencia de sí en el
presente, con referencias de quienes han sido y con la necesidad
de contar.

EXHIBIR
Conformar una cultura identitaria es como poblar vitrinas con
objetos – imágenes, con marcas propias y compartidas, asignar
residencia, reservar en un lugar y sobre un soporte22 a partir
de una serie de decisiones estructurantes que responden a
la pregunta de qué incluir y qué excluir, de aquello que vivo en
el presente, no ha pasado, en el sentido que no ha terminado
de ocurrir23.
Por eso, se suele «utilizar la palabra Historia, con mayúscula,
para referir a la ciencia que los ingleses llaman history y que
permanece sujeta por lo general, a la idea racional, de un tiempo
ordenado como secuencia de acontecimientos sucesivos.
La palabra historia, con minúscula, alude en cambio al relato,
cuento o narración (…) story y que admite, en su construcción,
otras concepciones del tiempo» que incorporan el recuerdo y la
imaginación»24, las huellas del pasado, con la salvedad de que
entran en registro al ser «evocadas y ubicadas en un marco
que les de sentido»25
La memoria se constituye entonces como un entramado de
sentidos que da lugar a múltiples discursos, una trayectoria, en
la que no hay necesariamente fijaciones, en la que más bien
se promueven variados entrecruzamientos que generan tensiones,
como mítico y ficticio, sagrado y cotidiano y no presenta
aspectos definitivos, como sí se los puede encontrar en las
textualidades de la escritura. Encontramos en ella rupturas o
quiebres de discurso que señalan momentos de tránsito de
sentidos originarios o tradicionales a sentidos actuales, enmarcados
en un contexto cultural.
Se trata de «fragmentos del pasado (…) incorporados o silenciados,
siempre reelaborados en función de factores ideológicos,
generacionales, culturales o históricos»26 que al ser narrados
sostienen la «disparidad entre lenguaje opaco y convencional
de las transcripciones y las coloridas y expresivas voces
de las cintas»27 tal como registra la fuente oral primaria.
Sin embargo, las condiciones de producción, preservación y
difusión, llevan a apoyar la tarea de investigación y de divulgación
en las versiones transcriptas, con todo lo que esto implica,
por su condición de traducidas y por la condición inherente a la
traducción que es la «arbitrariedad» de las maniobras que practica
el traductor, en este caso el desgrabador, lo que obliga a
tomar múltiples recaudos.
Los elementos del discurso hablado – lo dicho, cómo fue dicho,
en qué orden – tienen un papel central en la interpretación y la
traducción a códigos escritos, o sea las prácticas de edición,
son de hecho prácticas de interpretación, reflejando las posiciones
teóricas y valorativas acerca del lenguaje, la comunicación
y el contenido de quien realiza la maniobra.
De allí la importancia, cuando los textos orales se convierten
en escritos de establecer convenciones, respetar elementos
del discurso que ofrecen claves al lector y preservar las ayudas
verbales que reciben recíprocamente entrevistado y entrevistador
en el intercambio..
La «imagen escrita manicurada»28 es una forma de interpretación
que elimina – con el argumento de favorecer la legibilidad,
evidencias valiosas (silencios, pausas, muletillas) del habla
que aún sin proponérselo, puede distorsionar la intención del
hablante.
El bricollage complejo de recursos que surge de la convivencia
de las memorias, las narraciones y las maniobras para su materialización
en textos escritos, adopta combinaciones plurales
que hacen azaroso el juego de relevos entre versiones mentales
y versiones públicas de las representaciones que autoriza
a una comunidad a un sentimiento de pertenencia con el sostén
de una herencia histórica, de una «cultura de una memoria
justa»29 que mantiene el equilibrio entre memoria de pasado,
memoria de acción y memoria de espera, evitando la repetición
de la memoria que haría del pasado una prisión, a la vez
que objetiva su contenido para producción a futuro.

NOTAS Y BIBLIOGRAFÍA
1 Bruner, J; La fábrica de historias; Fondo de Cultura Económica; Buenos
Aires; 2003
2 Larrosa, J; La experiencia de la lectura. Estudios sobre literatura y formación;
Editorial Leartes; Barcelona; 1996
3 Derrida, J; Mal de archivo. Una impresión freudiana; Editorial Trotta; Madrid;
1997
4 Ortiz, R; Mundialización y cultura; Alianza Editorial; Buenos Aires; 1997
5 Altamirano, C; Campo intelectual; en:Términos críticos de sociología de la
cultura; Editorial Paidós, Buenos Aires; 2002
6 Altamirano, C; op cit
7 Bourdieu, P; L´espace des possibles; en Les règles de l´art : genèse et
structure du champ littéraire ; Seuil ; Paris ; 1992
8 Candau, J; Memoria e identidad; Ediciones Del Sol; Buenos Aires; 2001
9 Ricoeur, P; Historia y narratividad; Editorial Paidós; Barcelona; 1999
10 Alberti, V; Leyes y narración: una entrevista de historia de vida con un
legista brasilero; en Palabras y silencios; Boletín de la Asociación Internacional
de Historia Oral; Vol 1; Nº 1; Junio 1997
11 Arfuch, L; El espacio biográfico. Dilemas de la subjetividad contemporánea;
FCE; Buenos Aires; 2002
12 Bajtin, M; Estética de la creación verbal; Siglo XXI; Madrid; 1985
13 Ricoeur, P; La lectura del tiempo pasado; Arrecife – Universidad Autónoma
de Madrid; Madrid; 1999
14 The book as an object. Preservation Manual; Research Librery Group;
New York; 1986
15 Intrinsic value in archival material; Paper Nº 21; Nacional Archives and
Records Service; General Services Administration; Washington; 1982
16 Intrinsic value in archival material; op cit
17 Ricueur; P; La lectura del tiempo pasado; op cit
18 Sardi, V; La ficción como creadora de mundos posibles; Ediciones
Longseller; Buenos Aires;2003
19 Bruner, J; Realidad mental y mundos posibles; Editorial Gedisa; Barcelona;
1994
20 Larrosa,J; op cit
21 González Leandri; R; Las profesiones. Entre la vocación y el interés
corporativo. Fundamentos para su estudio histórico; Editorial Catriel; Madrid;
1999
22 Intrinsic value in archival material; op cit
23 Diamant, A y Feld, J; Evento, narración y después… El relato en la
construcción de la identidad profesional de los psicólogos; VI Encuentro
Nacional de Historia Oral; Museo Histórico de la Ciudad de Buenos Aires –
Facultad de Filosofía y Letras – UBA; Buenos Aires; 2003
24 Chiozza, L; Comentarios en Revista de Psicoanálisis, t. XXXVI, Nº2, APA,
Buenos Aires, 1979
25 Jelin, E; los trabajos de la memoria; Siglo XXI de España Editores; Madrid;
2002
26 Jelin, E; Las conmemoraciones: las disputas en fechas «in – felices; Siglo
XXI de España Editores; Madrid; 2002
27 Moore, K; Perversión de la palabra: la función de las transcripciones en
la historia oral; en Palabras y silencios; Boletín de la Asociación Internacional
de Historia Oral; Vol 1; Nº 1; Junio 1997
28 Moore, K; op cit
29 Ricoeur, La lectura del tiempo pasado; op cit